Vamos de vuelta a casa, Kate va conduciendo ya que yo no estaba en condiciones de hacerlo; ninguna ha dicho una palabra desde que salimos de ese lugar. No puedo dejar de recordar una y otra vez la situación que vivimos mientras veo la prisión hacerse cada vez más pequeña.
Cuando abrí los ojos, el policía parecía muy molesto y no parecía creer que me había desmayado de verdad hasta que Kate le explicó a grandes rasgos lo del accidente. Creo que al final sintió pena por mí y nos dejo ir sin ponernos una infracción por darle falsa información y hacernos pasar por familiares; antes de salir le pregunté si Alex había dicho algo de su novia muerta, pero solo me dijo que lo afectó mucho y que no podía creer cómo podía existir alguien tan cruel para hacerse pasar ella.
No puedo evitar que se me apriete el corazón al imaginármelo afectado por mi culpa, le acabo de hacer daño sin darme cuenta y no sé por qué siento que me afecta tanto, como algo que no me deja respirar.
—¿Estás bien? —Kate rompe el silencio interrumpiendo mi tortura interna.
—No puedo dejar de pensar en lo que dijo el policía.
—Yo tampoco.
—¿Y si lo que le pasó a la novia fue mi culpa? —está a punto de decir algo pero no la dejo continuar—. ¿Se habrá vengado de mí por eso?
—No lo sé —suspira—. ¿No te has puesto a pensar en que tal vez tú eras la novia?
—¿Qué? ¿Estás loca?
—Lo digo porque muchas personas creen que estás muerta y tal vez él es una de ellas.
—Lo sé, pero es una locura. Mi novio era Ethan, no ese chico que por si no te acuerdas está preso por mi accidente.
—Todo es muy extraño.
Sé que lo que acabo de decir es totalmente distinto a lo que he dicho todo este tiempo y a lo que estoy pensando pero estoy muy confundida y Kate no dice nada más, me conoce lo suficiente como para saber que no quiero hablar más del tema.
Volvemos a poner la vista en la autopista, y lo único que se escucha es la música de fondo que tampoco ayuda mucho ya que me hace recordar todo una y otra vez.
Al llegar a casa, subimos enseguida a mi habitación donde para nuestra sorpresa está Ben.
—¿No deberías estar en clases? —le pregunta Kate cuando entramos, aunque intente disimularlo, noto sus ojos brillan más de lo normal.
—Nos dejaron salir antes —le guiña un ojo y luego se concentra en mí —. ¿Estás bien? Pareces haber visto un fantasma o algo peor.
Solo le sonrío no siento que pueda hablar sin derrumbarme.
—No nos fue muy bien —le explica Kate—. Ibamos a verlo pero él no nos quiso recibir. Luego se desmayó.
—¿Quién se desmayo? ¿Alex?
—No, yo —digo sin energía—, pero ahora estoy mejor. Solo un poco cansada.
—Tengo noticias —comienza a decir Ben—, tal vez sean muy buenas para ti pero no sé si tanto para mí.
—¿Puedes decírmelas después? Necesito dormir un poco.
—Sí, claro —dice y luego se dirige a Kate—. ¿Bajemos?
Me recuesto en mi cama, Kate me arropa como si fuera una niña pequeña y me da un beso en la frente, Ben me da un pequeño apretón en el hombro y me dice que descanse.
Sin darme cuenta me sumerjo en un profundo sueño y por primera vez en todo este tiempo sueño algo que me angustia mucho.
No sabía en dónde estaba, todo era oscuridad por lo que no veía nada ni a nadie; de pronto se escuchó un grito desgarrador, de solo oírlo sentí una presión en el pecho como cuando el policía me dijo lo de Alex sufriendo. Por la voz distinguí que era un hombre sufriendo, llorando, maldiciendo; todo a la vez. Empecé a caminar guiándome por el grito, pero no avanzaba, siempre terminaba en el mismo lugar.
—Necesito verla —dijo destrozado aquel chico.
—No va a ser posible —respondió la voz de una mujer. Yo conozco esa voz, es la de ¿Sarah?
—Usted puede hacer lo que quiera, déjeme verla por favor.
—Puedo hacer lo que quiera, pero la verdad no quiero que la veas. ¿Te das cuenta de que esto se podría haber evitado, Alexander? Todo esto es tu culpa.
—Yo no la obligué a hacer nada, ella tomó sus propias decisiones.
Las voces desaparecieron y yo seguía sin saber en dónde estaba, tampoco encontraba una salida; lo único que tenía claro era que Sarah estaba discutiendo con Alex, mi Alex. Las paredes parecían estar acercándose a mí, y me sentía atrapada en una especie de caja pequeña. Comencé a gritar con todas mis fuerzas con la esperanza de que alguien me escuchara y me ayudara a salir de ahí pero al parecer no había nadie o tal vez, nadie quería ayudarme.
Decidí cerrar los ojos para intentar tranquilizarme y luego de unos segundos siento que dio resultado. Comencé escuchar nuevamente voces, pero esta vez es como si me hablaran al oído; poco después vi la escena completa, Alexander al lado de mi cuerpo conectado a miles de maquinas.
—Despierta, por favor —dijo apoyando su cara en mi mano.
—No sé cómo hacerlo —respondí con un tono triste aunque sabía que no puede oírme. No quería verlo así, estaba sufriendo por mi culpa. Me desesperé y comencé a hablarle a mi cuerpo inerte—. Despierta —al ver que no pasaba nada, perdí la paciencia— ¡Despierta, mierda, despierta!
Nada dio resultado, y antes de que me diera cuenta volví a estar encerrada en la caja sin saber qué hacer, me faltaba el aire; desesperada comencé a gritar pero al parecer seguía sin haber nadie que me escuchara, mis gritos cada vez eran más fuertes, necesitaba alguien que me salvara y ese alguien tenía que ser Alexander.
—April, ¡April! —siento unos brazos sobre mis hombros—. Despierta —no dejo de gritar hasta que Ben me afirma y a la vez me abraza.
—Y-yo —intento explicar algo pero no puedo, estoy llorando desesperadamente.
—Tranquila, ya pasó. Solo fue un mal sueño.
Veo a Kate en una esquina de mi habitación, a simple vista pareciera estar paralizada pero cuando la miro mejor me doy cuenta de que también está llorando.
—Nunca la había visto así —dice en un susurro. Se acerca a mí y me abraza muy fuerte mientras ambas lloramos desconsoladas.
Ben se acerca nuevamente y nos abraza a las dos, no sé que haríamos sin él.
Estamos un buen rato ahí sin movernos hasta que recuerdo que Ben estaba por decirme algo.
—¿Qué era lo que me querías decir? —me aparto un poco y me seco las lágrimas—. Antes de que me durmiera.
—No sé si sea el mejor momento para hablar de eso —dice mirándonos a las dos—. ¿No quieres contarnos que soñaste?
—No, necesito pensar en otra cosa y olvidar el sueño.
—Bueno, ¿recuerdas que nos conocimos en la clínica? —asiento con la cabeza y me pregunto a dónde ira a llegar la conversación—. Yo era voluntario y ya cumplí el tiempo que tenía que estar ahí.
—No entiendo.
—Cada vez que finalizamos un voluntariado nos envían unas fichas para ver si queremos volver a inscribirnos a otros. Tengo que elegir entre algunos lugares y adivina cuál es una de las opciones.
—¿Cual? —preguntamos Kate y yo al mismo tiempo.
—Prisión «Gabriel Young».
Con Kate nos quedamos mudas y con los ojos que casi se nos salen de las órbitas, esto definitivamente no me lo esperaba.
—¿Qué?
—Que si mi amiga April me pidiera que vaya a hacer el voluntariado a ese lugar y buscar información de Alex, lo haría aunque no sea el lugar más placentero para estar seis meses.
—¿Harías eso por mí? —ahora sí que estoy completamente emocionada.
—Para eso estamos los amigos, ¿o no? —antes de que termine de hablar me abalanzo sobre él.
Repito lo que dije antes, no sé que haría sin Ben. Cuando pensé que ya nada podía salir bien, llegó él a arreglarlo todo; espero que logré hablar con Alex o con alguien que lo conozca, para que todo esto valga la pena y pueda comprender esta locura. Esta es una gran oportunidad para conseguir información.
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Vidas Robadas (VR#1)
General FictionVivo en un mundo perfecto. Claro, para los que lo controlan. Todo es controlado, desde dónde vivimos hasta la duración de nuestra vida. Al nacer, nos extraen una muestra de sangre, la examinan en un laboratorio, y no sé cómo lo hacen pero dejan en...