Capítulo 20

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-¿Por qué te estaría engañando? Puedes preguntárselo a él si quieres.

-Te creo, te creo. Lo que no llego a imaginar es el por qué lo hizo.

Harry se encogió de hombros, para eso no tenía respuesta.

-A Niall no le hacen falta demasiados motivos para hacer las cosas, piensa poco en las consecuencias. Eso me gusta de él, realmente me gusta. Si todo el mundo hiciera lo que de verdad quisiera, aquello que de verdad quiere hacer en cada momento, siempre respetando a los demás- dijo, mirando a Louis y asintiendo-, pero de verdad lo que le naciera, la vida sería más bonita.

Louis sonrió sin forzamientos.

-¡Amén!- gritó Amalia desde la parte baja haciendo reír a Harry, que se asomó por la barandilla.

-No se puede tener privacidad en este lugar, ¿o qué?- dijo, sonriendo.

Louis volvió a centrarse en su libro por un rato y Harry, que llevaba esperando que Louis lo terminara toda la mañana, decidió dejarle solo y bajar con Amalia cuchicheando sobre un poemario que acababa de llegar hasta que una hora más tarde Louis se asomó y sonrió.

-¿Lo has acabado?

-Lo he acabado.

-¿Entonces por qué sonríes?

-¿Porque me ha gustado?

-No te ha gustado.

Amalia se rio y abrió el periódico por la sección de ciencia, los tres sabían que no lo estaría leyendo si los chicos empezaban a discutir sobre la lectura, cosa que al parecer adoraban hacer, no parecían estar de acuerdo en muchos aspectos de la literatura y parecía encantarles ese hecho, pese a que no dejaban de intentar sacar al otro de su error.

Harry, negando, subió las escaleras y miró el libro con los brazos en jarras.

-No te ha gustado.

-No, me ha encantado- contestó Louis sonriendo abiertamente y cerrando sus ojos.

Harry gruñó y se sentó con morros y los brazos cruzados mirando al suelo. Le había recomendado algunos libros a Louis con la intención de que el otro los leyera y poder encontrar alguno del que pensaran igual. Pensaba que con El cuarto de atrás iba a conseguirlo, porque era una novela buena, pero cuyo final era tan pésimo que barría con todo lo anterior y dejaba mal cuerpo, al menos a Harry se lo había dejado y esperaba que a Louis le pasara lo mismo.

-La escritora es española, ¿no?

-Sí...- contestó, sin quitar su no tan fingido enfado.

-Me puedo imaginar por qué no te gusta.

-Yo no entiendo cómo a ti te puede gustar.

-No debes tenerme muy en cuenta nunca sobre escritura, me gusta casi todo, Harry. Debo reconocer que no llego a pillarle el punto a las novelas eróticas con personajes masculinos maltratados, pero... creo que siendo escritor puedo ver el trabajo que hay detrás de cada obra y por ello respetarlo.

-¡Lo respeto! Claro que lo respeto- le contestó el menor sin desenfurruñarse-. Sé que es una buena escritora, pero no entiendo por qué algunos se empeñan en hacer que duela todo el cuerpo cuando acabas de leer sus obras. Es todo más sencillo si acaban bien, si todo es feliz. Es horrible.

-No acaba mal- dijo, no queriendo que Harry se enfadara más, sino simplemente defendiendo una postura que creía verdadera-. Solo porque no acaben todos felices y tú no tengas todas las respuestas no significa que acabe mal. Es bonito a su manera. Carmen no sabe si ha estado soñando o no, si Alejandro existe o no lo hace, pero lo que ha vivido es real.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora