Tras la larga charla con Sarah, me acuesto en la cama y me duermo enseguida, no pensé que luego de dormir dos años me sentiría tan cansada y ya que está por anochecer, aprovecho.
En mis sueños, estaba yo, unos años más pequeña, con un vestido hermoso, y debo admitir que me veía radiante; mi casa estaba adornada perfectamente como para un gran evento y efectivamente, era mi fiesta de quince años. Bajé por la escalera y todos los invitados me esperaban en el primer piso y observaban con detenimiento como descendía; con una sonrisa llegué al primer piso y un chico me ofreció su mano en el último peldaño, noté que a mi madre no le agradaba mucho la idea pero aun así yo estaba feliz y él también parecía estarlo.
Por las emociones que sentí, creo que fue una fiesta maravillosa. El chico, Alexander, no se despegó de mí ni por un instante y al final de la noche me dio un beso; no sé si fue mi primer beso o no, pero si que sentí muchas mariposas, y todo parecía muy real, como si fuera un recuerdo.
Despierto bañada en sudor, y cuando miro el reloj me doy cuenta de que son las cinco de la mañana; me dirijo al baño, necesito lavarme la cara y despejarme.
«¿Qué fue eso? ¿Un recuerdo o solo un sueño? ¿Quién era ese chico?»
Salgo por el balcón, necesito respirar; el frío invade cada parte de mi cuerpo pero me quedo ahí mirando hacia el cielo oscuro. No puede ser un recuerdo porque según lo poco y nada que me han contado, se supone que en esa fecha Ethan ya era mi novio, y en el sueño él no aparecía por ninguna parte; además, si era novia de él no tiene sentido que haya besado a Alexander.
¡Dios! Ni siquiera existe y lo llamo por su supuesto nombre.
Entro de nuevo a mi cuarto, tomo un cuaderno y un lápiz que encuentro en mi escritorio y comienzo a escribir detalladamente el sueño; cuando termino, empiezo a trazar líneas en una hoja blanca y cuando me doy cuenta, estoy dibujando la cara de «Alexander» a la perfección. Acabo de descubrir que al parecer tengo habilidades para el dibujo.
Luego de esto, no puedo seguir durmiendo, así que me dispongo a investigar mi habitación para ver si encuentro algo que me ayude a recordar. En un mueble encuentro una caja con muchas fotos, sé que esto puede traerme problemas ya que no es recomendable recibir mucha información en tan poco tiempo, pero al parecer soy una persona muy curiosa y no puedo esperar a que mi memoria se recupere sola, tengo que ayudarla un poco.
Saco poco a poco las fotos y las dejo sobre mi cama, hay muchas caras desconocidas, al parecer tenía muchos «amigos», al parecer no eran buenas amistades ya que no había nadie a mi lado hoy, aparte de Ethan; hay alrededor de cien fotos encima de mi cama y no sé por cual empezar, cierro los ojos y tomo una al azar, una en la que sale un grupo bastante grande, todos se ven muy felices y no tardo en encontrar mi cara; observo fijamente todo y me quedo helada cuando veo quién es la persona que está a mi lado, busco rápidamente entre todas las fotos para ver si encuentro a esa persona otra vez,y me llevo una gran sorpresa al ver dos fotos, cinco, diez, treinta fotos que tengo con ese hombre, con «Alexander». Ya no me queda ninguna duda de que es real, aunque sigo sin saber quién es y qué papel ocupaba en mi vida.
Examino una por una las fotos, hay algunas muy lindas, en la mayoría solo salimos los dos, creo que éramos muy amigos o por algunas fotos yo diría que algo más.
Pero, si éramos tan cercanos no entiendo por qué no está aquí conmigo.
¿Se habrá cansado de esperar a que despierte?
Siento una extraña sensación, como algo que no me deja respirar. A quién quiero engañar, cualquiera se cansaría de esperar si pasan dos años y no doy señales de vida.
ESTÁS LEYENDO
Vidas Robadas (VR#1)
General FictionVivo en un mundo perfecto. Claro, para los que lo controlan. Todo es controlado, desde dónde vivimos hasta la duración de nuestra vida. Al nacer, nos extraen una muestra de sangre, la examinan en un laboratorio, y no sé cómo lo hacen pero dejan en...