Abro los ojos lentamente mientras el sol entra por mi ventana, no recuerdo en qué momento me quedé dormida pero sé que estaba leyendo el libro que me regaló Kate por mi cumpleaños, «El club de los corazones solitarios». No pude evitar soltar una carcajada cuando leí el título ya que me sentí completamente identificada.
El libro está a mi lado abierto justo en donde había quedado, que suerte que no perdí la página, como siempre me pasa. No alcanzo a despertar completamente cuando entra Sarah a mi habitación.
—April, voy a salir de viaje unos días por trabajo. Sé que viajo mucho, pero debes comprender que soy responsable de una ciudad completa y es muy complicado.
—Lo entiendo —le sonrío. Últimamente hemos tenido una muy buena relación y pasamos un poco más de tiempo juntas. Aún siento que me oculta muchas cosas pero decidí darle una oportunidad de crear un vinculo «madre–hija» o algo parecido.
—¿Estarás bien?
—Sí, Gina me cuidará muy bien. Te lo aseguro —me río y ella también—. ¿Te vas en avión?
—Sí, en una hora tengo que estar en el aeropuerto.
—¿Te puedo ir a dejar? —hago un puchero—. Por favor, debes admitir que ahora conduzco muy bien.
—Está bien, vístete rápido.
Salto de la cama y me dirijo a la ducha rápidamente, me demoro un poco en elegir la ropa que me voy a poner pero no me doy cuenta hasta que Sarah vuelve a entrar.
—Rápido, llegaremos tarde —se queda en el marco de la puerta.
—Ya voy, mamá.
—¿Qué dijiste? —pregunta con los ojos como platos.
—Que ya voy.
—Me dijiste mamá —se ve emocionada y yo ni siquiera me había dado cuenta de que lo había dicho.
—Emm... Yo creo que sí —le sonrío y me abraza.
—No sabes todo lo que esperé este momento —le devuelvo el abrazo, la verdad sí sé todo lo que esperó y también podía ver como le molestaba que a Joseph le dijera papá y a ella solo Sarah. La razón de esto era porque recién estoy sintiendo que es mi madre, antes solo era una extraña que decía conocerme; a diferencia de papá que apenas lo vi supe que era él.
Conduzco hasta el aeropuerto a una velocidad moderada, amo conducir a mucha velocidad pero mi mamá no debe enterarse de eso. Espero a que entre para volver a casa, estoy a punto de encender el auto cuando recibo un mensaje de Ben, es la imagen de un contrato marcado con un timbre que decía «aprobado» y bajo la imagen sale escrito: «Todo listo». Comienzo a sentir una extraña sensación en mi estómago, creo que es un poco de emoción.
Ha pasado una hora después del mensaje y estoy almorzando con él, repasando todos los detalles de cómo sería su primer día.
—¿Quieres que entre y lo busque enseguida? ¿No será raro? —me pregunta antes de llevarse un pedazo de carne a la boca.
—No enseguida, sería genial que sepas quién es pero no tienes que hablarle si no quieres, ni el primer día ni nunca.
—Está bien, espero que pueda encontrar lo que andas buscando.
—Eres el mejor amigo del mundo.
—Sí, lo sé —sonríe y luego cambia el tema rápidamente—. ¿Has sabido algo de Kate?
—No, ¿por qué? —una bombilla se enciende en mi cabeza y sonrío con maldad—. Te gusta, ¿verdad?
—¿Qué? ¿A mí? —pregunta casi haciéndose el ofendido y casi riendo como si fuera la estupidez más grande del mundo, pero luego mira hacía otro lado y se sonroja—. Tal vez.
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Vidas Robadas (VR#1)
General FictionVivo en un mundo perfecto. Claro, para los que lo controlan. Todo es controlado, desde dónde vivimos hasta la duración de nuestra vida. Al nacer, nos extraen una muestra de sangre, la examinan en un laboratorio, y no sé cómo lo hacen pero dejan en...