Capítulo 41: ¿Debería estar muerta?

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—Alex —digo rápidamente sin poder creer lo que veo.

No sé si será un error o qué cosa pero hay tres archivos con mi número, nombre y foto. Alex aparece pocos segundos después y al ver cara noto que luce bastante preocupada, enseguida comprendo que en su archivo leyó algo que no le gustó para nada.

—¿Qué pasa? —pregunta pero su mente está volando a kilómetros de aquí.

—Hay más de un archivo con mi numero.

—¿Cómo?

Eso último parece sacarlo de sus pensamientos. Le muestro los tres archivos, de los cuales, dos ya estaba abiertos. Alex me mira confundido olvidando eso que tanto lo había afectado por unos momentos.

—¿Cómo puede ser posible?

Me encojo de hombros y comienzo a abrir el primero, yo también me preguntó cómo es posible.

«Nombre: Mía Elizabeth Hamilton

Numero: 25840

Fecha de nacimiento: 15/Julio/2023

Edad: 8 años

Fecha de defunción: 24/Agosto/2031

Hora: 13:27

Motivo: Ahogada»

Me estremezco al darme cuenta de que en el «destino» está escrito que la que debería haber muerto era yo y no Liv. Pero, ¿cómo? ¿no se supone que el destino no se puede cambiar?. Tardo un momento en darme cuenta de que la fecha en la que supuestamente debí morir, «0824» es igual a la clave de la caja fuerte de Sarah. Todo y nada tiene sentido en esta vida. Por su parte, Alex parece igual de afectado que yo y no entiende nada. Me apresuro a abrir el siguiente archivo.

«Nombre: Mía Elizabeth Hamilton

Numero: 25840

Fecha de nacimiento: 15/Julio/2023

Edad: 16 años

Fecha de defunción: 01/enero/2040

Hora: 16:57

Motivo: Accidente de transito»

Esto quiere decir que el día en que Alex «me vio morir», de verdad estaba muerta, ¿qué?. No entiendo cómo es posible que esté aquí, perfectamente viva, si ya debería haber muerto a los diez y dieciséis años, y está más que claro que un fantasma no soy.

—Chicos —escuchamos a Brandon por el auricular—, tienen once minutos para ordenar todo y salir de ahí. Corran.

Eso es lo que nos ayuda a salir de nuestro estado de parálisis y comenzamos a pensar en cómo saldríamos del edificio en tan poco tiempo. Rápidamente le tomo fotos a los dos archivos abiertos y sin dudar un segundo abro el último, no tengo tiempo para leer así que no me doy cuenta cuando debo morir otra vez, y no sé por qué pero tengo el presentimiento de que sí debí hacerlo. Vuelvo a poner los archivos en su lugar y me acerco a Alex, quien me toma la mano antes de comenzar a correr escaleras abajo.

—¡Tres minutos! —dice Brandon nervioso cuando vamos en el piso veinte.

—¡Debemos correr más rápido! —dice Alex y yo asiento sin dudarlo.

Hacemos lo que acaba de decir y creo que nunca he corrido más rápido en toda mi vida.

—¡Veinte segundos! —grita en nuestra oreja y llegamos agotados al primer piso.

Vidas Robadas (VR#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora