Cuando Liam y Zayn aparecieron tras la cocina los ojos de Louis viajaron directamente a su amigo, le había faltado poco para ir a buscarle él mismo, pero Niall había comenzado a hablarle tan rápidamente que se le había olvidado que estaba vivo. Algo había pasado, Louis era un experto en leer los pensamientos de Liam con solamente una mirada a sus ojos, pero esta vez no podía adivinar qué, solo que era lo suficientemente importante como para que su amigo tuviera el ceño arrugado y los labios apretados el uno contra el otro.
-Acaban de llegar las pizzas- dijo Harry, dejando cinco vasos sobre la mesa y sonriendo amigablemente, como si la cena fuera más para su entretenimiento que para cualquier otra cosa.
Louis movió su cabeza hacia Liam pero él simplemente negó y le sonrió con ligereza para no preocuparle, después pasó a través de la parte abierta de la barra y se sentó junto a Niall, que ya había abierto los cartones de pizza y las miraba sin poder apartar los ojos.
-¿Tienes hambre? Te has comido tres napolitanas esta tarde- le dijo Liam, sonriendo e intentando relajarse.
-¿Las has contado? Parece que alguien no se pierde detalle de mí- le contestó, elevando las cejas con una mirada lasciva.
Liam se rio y la relajación llegó a él gracias a Niall con sencillez. Louis por su parte se sentó en un extremo y Harry frente a él dejando a Zayn presidiendo la mesa. El moreno estaba leyendo un mensaje de su móvil y no les prestaba mucha atención hasta que Harry le llamó.
-¿Puedes coger la botella de vino que ha traído Liam? Está en la nevera, junto a los zumos de manzana. ¡No he puesto copas!- dijo, levantándose tras ello y casi corriendo a la parte trasera a coger cinco copas.
-No bebo- le dijo Zayn, quitándole una de entre las manos y dejándola de nuevo en su sitio.
-Debe ser la primera vez- le susurró, empujándole por la espalda para que se sentara y se mantuviera a raya.
Nada fue tan malo, nada es tan malo cuando la gente está tan controlada que dejan un poco de ser ellos mismos para mostrar su versión mejorada, esa que solo le presentamos a los suegros y que mostramos en los funerales. Bueno, todos excepto Niall. Él habló por los codos con la boca llena para divertimiento de Liam, que se reía observándole. Louis intentó apartar sus ojos de Harry y de ese pañuelo de flores naranja que se había puesto en la cabeza a juego con la camisa. Zayn habló poco, solamente dijo alguna cosa sobre los nuevos cuadros cuando Louis, por educación, le preguntó en qué trabajaba. Y Harry, con sus hoyuelos en apogeo, habló de las obras de Liam que le sonrió en cada comentario, habló de su idea de estudiar literatura en algún momento de su vida como pasatiempo y les contó la historia del sofá que tenían en el café.
-Liam lleva bajando aquí casi un mes y todavía no conozco la historia del café- dijo Louis, cuando Niall agarró el último trozo de pizza y comía a destajo y Harry estaba en el aparato de música eligiendo algunos temas en acústico y llenando el café con melodías leves.
-Yo tampoco la sé- dijo Liam, mirando a Niall y recriminándole no habérselo contado.
-A Niall le encanta contar esa historia- dijo Harry elevando la voz desde la esquina-. La cuenta cada tres horas.
-Es que tengo la sensación de conocer a Liam desde hace tanto tiempo que pensé que ya se la había contado. ¡Pero adoro esa historia!
Zayn sonrió de lado y miró al rubio para pasar a mirar un segundo después a Liam, que le observaba con una sonrisa que decreció al verse pillado, pero Zayn hizo crecer la suya como diciendo: "¿Qué nos queda si no podemos sonreírnos, Liam?"
-¿Puedo empezar desde el principio?
-Es muy largo- dijo Zayn, dejando apartada su mirada de Liam y levantándose recogiendo los platos para poner otros limpios para el postre-. La versión corta, por favor.
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El Café 17 - Louis y Harry
Fiksi Penggemar"Debemos darle a los personajes ficticios esos finales felices que no se encuentran en la vida real". Harry ama leer. Louis solo adora escribir. Liam es dramaturgo. Zayn pinta, lo hace bien. Niall sirve café y vive, quizá sea el único que vive...