Capítulo 29

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Los ojos de Harry se separaron de la pantalla, Liam los sintió vidriosos por el tiempo que habían estado expuestos a luz artificial, y atinó a ver la página por la que Harry iba, la doscientos treinta y siete, no le quedaban más de cincuenta para terminar el documento que él no había podido acabar.

-Ey.

-Me duelen partes de mí mismo que no sabía que existían. Pero al parecer tampoco sabía muchas cosas de mí mismo- dijo, sacando la voz de donde no la sentía para acabar encogiéndose de hombros.

-No es real, Harry, nada de eso lo es.

-No que va- dijo con sarcasmo, elevando ligeramente la voz-. Físicamente es yo, tiene mi edad, se llama como yo, pero no soy yo, ¿o no es real? ¿Qué es lo que has dicho?

Liam suspiró. Su cabeza iba a mil por hora intentando poner las palabras adecuadas entre sus labios sin saber exactamente cómo hacerlo, porque sí, estaba en medio de la batalla que no era la suya, pero en la que se había visto sumergido por golpes laterales.

-Ahora entiendo muchas cosas, casi todas. Su manera de alejarse de mí al principio, los golpes de realidad que me gritó en un par de ocasiones, su manera sutil de enviarme a precipicios. Ha sacado todo de mí para hacer esto- dijo, señalando con sus dedos la pantalla del ordenador-. Y no sé qué demonios es esto, solo sé que me duele dentro- se puso una mano en el pecho e inspiró con dificultad sintiendo las lágrimas uniéndose en sus ojos-. Liam... tú, sé que eres su amigo, pero esto... tú lo sabías.

Liam no pudo hacer otra cosa que asentir, aunque Harry no lo había formulado como pregunta.

-Intenté pararlo, pero-

-No es cómo si yo no le conociera a él, Liam. Sé lo hijo de puta que puede ser. Le había leído antes- especificó.

-Él ha sufrido mu-

-¡Oh! Joder, no te atrevas- elevó la voz-, ni de coña te atrevas a intentar justificar que trate de descomponer lo bueno que le pasa en la vida porque su familia está enterrada.

-No trato-

-¡Sí tratas! ¡Joder! Joder... Liam...

Harry sollozó dejándose caer al suelo. Había pasado horas leyendo un documento desgarrador, un documento que describía su vida, como una biografía cruel que comparaba al personaje principal con un ser movido por los hilos de la dejadez y la confianza en una vida triste.

Había leído cada palabra sin ejecutarla en su mente realmente, porque si lo hubiera hecho no habría podido atravesar el primer capítulo. Había intentado hacerse a la idea de que no era él de quién Louis estaba escribiendo, que no era él quién tenía delante. Pero las horas habían pasado y ahora se daba cuenta de que había estado frente a un espejo.

Y no es como si él no supiera que Louis estaba roto, todo el mundo se lo había dicho, incluso el propio Louis lo había hecho. Pero Harry creía conocer el poder del hormigón, ese que restablece hasta las almas. Creía.

-Es tan oscuro, tan tremendamente oscuro y al mismo tiempo tan puro, tan esclarecedor. Es como un impulso a la lucha si se sabe por lo que luchar. Pero estoy en medio, soy el ejemplo del que no lo hizo. Es... real.

-No lo es, Harry. Te conozco.

-No mejor que él. Y esto es lo que ha hecho conociéndome. Y yo, tonto de mí, me veía en Ghana con él, en realidad me veía con él en cualquier parte.

Liam no supo que responder a eso, porque sí, a él también le habría gustado ver a Louis junto a Harry en cualquier parte, había visto a un Louis sonriente, un Louis divertido, ese amigo suyo que había cambiado drásticamente años atrás y al que hacía tiempo que no tenía delante.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora