Capítulo 54: visitantes

7.4K 738 20
                                    

Ethan está de pie en la puerta como si estuviera evaluando si entrar o no, ante mi mejor mirada de desprecio. Sus ojos verdes y grandes me quedan mirando fijamente hasta que yo desvío la mirada.

—Responde —me levanto rápido, hecha una furia—. ¡¿Qué mierda haces aquí?!

—Yo... —comienza a hablar, muy nervioso—. Quería hablar contigo.

—No hay nada que hablar; no tenían derecho a hacerme lo que me hicieron. Me robaron la identidad y tú... —tomo aire—. Tú decías que me querías, ¿cómo podías mentirme mirándome a los ojos?

—No fue fácil para mí, Mía —se defiende y yo resoplo ruidosamente—. Si no hacía lo que tu mamá quería no iba a poder verte nunca más; ya te había perdido una vez y no lo iba a hacer de nuevo.

—¡No existe una justificación para todo lo que me hicieron! —grito y me acerco—. Si me amabas tanto habrías encontrado la forma de decirme la verdad en vez de hacerme creer que estaba enamorada de ti.

—No tuve otra opción.

—Ándate, Ethan —digo lo más calmada que puedo pero al ver que no se mueve me pongo furiosa y grito—: ¡Fuera de aquí!

—¡No me voy a ir, Mía! —me devuelve el grito y cierra completamente la puerta—. No me iré hasta que diga todo lo que tengo para decir y créeme que es largo.

Me vuelvo a sentar en la cama con los brazos cruzados decidida a ignorarlo pero él, de igual forma se sienta en uno de los bordes y comienza a hablar.

—Yo te amaba, Mía —comienza a decir y yo suelto una pequeña carcajada irónica—. Eras todo lo que yo quería para mí, y éramos muy felices hasta que ese imbécil apareció, te confundió y te fuiste con él; cambiaste completamente y eso me destruyó. No sé en qué estabas pensando y cómo fue que pudiste tirar nuestra relación tan rápido a la basura y por una atracción mínima por él, pero me dolió mucho.

—No tiré nuestra relación por algo insignificante, yo estaba enamorada de Alex desde que era una niña, desde antes de conocerte y no me digas que cambié porque la Mía que conociste nunca fue la verdadera, solo era yo intentando ser como mi hermana. La verdadera Mía fue la que era cuando estaba con Alex, no contigo.

—¿Eso te dijo él? ¿No ves que lo único que quiere hacer es confundirte? No puedes quedarte solo con su versión, porque es obvio que va a decir muchas cosas a su favor y en mi contra, debes escuchar la otra parte también.

—Todos tenemos una versión distinta de los hechos pero yo me estoy guiando por la mía y supongo que esa no puede mentirme. He estado leyendo mis diarios y teniendo sueños que parecen recuerdos; así que no intentes hacerte la víctima porque Alex jamás ha dicho cosas en tu contra aunque ganas no le han faltado.

—¿Qué clase de sueños?

—Sé que casi me golpeas cuando te dije que quería terminar, vi como golpeaste a Alex sin tener ninguna prueba de que te había engañado con él. Eras muy violento, ni parecido al Ethan «perfecto» que me hicieron creer que eras.

—Perdóname por favor —comienza a llorar pero no le creo nada—, lo que menos quiero es hacerte daño, sé que ya es un poco tarde para eso pero perdóname, haré lo que quieras.

—Convence a Sarah de que deje de buscar a Alex y te perdono —respondo sin siquiera tomarme un momento para pensar, mirándolo fijamente—. Que lo deje en paz y él pueda seguir con la vida que tenía antes.

—No puedo hacer eso, y aunque quisiera no podría. Tu madre jamás me escucharía.

—Entonces puedes salir por donde entraste —apunto hacia la puerta pero mi vista está fija en otro lado—, y no te molestes en volver.

Antes de que pueda decir algo más me dirijo al baño, me encierro y hago correr el agua de la ducha. No sé si se habrá ido o no pero yo entro a la ducha y me quedo un largo rato ahí; no me importa que la cuenta de agua salga un disparate, necesito quedarme ahí para que el agua se lleve todo mi dolor, aunque por más que lo intento, no lo hace.

Salgo a la habitación con una ropa que Gina me había dejado cuando vino en la mañana, unas calzas deportivas y una camiseta de tirantes. Me da un poco de frío por lo que me pongo un polerón con capucha. Antes de salir siento un ruido muy fuerte que proviene de mi habitación; suelto un suspiro de cansancio, este chico no se aburre nunca.

—Te dije que te fueras, Ethan —digo con furia mientras abro la puerta.

—Hola, princesa.

—¡Papá! —corro a abrazarlo y me pongo a llorar otra vez—. ¿Qué haces aquí?

—Exigí que me dejaran verte, perdóname por estar tan desaparecido. Cuando supe que te habían secuestrado te busque por todos lados.

—No estaba secuestrada, me fui con Alex —noto en su mirada que eso lo toma por sorpresa—. Era el único que me decía la verdad.

—No te rendiste hasta que lo encontraste —suelta un suspiro y me sonríe.

—¿Por qué no me dijiste mi verdadero nombre? —ya me estoy acostumbrando a hacer esa pregunta, pareciera que viene incluida en mi.

—No podía...

—Déjame adivinar, Sarah no te iba a dejar verme nunca más —pongo los ojos en blanco—. Es la respuesta que me dan todos.

—Intenté ayudarte con todo lo que tenía a mi alcance pero no podía ir demasiado lejos.

—¿Sabías que mi perdida de memoria no fue un accidente? ¿Que Sarah hizo que me borraran los recuerdos para moldearme a su manera?

—¿Qué? —pregunta sorprendido y su rostro comienza a tomar un color rojizo, de rabia.

—Eso, lo más probable es que nunca recuerde ya que me los borró; quería que fuera igual a Liv.

—¿Liv? —sus ojos se llenan de lágrimas—. ¿La recuerdas?

—No, Alex me habló un poco de ella en este tiempo y también leí algunos diarios que escribí antes.

—Te voy a sacar de aquí, princesa —promete decidido—. No te perderé como perdí a tu hermana; traeré refuerzos y te sacaré de este lugar. Te irás a vivir conmigo y te defenderé de esa mujer que debería estar encerrada en una clínica mental.

—Por favor no tardes —pido abrazándolo—. Te necesito.

—Haré hasta lo imposible para sacarte de aquí. Lo prometo.

—¿Puedes hacerme un favor? —me queda mirando y asiente con la cabeza—. Busca a Alex, necesito saber si esta bien.

Sin decir nada más le entrego un papel en el que dice en dónde puede encontrarlo; sé que lo más probable es que estén escuchando esta conversación y no me arriesgaré a que descubran el lugar. Mi padre asiente en silencio y me da un pequeño beso en la frente antes de volver a salir por la puerta. 

Volví de mis vacaciones totalmente recargada por lo que antes del domingo creo que estaré terminando la historia :3 Otra cosa, sé que algunas quieren que les dedique un capítulo pero no puedo ya que ya están dedicados de la primera vez que subí la historia :c, igual si quieren les puedo dedicar capítulos en la segundo parte, "Cuando la volví a encontrar", que es la versión de Alex. Eso, un beso, nos leemos <3

Vidas Robadas (VR#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora