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Me estiré y arrebaté el comunicador de las manos de Maul. Él no me detuvo, sabiendo que esto era algo que tenía que manejar.
“Qi’ra escúchame. No la enfrentes. Espera a que yo llegue."
Casi esperaba que me respondiera con actitud, pero la urgencia de mi voz debe haber sido suficiente para decirle que ahora no era el momento.
“Ayúdame a vestirme de nuevo. No puedo enfrentarla así." Yo dije.
"Algunos de tus vestidos todavía están en mi guardarropa si prefieres ponerte uno de esos". Él ofreció.
Asentí y él fue a agarrar uno. Me ayudó a ponermelo, luego volví a ponerme los tacones y salí corriendo por la puerta. No me molesté en ir a donde estaba Qi'ra, mi mejor opción para comunicarme con mi hermana era desde la sala de mando.
"Cariño, cálmate". Maul me instó.
Sabía que me estaba volviendo loca. Sentí su mano cerrarse alrededor de mi muñeca haciendo que me detuviera. Cuando me volví hacia él me derrumbé, sentía que por mucho que lo intentara mis pulmones se negaban a llenarse de aire.
“Alguien tuvo que haberle dicho…” Mi voz se quebró.
“Cariño, ella sabe que soy de Dathomir. No habría costado mucho concluir que tú también estabas aquí." Trató de razonar.
“No es que yo esté aquí. Que fui anunciada como Mand'alor. Alguien que estuvo en la celebración debe ser un espía y se lo dijo a ella…”
Su silencio me dijo que ahora era consciente de que muy probablemente podría ser lo que estaba pasando.
"Lo resolveremos, lo prometo. Arreglaré esto." Dijo, pero negué con la cabeza.
“No… ella es mi hermana, yo soy Mand’alor. Es mi problema arreglarlo." Yo dije.
Maul asintió, "Entonces estaré allí en cada paso del camino".
Le di una mirada agradecida antes de darme la vuelta para continuar nuestro viaje a la sala de mando. Ahora, mis pasos eran los de alguien con confianza en lugar de alguien envuelta en miedo y pánico. Cuando entré todos los ojos se volvieron hacia mí.
"Conéctame". Yo ordené.
Tardó unos segundos, pero ahora estaba mirando un holograma de mi hermana.
"Bo-Katan, ¿qué negocio tienes aquí?"
"¿Qué? ¿No puedo ir a ver a mi hermanita y felicitarla por su nuevo y repentino título?"
"No. Deja de mentir. ¿Qué buscas ganar viniendo aquí?" exigí.
"Nada. Solo necesitaba verlo por mí misma." Ella confesó.
