Alex se mueve de un lado al otro nervioso, sé que está intentando idear una buena respuesta pero no sabe qué decir ni hacer; lleva unos diez minutos en eso mientras yo me impaciento cada vez más, finjo un bostezo y él al fin abre la boca.
—¿Y después qué? —pregunta pero no comprendo lo que quiere decir, —. Te vengarás y luego qué —dice casi leyéndome el pensamiento.
—Y-yo —comienzo a tartamudear pero él no me deja seguir hablando.
—Eres más que eso, Mía —comienza a decir, se sienta mi lado, luego apoya sus brazos en las rodillas y se toma la cabeza—. Sé que lo que te hicieron fue espantoso y no sabes todo lo que yo desearía hacer con todos ellos pero no es lo que somos. Los matones, los que se ensucian las manos son ellos, no nosotros. No tiene ningún sentido que vuelvas a esa casa.
—Esto es en lo que me convirtieron —aparto la mirada, no soporto esos ojos color caramelo que tanto amo fijos en mí—, no puedo quedarme con los brazos cruzados viendo cómo se ríen de mi. No dejaré que ellos ganen, de alguna forma tienen que pagar por lo que hicieron.
—Y lo harán, llegará el día en que la vida se encargue de hacerlos pagar. Tú no eres así, Mía —antes de que me dé cuenta me toma las manos—. Tal vez tu supuesta venganza te haga sentir bien por unos días pero luego no podrás con la culpa. Te conozco más de lo que quieres admitir.
—Creo que he soportado cosas peores que la culpa —me pongo de pie dando por terminada la conversación y me dirijo hasta la puerta.
—Espera —por un momento pienso que me volverá a pedir que me quede pero no lo hace—, lleva esto —me pasa la cajita en donde habían algunos diarios y fotos—. Prométeme que los leerás y no te dejarás cegar por la rabia.
—No tengo que prometerte nada, ya no somos nada.
—Tomaré eso como un sí —dice ignorando otra vez la parte en la que ya no estamos juntos—. ¡Ah! Y no creas que no estaré cerca, sigo planeando cumplir mi promesa. Más le vale a tu ex mantenerse alejado.
—Adivina qué —digo subiendo al ascensor e intentando poner mi mirada más fría—... tú eres mi ex.
La puerta se cierra ante la mirada suplicante y dolida de Alex. Sí, tal vez me acabo de comportar como una maldita perra al decir eso, pero era eso o ponerme a llorar delante de él y no quería darle esa satisfacción, de que vea lo mucho que me afecta.
Salgo lo más rápido que puedo del bosque, sé que después de lo que dije no volverá a buscarme y aunque la idea me duela en lo más profundo sé que es lo mejor que pude hacer, a mi lado Alex nunca podrá hacer todas las cosas que quiere, nunca saldrá de ese agujero, nunca será libre. Si amas algo déjalo ir, dicen por ahí.
Cuando Peter ve que me acerco a la entrada, media hora antes de lo acordado suspira de alivio, no hace ninguna pregunta al ver la pequeña caja que llevo en mis manos pero sé que si me ve cualquier otra persona lo hará. Subo rápidamente a mi habitación y cierro la puerta con llave; al parecer no hay nadie en casa pero es preferible prevenir que lamentar.
A pesar de que la operación aún me molesta, sobre todo después de mi visita al bosque, decido subir a mi lugar secreto a leer un poco de mi vida. Con un gran esfuerzo y dolor logro llegar; ya no tengo a Alex para que me ayudara. Ya no lo tengo para nada.
Tomo asiento en el pequeño sillón y abro la caja, saco un diario cualquiera y lo abro en cualquier página. Me doy cuenta de que en este diario las historias no tienen nombre, solo fechas; y al parecer fue el ultimo diario que escribí.
« 20 de Septiembre de 2039
Querido diario:
Creo que estoy embarazada. Sí, leíste bien. No puedo ser madre, tengo solo dieciséis; sé que con Alex siempre planeamos un futuro juntos pero eso no significa que estemos preparados para ser padres a esta edad. Aún estoy en el colegio y Alex recién está empezando la universidad. ¿Qué pasa si me deja? No, no lo haría, ¿verdad?. Él me ama, no puede dejarme. Necesito respuestas, no sé qué hacer. No dejo de llorar y no sé con quién desahogarme por eso lo escribo, como siempre ha sido, solo tú y yo. No tengo mucho tiempo, Alex esta por venir a buscarme y no sé cómo mirarlo a los ojos o hablarle como si nada pasara. ¡Mierda! Ya está aquí.»
Quedo pasmada ante esas letras escritas a la rápida, definitivamente a estas alturas me espero cualquier cosa pero, ¿un embarazo?. Definitivamente no es posible. Rápidamente cambio de pagina para leer lo que sigue a continuación, necesito más información. No escribí más hasta siete días después.
« 27 de Septiembre de 2039
Querido diario:
Las cosas no podrían haber salido de peor forma, sé lo conté a Alex, prometió que no saldría corriendo y que si era verdad, estaría siempre conmigo, ya que según él tarde o temprano íbamos a terminar siendo padres, solo nos adelantamos un poco pero todo saldría bien. El problema no es ese; fuimos a una farmacia a comprar un test de embarazo y cuando por fin me armé de valor para pedirlo, apareció mi madre, quien obviamente al escuchar lo que andábamos buscando se puso furiosa; hizo un escándalo digno de alcaldesa y hasta amenazó con denunciar a Alex, supuestamente por aprovecharse de una menor de edad. Por más que intenté defenderlo, mi madre no cambió su postura. Volví a casa con ella para que dejara ir a Alex pero aun así seguía con la idea de la denuncia; en casa me obligó a hacerme el test pero no lo he hecho. No quiero que ella sepa el resultado.»
« 30 de Septiembre de 2029
Querido diario:
Me escapé con Alex, no soportaba seguir viviendo bajo el mismo techo que Sarah; no dejaba de controlarme. Estamos viviendo en el bosque, en una casita oculta debajo de este; era de su familia y estaba clausurada pero él se encargó de restaurarla y ahora dice que es nuestro hogar. Me hice el test hace un día y salieron dos rayitas; me quería morir, pero Alex me tranquilizó. Me dijo que no siempre eran confiables y que me llevaría donde un médico, amigo de su padre, creo que es de apellido Collins; me haré un examen de sangre y sabremos si de verdad seremos padres o hay algo más. Por otra parte, mi rostro aparece en todas las noticias y abajo de mi foto un gran «DESAPARECIDA». Esto se está poniendo cada vez peor. ¿Por qué no puedo tener una vida norma? En la que solo soy una chica que puede pasear libremente con su novio rebelde y sexy, a veces la vida es injusta pero al menos tengo a mi rebelde y es lo único que me importa ahora.»
Casi se me cae el diario de las manos, ¿de verdad estuve embarazada? ¿Dónde mierda está el bebé? ¿Por qué Alex no me dijo nada?
«Para protegerte», dice una voz dentro de mi cabeza pero no la escucho. Intento cambiar de pagina para saber en qué termina todo esto pero lo único que encuentro son páginas en blanco; al parecer eso fue lo ultimo que escribí.
Bajo a la pieza y me observo atentamente en el espejo
—¿Quién eres en realidad, Mía Hamilton? —pregunto en voz alta ya que para mi, esa Mía a la que tanto ama Alex, es una completa desconocida. Esto es mucho para mí, no sé si puedo soportar más verdades; mi vida es un verdadero desastre y no hay nada que hacer.
Rompo a llorar, lloro con fuerza, lloro por Alex, por nuestro supuesto bebé y sobre todo, lloro por esa desconocida a la que estoy viendo en estos momentos reflejándome en el espejo.
Sin explicarme por qué, me meto debajo de la cama; tal y como había hecho hace unos meses atrás cuando Kate se fue con Gabriel. Sigo llorando ahí como una niña pequeña y asustada. No vuelvo a preguntarme la razón por que que acabo de hacer esto, total, mi vida ya es lo suficientemente rara como para extrañarme por cosas como estas.
Al poco rato siento los pasos de Gina y su voz preocupada llamándome, debe haber pensado que me volví a escapar. Quiero responderle, decir que estoy bien —no, bien no estoy—, decirle que al menos estoy viva pero las palabras nunca salen de mi boca.
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Vidas Robadas (VR#1)
General FictionVivo en un mundo perfecto. Claro, para los que lo controlan. Todo es controlado, desde dónde vivimos hasta la duración de nuestra vida. Al nacer, nos extraen una muestra de sangre, la examinan en un laboratorio, y no sé cómo lo hacen pero dejan en...