Capítulo 38: Como si fuera la primera vez

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Abro los ojos lentamente, por primera vez en mucho tiempo no tuve ningún sueño o pesadilla. Tengo la cabeza apoyada en el pecho desnudo de Alex, quien duerme profundamente; al verlo ahí, tan tranquilo, tan indefenso no puedo reprimir la sonrisa que se formaba en mis labios. Recuerdo cada detalle de lo que pasó la noche anterior, por primera vez estuvimos juntos, por primera vez nos demostramos todo el amor que nos teníamos, y aunque no recuerde lo que antes sentía por él, lo que siento ahora también es muy fuerte y crece cada día más. Ahora de verdad siento que una parte de mí le pertenece completamente a él y una parte de él me pertenece a mí.

Seguíamos en el bosque, besándonos bajo la luz de la luna, lo que sentía dentro era indescriptible, lo único que quería en ese momento era estar con él y no irme nunca más de su lado; quería que se diera cuenta de que me estaba enamorando de él otra vez y solo se me ocurría una forma de demostrárselo.

Hacía mucho frío afuera por lo que no tardamos mucho en bajar a la casa, mientras el ascensor descendía no dejó de besarme en ningún momento y yo tampoco quería dejar de hacerlo. Al entrar a la casa, no tardé en deshacerme de su chaqueta mientras él recorría mi espalda con sus manos; le tomé la mano y lo llevé hasta la habitación, estaba nerviosa pero aun así, esto era lo que quería. Le comencé a levantar la camiseta para quitársela pero él me detuvo.

—No es necesario que hagas esto, Mía —lo que decía era completamente distinto a lo que hacía ya que no dejaba de besarme.

Ignoré lo que me dijo y solo me separé de él para quitarle la camiseta y lanzarla a algún lugar del piso, al principio se resistió un momento pero luego toda la fuerza de voluntad que tenía se esfumó y un segundo después mi camiseta también voló por los aires. Mientras nos seguíamos besando, sentía que mil mariposas revoloteaban dentro de mi estómago; estaba demasiado nerviosa —eso no lo voy a negar—, pero ya había dado el primer paso y no tenía intención de detenerme. Subió su mano por mi espalda hasta llegar al sujetador, haciendo que con el contacto mi piel se erizara, y cuando estaba a punto de desabrocharlo se detuvo una vez más.

—¿De verdad quieres hacer esto? —dijo mirándome directamente a los ojos, noté un brillo distinto en los suyos—. Sabes que puedo esperar hasta que estés lista.

—Esto es lo que quiero, Alex. Te quiero a ti —respondí antes de volver a besarlo pero luego me detuve—. Solo prométeme una cosa.

—¿Qué cosa?

—Que cuando despierte, seguirás a mi lado. Y no me refiero solo a mañana por la mañana.

—Sé a lo que te refieres .—Depositó un pequeño beso en mi frente— Quieres que siga a tu lado cuando recuperes tus recuerdos —asentí y una lágrima rodó por mi mejilla.

—Y que si nunca los recupero, no dejes de quererme y construyamos nuevos recuerdos juntos.

—No es necesario prometer eso, bonita —limpió mi lágrima con su dedo pulgar—. Además, yo sé que sí recuperarás la memoria.

—Solo hazlo, por favor.

—Hace tres años te lo prometí y hoy lo vuelvo a hacer —dijo con seguridad mientras me sonreía y no despegaba su mirada de la mía—, jamás te dejaré sola, aunque no me quieras en tu vida, ahí estaré. Para enamorarte de nuevo las veces que sea necesario.

—Está no sería nuestra primera vez, ¿verdad? —pregunté y el asintió con la cabeza pero no necesitaba su respuesta, ya lo sabía—. Entonces será como si fuera la primera vez.

—Créeme que se está pareciendo mucho.

Tomó mi cara entre sus manos con delicadeza y me volvió a besar con cuidado, mientras se deshacía de las últimas prendas que ropa que tenía encima y yo de las suyas.

Vidas Robadas (VR#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora