Capítulo 8

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-¿Qué importancia tiene nada de eso?

-¿Nada de eso? Estás hablando de nuestra obra de navidad como si no fuera la octava maravilla universal. Estás hablando de la oferta de tu vida como si fuera una decisión ligera de tomar.

-Lo es.

-No lo es, tienes que pensarlo, tienes que marcharte, no me jodas.

Liam se volvió y se paró en medio del corredor del enorme salón de actos y Louis casi chocó contra su espalda.

-No me voy a ir a ninguna parte. Tú no te vas a ir a ninguna parte. Me quedo contigo.

Louis resopló y negó de nuevo. No sabía cómo hacerle entender a su mejor amigo que debía irse, que debía coger esa oferta y marcharse antes de que fuera retirada. Tampoco había mucha fuerzo de convicción teniendo en cuenta que él había hecho su elección en tan solo unos segundos: quedarse.

Había sido hacía cinco días. El director les había reunido en su oficina y les había hablado de su obra de invierno y del éxito que había tenido para pasar tras ello a presentarles a un tal Mark Nilson, al parecer uno de los hombres más importantes en la CBS, en una de las productoras más importantes de Estados Unidos.

Ambos habían tenido buena cabeza al haber registrado todas sus obras y cada pequeño texto que escribían. Sabían que aquel hombre, ese tipo, olía a dinero y a poder, pero también olía a no querer compartirlo porque sí. Sabían que de no haberlas registrado ese tal Nilson las habría robado sin esperar un instante.

A partir de ahí la oferta estaba sobre la mesa. Les querían para una serie de televisión, una serie basada en su obra de invierno, esa que, pese a ser febrero, todavía se representaba cada viernes y sábado en su colegio y a la que habían asistido hasta William y Harry. Esa que les había lanzado a la atmósfera sin preparación.

-Nos quieren a los dos o a uno. No me puedo ir, habrá miles de ofertas para mí en el futuro, habrá decenas como esta y mejores. Abuelo solo tengo uno, Liam, y no sé cuánto tiempo le tendré. Pero tú... tus padres te han dicho que te vayas, tu hermano casi te ha hecho la maleta. Mis hermanos son pequeños, si me voy ahora sé que no volveré a verles así, sé que perderé más que ganaré.

Liam entendía lo que Louis trataba de decirle, Liam era consciente y aceptaba, así como compartía, cada una de esas ideas. Pero él no quería irse sin Louis, él no iba a irse sin Louis. Punto y final.

Negó de nuevo y Louis soltó un grito agudo lleno de frustración.

-¡Serías jodidamente millonario, Liam! ¡Los Angeles, Liam! No seas idiota.

-Eres tonto, déjame en paz.

Se dio la vuelta y dejó a Louis en mitad del pasillo central, mirándole la espalda.

-¡Liam!- gritó, con las ganas de pegarle un tortazo para que reaccionara quemándole en las palmas de sus manos-. Si no te vas me volveré a Doncaster, me iré a Doncaster y volveré a mi antiguo instituto de mierda con mis antiguos profesores de mierda. Te dejaré aquí solo. Tendrás que elegir entre hacer guiones de series y películas en Los jodidos Angeles, o hacer teatrillos de mierda tú solo en un colegio de pago de Londres.

Liam no pudo ocultar la sorpresa ante las palabras de Louis, no se esperaba aquello.

-¡No lo entiendes!- gritó, haciendo que su voz retumbara en las paredes del salón- No me voy a ir sin ti, dices que tus hermanos no volverán a ser tan pequeños, que tu abuelo es mayor y quieres pasar tiempo con él, y que Los Angeles están muy lejos de ellos, y yo... lo entiendo- dijo, tragándose la palabrota-. Pero igual que para ti todos ellos son importantes, tú lo eres para mí.

El Café 17 - Louis y HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora