Capítulo 6

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Cuando se volvieron a reunir, todos se dirigieron al lugar donde los familiares podían esperar a los jugadores para reunirse con ellos.

Los cuatro conversaban animadamente sobre el juego, rodeados de esposos, amigos, parejas, hijos y padres de las Harpías, un grupo de verde y amarillo que conversaba animadamente y alborotaba como el que más.

Harry, como siempre, sabía que atraía las miradas del grupo, a pesar de que los familiares y allegados de las Harpías estaban acostumbrados a verle.

Era un poco raro que George no estuviera allí con su novia Andrea, ni Percy con Audrey, que siempre se les unían en los juegos, pero Percy, al parecer, tenía mucho trabajo en el Ministerio, y George estaba en una convención sobre tiendas mágicas innovadoras en Suecia.

Las jugadoras salieron un rato después antes de dirigirse a la Sala de Prensa, todos las recibieron con más bulla, abrazos y felicitaciones.

"¡Qué alegría verles a todos!", dijo Ginny, abrazó más fuerte a Harry que a todos porque sabía que él, por más que amara el Quidditch, no se sentía cómodo en multitudes y estaba allí en gran parte por ella. "¿Qué les pareció el juego?"

"¡Genial, Gin!" dijo Hermione. "Estuvieron fabulosas. Se lo hicieron pasar duro a Oliver".

"Si, apuesto a que en este momento está dándole un gran discurso a los Tornados. ¡Pobres de ellos!", dijo Harry meneando la cabeza y riendo, recordando la euforia de su ex Capitán, quien ahora era el Capitán de los Tornados.

"Oh, no los envidio", dijo Ginny riendo. "Gracias por venir, Hermione. A puesto a que el Ministerio se debe estar cayendo en pedazos en tu ausencia", agregó Ginny burlona.

"Oh, no empieces", dijo Hermione enrojeciendo y abrazando a su amiga.

"Jugaste bien, Gin", dijo Ron. "De veras me asusté cuando Smith te lanzó esa Bludger", Ron puso los ojos inmensos, "Pensé que te haría caer, el muy bastardo, ¡te dio fuerte!"

Ginny rió. "Ah, sí, creo que intentaba tirarnos de las escobas, el muy bastardo, a Fiona casi le quebró una pierna. ¡Deja que lo vea luego de la rueda de prensa!"

"Oh, yo", dijo Ron en tono pendenciero.

"No. ¡Tú, nada!", dijo Ginny de repente seria. "Esto es entre pros".

Ron puso mala cara, pero conociendo a su hermana, no discutió. Esta saludó a Neville y bromeó un poco con él antes de salir de la sala. Ginny fue junto a sus colegas a la Sala de Prensa. A Harry no se le pasó la cara de Neville al ver a Katrina Dolovova, la Guardiana de las Harpías. Tenía tal embeleso que casi tenía la boca abierta.

"Vaya, definitivamente, lo tuyo son las rubias", dijo Harry dándole un codazo.

Neville le miró y se ruborizó hasta la raíz, pero se recuperó rápido y exclamó.

"Mejor no hablemos de cabelleras rubias, porque a ti, definitivamente no te conviene". Esta vez fue Harry el que se ruborizó hasta el cuello e hizo un gesto de cerrarse la boca con un cierre invisible del que Neville rió a carcajadas. Ron y Hermione los miraron sin entender.

"Oh, ¿Qué fue eso? ¿Qué me perdí?" preguntó Ron con la cara llena de curiosidad.

"Nada", dijo Harry y miró a Neville alzando las cejas.

"Eh, nada, ciertamente", reconoció Neville pero era evidente que mentía, miró a Harry con picardía.

"Oh, odio cuando hacen eso", gruñó Hermione con cara de disgusto. "Comparten sus chistes secretos y nos dejan a los demás por fuera".

"En realidad, no es tan secreto, tampoco es que sea poco evidente", dijo Neville mirándola más serio. "Pero es solo que ya no observas como antes, Hermione... muchas distracciones que captan tu atención", y miró a Ron sonriendo.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora