Capítulo 26

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Había tenido tiempo para prepararse, mucho tiempo, de hecho podría haber ensayado decenas de conversaciones distintas en su mente durante el tiempo que había pasado de vuelta en Londres con la firme idea de ponerse delante de Harry de una vez por todas. Ahora todas las ideas parecían naufragar.

-¿Conoces esa afirmación que dice que los escritores somos pésimos conversadores?

-¿A qué te refieres?

Louis se volvió hacia Liam dejando el espejo tras él con su cara aún llena de pequeñas gotas de agua que le habían ayudado a desperezarse.

-¿Recuerdas la lengua viperina de Charlotte?

-La heredó de ti- dijo Liam, sin pararse a pensar demasiado en el comentario de Louis sobre su hermana.

-No es cierto. Yo tengo mucha experiencia en conversaciones de todo tipo, tengo almacenadas ideas sobre futuras palabras que compartiré; todo ello parte del pasado. Sin embargo, jamás había tenido que pedir perdón a alguien por joderle la vida de alfa a omega. Mi lengua viperina nace de la reflexión profunda y no del momento- Louis suspiró y miró a Liam, que seguía apoyado en la puerta con las cejas levemente fruncidas-. ¿Estás decepcionado?- preguntó retóricamente, sin poder apartar ese desdén infantil de su mente.

-Simplemente sé sincero. Tenías una lista de pocas cosas que querías que le quedaran claras. Que lo sentías, que le querías, que estás trabajando en un proyecto que continúa la historia de Edward...

-No continúa la historia- le respondió dándole énfasis a la "continuación"-. Si no le queda eso claro puedo darme por muerto; ya no es simplemente que vaya a tener que alejarme de aquí de una vez y para siempre, es que Harry me matará.

-Entonces tendrías que empezar por ahí.

-Sí... creo que sí...

Louis se mordió el labio. Sabía que estaba dispuesto a llegar hasta el final, a contarle todo, con detalle; cualquier cosa que Harry quisiera saber la respondería, si es que el menor tenía alguna pregunta... Simplemente tendría que calmarse y hablar con sinceridad. Las dudas, a pesar de todo, le habían atormentado la noche anterior, hasta tal punto que había tenido que salir a caminar por el vecindario temiendo en su ruta de seis kilómetros que comenzara a llover en cualquier momento y él tuviera que echar a correr maldiciendo la falta de un paraguas. No parecía malditamente británico.

-¿Y si me sigue mandando a la mierda?

No necesitaba en ese momento palabras de desaliento, sino comentarios fructíferos, o al menos comentarios que le ensalzaran anímicamente. Liam no era capaz de sacar a la luz lo seguro que parecía haber estado su mejor amigo durante las últimas semanas. Le hacía gracia, relativa, verle hecho un manojo de nervios de los pies a la cabeza.

-No lo hará- trató de convencerle Liam-. Por triste que suene, no ha nacido alguien más amable que Harry.

-Creo que ha estado engañando a todo el mundo y ese lema absurdo de "trata al mundo con amabilidad" solo es una fachada para ocultar su verdadera naturaleza, perversa y rencorosa.

-Las personas- dijo Liam.

-¿Qué?- gruñó Louis en respuesta.

-"Trata a las personas con amabilidad". Lo has dicho mal.

-Lo que sea... ¡Joder Liam! Estoy fracasando en mi mente y a ti solo se te ocurre sacar mis errores a la luz.

-Hay de donde sacar.

La mirada que Louis le devolvió le tiró para atrás e hizo que se disculpara alzando los brazos en señal de disculpa, aunque sin sentirlo demasiado realmente y con una ligera sonrisa alumbrando su rostro.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora