Capítulo 13

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-Eres un iluso si crees realmente que esa es una buena estrategia.

Amalia acababa de salir de la librería y Louis se había adelantado y había bajado al recibidor antes de que Harry lo hiciera, le gustaba sentarse detrás del mostrador y esperar a que la gente entrara, le gustaba hablar sobre libros que le habían emocionado y recomendar otro. Le había quitado a veces el trabajo a Harry, pero hacía unos días que no había bajado porque una mujer había aparecido esa tarde y había alucinado al encontrarle allí de tal forma que Louis, serio y casi enfadado, había salido de la librería sin avisar a Harry ni siquiera para que bajara.

"¿Era Louis Tomlinson?"

"No, es mi hermano, lo siento, está cansado de que le confundan con ese escritor".

"Juraría que era él".

"A veces yo también".

-Como no me dejes en paz, Styles...

Harry se carcajeó desde arriba y asomó su cabeza por la barandilla sonriendo a Louis, que rodó los ojos y agachó la cabeza hacia su libro. No vio llegar la pelota de papel que le dio justo en la cabeza y que cayó entre sus manos tapando el libro. Louis miró hacia arriba pero no vio a Harry, escuchó su risa, eso sí.

-¿Qué tienes, cinco años?

-Recién cumplidos- canturreó el menor.

-Déjame leer.

-No quiero que leas eso.

"¿Eso?" pensó Louis, pero no dijo nada, sabía que Harry ansiaba lucha y no se la quería dar. Había algunos fragmentos de la novela que Louis adoraba completamente y que releía de vez en cuando, solo para comprobar que no los había sacado de su memoria.

Otra pelota de papel cayó justo a su lado sin darle esta vez directamente.

No sabía por qué Harry no quería que leyera Grandes Esperanzas, era realmente su novela favorita de todos los tiempos, de principio a fin, Dickens era un genio. Sin embargo cuando Louis había sacado su ejemplar esa tarde Harry casi le había pegado. No quería discutir, no quería, pero una parte de él ansiaba saber por qué a Harry, que era una apasionado de la literatura tanto o más que Louis, no adoraba a Dickens como solo los que lo han leído todo pueden adorar a alguien.

Cuando la tercera bola de papel rebotó con la mesa y cayó entre sus manos, Louis suspiró y se dio por vencido.

-Te voy a dar lo que quieres- dijo, mirando hacia arriba y viendo aparecer la sonrisa de Harry-. ¿Por qué no debería leer esta obra maestra?

-Estamos de acuerdo en que es buena.

-¿Buena? Retira eso- dijo fingiendo enfado por la simple calificación de "buena".

-Vale, es mala- dijo, encogiéndose de hombros.

Literalmente Louis sintió sus pulmones ahogarse. ¿Cómo alguien podía llamar mala a la literatura de Dickens? ¿Qué le estaba pasando a Harry?

-Por favor, explícamelo, ahora de verdad quiero saberlo.

Harry se hizo un poco de rogar y sonrió ligeramente emocionado por el interés repentino de Louis. Se levantó y se asomó a las escaleras sentándose en el último escalón con las piernas estiradas hacia abajo.

-Es una biografía.

-Bueno, no se sabe seguro, pero se cree que sí. ¿No te gustan las biografías?

-¿Te gustan las biografías?

-Algunas.

Harry gruñó y elevó su mirada al cielo suspirando finalmente y volviendo a observar a Louis.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora