Capítulo 4

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Tenía un par de llamadas perdidas de Peter.

Louis había pasado la noche en vela y había podido conciliar el sueño cuando el sol ya había aparecido en la ciudad. Por ello, despertarse pasadas las dos por las necesidades fisiológicas le trastocó el reloj interno.

También tenía un mensaje de su agente, le decía que había estado llamando a su apartamento durante toda la mañana y que al no haber obtenido respuesta le había dejado la entrada en el buzón. Louis tenía una entrada para ir al Garden esa noche, no era cualquier noche.

Habría llamado a Liam, quería llamar a Liam para contárselo, para decirle: "Voy a ir a ver a Harry esta noche porque necesito que explote algo dentro de mí, necesito que duela una herida que solo escuece por el momento". Sabía lo que Liam le habría respondido, Liam le habría dicho algo como: "el dolor solo es el motor que te impulsa a hacer algo". Porque Liam era un poeta por dentro, pero veía la claridad en las cosas.

Louis llevaba teniendo esas conversaciones internas desde que su amigo se había marchado. Se contestaba mentalmente lo que él le habría contestado, se imaginaba la respuesta de Liam a sus preguntas y de esa manera se sentía un poco mejor. No había comenzado a pensar si se estaría volviendo loco, porque para eso debía estar en una isla desierta y empezar a hablar con un coco, ¿no?

De todas formas Louis bajó con el pijama y una bata azul oscura hasta el recibidor y recogió el sobre de Peter junto con una docena de cartas más, esas que recibía cada pocos días de fans de todo el mundo. Esas que guardaba en cajas y mantenía sin abrir. Esas que poco le importaban.

La entrada centelleó entre sus manos de vuelta al apartamento en el ascensor. Era bastante simple, una fotografía de la portada del disco de Harry y la información del evento. Nada más. Louis suspiró dejándola en la entrada y echando la vista atrás para volver a verla en la distancia mientras volvía al salón.

Abrió la puerta a la terraza para aligerar el cargado ambiente. Tenía el aire puesto pero no le importó lo suficiente como para apagarlo. Hacía calor, entraba calor, pero se sentía metafóricamente con la puerta de la jaula abierta. No iba a saltar del edificio buscando la libertad, sabía que por ahí no iba a ningún sitio, o quizá si iba, pero definitivamente no al que quería ir, pese a no saber cuál era. Abrir la ventana le trasmitía una ligera conexión con ese exterior al que no lograba llegar de otra manera desde hacía mucho tiempo.

Y sin poderlo evitar pensó de nuevo en la posibilidad que implicaba el simple trozo de papel en la mesa de la entrada. Hacía un tiempo no habría significado nada, hacía dos años, si él no se hubiera encontrado con Harry en su vida, posiblemente Liam seguiría por ahí y le habría insistido en ir a ver a esa nueva revelación de la música. Louis se habría negado desde un principio, pero quizá luego Liam le habría convencido enseñándole alguna de esas canciones que Louis no se permitía escuchar en ese momento, o le habría enseñado alguna fotografía alegando a su figura y sus ojos. Louis al final no habría podido resistirse.

¿Habría caído por Harry en ese momento de no haberse conocido antes? ¿Habría cantado Harry en el Garden de no haberse conocido antes?

No quería llamarse el responsable de haber hecho que Harry despertara del letargo y se animara a seguir un sueño en el aire. Además con la conversación que había tenido con Gemma la noche anterior no había dudas de que era el momento oportuno para Harry y para su música.

Sin embargo... Tampoco podía dejar de lado el hecho de que Harry había aparecido con eso que Louis le había recriminado no tener, tan solo un par de meses después de haber publicado un libro exigiendo movimiento donde solo había conformismo.

Quería llamarse el responsable porque lo poco que había visto a Harry parecía feliz. Pero por otro lado... lo que le había dicho ese chico, los sueños que Harry habría podido dejar atrás con la decisión de darle una oportunidad a la música... No quería ser el culpable de que Harry no pudiera comenzar relaciones estables, no pudiera cruzar la calle del café a la librería, no pudiera volver a mirar con ese desconocimiento que ahora se había tornado en misterio.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora