Su heredero pt. 7 (Darth Maul x Lectora)
Advertencias: contenido sexual, PinV, sexo penetrante, ligera perversión de elogio, ligera dinámica de dom/sub, apodos
Número de palabras: 1951
En el momento en que entramos en sus habitaciones lo tenía inmovilizado contra la pared. Mis manos fueron a la parte de atrás de su cuello y tiré de él hacia abajo para conectar mis labios con los suyos. Lo sentí sonreír en el beso y no pensé mucho en eso. Eso fue hasta que se rió entre dientes contra mis labios.
"¿Qué?" Pregunté, alejándome de él.
"Es lindo, adorable incluso". Dijo, pasando un dedo por mi pómulo antes de dejarlo caer a su lado una vez más.
"¿Qué cosa?" Estaba confundida.
"Que realmente crees que ibas a tener el control esta noche". Estaba sonriendo una vez más.
"Lo tendré." Traté de protestar, pero antes de que terminara mi oración, me agarró de la cintura y cambió nuestra posición. Ahora era yo quien estaba clavada contra la pared mientras él se cernía sobre mí.
"De nuevo, adorable. Ambos sabemos quién está a cargo aquí. ¿No es así, cariño?"
Traté de contenerme, pero la forma en que hablaba me estaba afectando. Y la mirada en sus ojos, parecía que estaba listo para violarme aquí mismo en el acto.
"Yo podría estar a cargo". Intenté desafiarlo, causándole la risa una vez más.
"Cariño", pasó el dedo central desde mi cadera por el costado de mi cuerpo hasta la parte superior de mi pecho, donde lo pasó por encima de la cadena de mi collar, "Ambos sabemos que preferirías someterte a mí. No lo harías?" Ahora su mano se arrastró por encima de mi hombro y bajó por mi espalda hasta que coincidió con el lugar donde estaba su otra mano en mi cadera.
A pesar de mis mejores esfuerzos, asentí.
"Buena niña." Dijo mientras sus manos caían justo debajo de mi trasero.
"Salta." Susurró la orden en voz baja.
Obedecí y me levantó con facilidad. Mis piernas se envolvieron alrededor de su cintura mientras presionaba su cuerpo contra el mío, sujetándome contra la pared mientras sus labios encontraban los míos de nuevo.
Mis manos fueron a ahuecar su rostro. Mantuvo una de las suyas en mi cadera, la otra presionada contra la pared, al lado de mi cabeza. Usó su palanca contra la pared para rodar sus caderas contra mí, lo que me hizo soltar un pequeño grito ahogado, dándole la oportunidad de deslizar su lengua en mi boca.
Estaba tan atrapada en su sabor que cuando nos apartó de la pared dejé escapar un pequeño grito de sorpresa. Mis brazos instintivamente rodearon su cuello para sostenerme pero él ya tenía los suyos en mi espalda sosteniéndome cerca de él.