Capítulo 4

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Niall invitó a Liam a café durante los siguientes días. Ese día Liam no bajó a escribir como había comenzado a hacer como rutina. Y al irlandés no le faltó tiempo para averiguar lo que había pasado cuando Zayn bajó al café por la tarde, como siempre, y comenzó a mirar con descaro por todo el local hasta llegar a darse cuenta de que Liam no estaba ahí. Y pese a que no dijo una palabra sobre ello, Niall supo que Zayn la había cagado con el chico.

Por eso, cuando Liam apareció la mañana siguiente en el café a las diez de la mañana, dejando un plazo de tiempo suficiente como para que Zayn se marchara, y se había ido esa tarde pronto para no encontrarse con el mismo, Niall supo que debía poner algo de orden en el asunto y pasar a utilizar esas herramientas que el universo le había dado, como pegamento de unión. Porque pese a que Louis era realmente cortante y directo con las personas que no se comportaban como debían una sola vez, Niall era de la teoría de las segundas oportunidades y la reconciliación. Por eso había invitado a Liam a café toda la semana hasta que el sábado por la mañana el pájaro había cantado y le había contado lo que había ocurrido días antes.

Niall había suspirado con cierto alivio, porque pese a que podía decir sin equivocación que Zayn había sido un idiota, no era de sus peores cagadas. Niall y Harry habían tenido que enfrentarse a determinadas ocasiones en las que ninguno de los dos había salido muy bien parado por culpa del que decía ser su mejor amigo pero se dedicaba a ofrecerles lo contrario.

Liam no parecía guardar rencor a Zayn, al menos sus palabras no indicaban que le reprochara lo ocurrido, simplemente lo comentó con una fingida indiferencia que Niall leyó muy bien, pero sin enfado.

"Zayn nunca ha tendido a establecer relaciones sanas con las personas" le había dicho Niall esa tarde, antes de que se marchara del café, cosa que hizo reflexionar mucho a Liam el día siguiente, hasta acabar por dejar a un lado el malestar que todavía tenía en una parte recóndita de él, y atreverse a pasar una página que parecía más ligera a simple vista que entre sus dedos.

Zayn por su parte sufrió un proceso similar en tiempo aunque diferente en cuando a sentimientos involucrados. Había pasado de sufrir un leve fraude con la imagen que se había creado de Liam, pareciendo un lobo asustado y apareciendo como un oso hambriento, a sentirse incómodo con una presión en su pecho que no reconocía como propia.

Nunca se equivocaba. Había tenido delante a multitud de gilipollas, que habían conseguido de él lo que se proponían, cuando Zayn todavía era demasiado inexperto en las relaciones simples y se enamoraba de cada uno de ellos fragmentando su corazón en tantos pedazos que parecían ya polvo en su caja torácica. Y por una vez, por una simple vez, en la que se adelantaba a las posibles futuras consecuencias con alguien como Liam, cuando se aventuraba a intentar leer líneas con los ojos vendados, había caído en la más triste equivocación.

No acostumbraba a pedir perdón, era algo que simplemente no debía hacer, tampoco se lo habían pedido a él nunca. Pero esa presión en su interior le impedía pensar con el raciocinio que normalmente le caracterizaba. Así que, sin saber muy bien cómo, esa tarde de domingo, se levantó antes de lo que normalmente hacía, se duchó y se puso vaqueros en lugar de pantalones deportivos, y bajó al café antes de tiempo con la firme intención de disculparse.

Niall le había dejado caer que Liam seguía yendo al café, que no había dejado de hacerlo pese a que se había enfrentado a la parte idiota de Zayn, esa que normalmente alejaba a las personas de su negocio. Le había recriminado mínimamente que iba a lograr que Liam, un buen chico y su vecino, dejara de bajar cada día por temor a encontrárselo. Pero Zayn solía hacer poco caso a advertencias, y esa ocasión tampoco fue la diferencia.

Entró en el café como quien entra en su casa y antes de que Liam incluso pudiera darse cuenta, pues estaba realmente ensimismado en su cuaderno y las últimas acotaciones que había escrito, Zayn se fijó en él. Niall, que estaba en la barra hablando con Martin, un vecino del edificio de al lado, dejó su mirada vagar entre Zayn y Liam un momento, antes de que su mejor amigo se decidiera a acercarse a Liam y quedarse de pie a su lado hasta que este se dio cuenta de su presencia. Niall no se inmiscuyó en ello, pero pidió a la madre naturaleza que Zayn no fastidiara las cosas con Liam, la menos más de lo que ya lo había hecho.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora