—Buenos días, Bonita —me despierta Alex con un pequeño y suave beso en los labios.
Tardo unos minutos en despertar completamente y en darme cuenta que estoy rodeada por sus brazos; enseguida una sonrisa se comienza a dibujar en mi rostro.
—Como extrañaba despertar con esa frase —rodeo su cuello con mis brazos y juego un poco con su cabello desordenado.
—Yo extrañaba decirlo.
Nos miramos un largo rato en silencio, como si no necesitáramos de las palabras para que nuestros ojos se comuniquen. Me puedo dar cuenta de que en sus ojos no hay nada más que amor, ni una gota de tristeza o de rabia, por lo menos en este momento solo hay espacio para el amor y puedo apostar que en los míos también.
—Voy a volver al bosque contigo —no oculta su sonrisa cuando me escucha—, tenías razón, yo no soy como ellos. Sé que tarde o temprano pagarán por lo que hicieron, siempre las cosas caen por su propio peso. En cualquier caso, si peleo contra Sarah es casi imposible que gane yo; en estos momentos tengo mucho en contra, pero estoy segura de que en algún momento se equivocará y podremos ganar, juntos.
—Así será. Ganaremos y sin tener que convertirnos en matones, sin dejar de ser nosotros mismos.
Le sonrío y apoyo mi cabeza en su pecho, sin darnos cuenta nos volvemos a quedar dormidos y cuando despierto, lo hago antes que él. Aprovecho la oportunidad que me acaba de dar la vida ya que él siempre despierta antes y me quedo observándolo; parece un niño cuando está durmiendo, tan lleno de paz. Lo amo tanto, y no sé cómo pude llegar a olvidar todo lo que alguna vez sentí por él.
Después de estar un rato mirándolo dormir, como una acosadora y sin que él dé alguna señal de despertar, decido que es tiempo de levantarse y me dirijo al baño; echo a correr el agua de la ducha mientras me cepillo los dientes antes de entrar. Al salir, cambio el parche que tapa mi operación y la limpio ya que tiene un poco de sangre y me pongo la ropa interior y recojo su camiseta del suelo cuando salgo, adoro usar sus cosas.
Bajo a la cocina con cuidado ya que ahora recién vengo a recordar que hace dos días me apuñalaron y debería estar en reposo. Comienzo a preparar un desayuno para los dos y mientras abro el refrigerador para sacar el jugo de naranja miro hacia el reloj, son las doce del día; un poco tarde para tomar desayuno pero, ¿qué importa?
Pongo las cosas en una bandeja y subo las escaleras otra vez con mucho cuidado pero ahora es para no caerme; llego a la habitación y dejo la bandeja encima de la cama mientras me acerco a él y lo despierto con un beso.
—Buenos días, Bonito —digo con media sonrisa, intentando imitar su cara cuando me lo dice.
Él, aun somnoliento se ríe y se sienta en la cama.
—¿Y eso?
—¿Qué? —me río—. Quería saber qué se sentía decirlo.
Me abraza por la cintura y me da un beso, un beso que perfectamente podría ser de película. Pero debo apartarme ya que si seguimos así lo más probable es que derramemos todo el desayuno en la cama y las sábanas blancas no lo agradecerían.
—¿Alguna vez te he dicho lo increíblemente sexy que te ves con mi camiseta?
—Uhmm...tal vez —le guiño un ojo y paso por encima de él para sentarme al otro lado de la cama. Otra vez sin acordarme de la herida hasta que siento una pequeña puntada en esa parte y hago una mueca.
—Cuidado —su tono preocupado hace que muera de ternura.
Comemos tranquilamente y luego él se va a duchar, mientras yo me quedo acostada con la cabeza apoyada en su almohada, perdiéndome en su aroma. No tarda más de cinco minutos en salir, vestido solamente con su bóxer negros; que no es por alardear pero le quedan de maravilla. Toma su pantalón pero yo se lo quito de las manos y lo acerco a mí para besarlo.
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Vidas Robadas (VR#1)
General FictionVivo en un mundo perfecto. Claro, para los que lo controlan. Todo es controlado, desde dónde vivimos hasta la duración de nuestra vida. Al nacer, nos extraen una muestra de sangre, la examinan en un laboratorio, y no sé cómo lo hacen pero dejan en...