El resto de la semana, Harry siguió en la Madriguera; los Weasley estaban más que felices con su presencia en la casa cuando todos sus hijos ya vivían fuera del hogar materno. Siguió con su rutina de caminar por las mañanas con Bean, comió abundantemente, Molly no escatimaba en postres y todas sus comidas favoritas, tomó sus pociones de vitaminas y regenerativas, en pocos días empezó a recuperar su peso y a tomar un color saludable, contestó a sus cartas sobre la Fundación y sus negocios, y fue a consulta con Penélope dos veces más esa semana.
Harry se resignó a tomar Poción para dormir sin sueños, pero la nueva versión sacada por... ¡oh, sorpresa!, la empresa de Malfoy, que no producía adicción ni te dejaba la mente aletargada, sino que te permitía dormir y soñar pero no dejaba que tus sueños se volvieran pesadillas, o si eran pesadillas, no te despertabas jadeando y con taquicardia, gritando con desesperación.
Como el sueño de Harry con el Patronus no podía considerarse una pesadilla, no había dejado de tenerlo, pero ya no le producía angustia. Sin embargo, sentía desazón porque el hombre de su sueño cada vez estaba más lejano. En el bosque, cada vez lo veía más lejos de él, el Patronus a veces si apenas lograba llegar a acercársele antes de desaparecer, y ya casi no distinguía sus ojos grises o veía sus rubios cabellos bajo el sol del amanecer y las sombras de los árboles. Harry creía que esto se debía a que había perdido la esperanza en volver a ver a Malfoy alguna vez y esto le producía a la vez tristeza y melancolía.
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Cuando se sintió recuperado físicamente, y además, ya no se sentía tan triste y oprimido, Harry finalmente decidió que era hora de visitar a Neville en Francia. Su amigo estaba loco de felicidad por la noticia de su visita. Harry le contó de sus problemas de salud pero no sobre cómo le había afectado a su psiquis su ausencia. Harry creía que Neville se devolvería de Francia si se enteraba y esto era injusto para su amigo. No permitió que sus amigos le escribieran a Neville sobre ello sino que al contrario, le indicó que ahora que los Weasleys le habían cuidado, estaba recuperado, y como había reanudado sus visitas con Penélope, sus males se habían mejorado y estaba listo para viajar.
Penélope no estaba de acuerdo con que no le contara a su amigo lo sucedido, pero le dio el visto bueno para viajar, también la Sanadora Roberts que atendía su caso en San Mungo le dio de alta.
Harry planeó su Traslador para el próximo jueves en la tarde, se trasladó por Flú desde la Madriguera a su cabaña el miércoles en la mañana luego de un desayuno de despedida lleno de abrazos y agradecimientos a sus padres putativos, y además, de ser cargado con un montón de comida que era más que la que necesitaba antes de partir, sin embargo, dejó a Bean y Paris en la casa de su familia. Ya allá se había despedido de Ron y Hermione quienes habían ido a cenar el lunes en la noche. A los niños los visitó ese martes, pasó parte de la mañana, toda la tarde y la hora de la cena con ellos, pero tal como Molly le aconsejó, comió bien y se atareó en la medida saludable con sus tareas escolares y el tiempo que les dedicó.
Harry no tenía que hacer grandes maletas para solo cuatro días, y además, no pensaba ajetrearse mucho en París, solo pasar tiempo con su amigo. Nada de visitas a sitios turísticos abarrotados y museos llenos de inquietos visitantes. Solo pensaba comer, conversar, pasear plácidamente y tal vez hacer algo de compras para llevar recuerdos a su familia, pero no quería presionarse demasiado pensando en ello o empezaría a estresarse.
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Cuando el Traslador – una cucharilla de té – lo llevó a la estación de Trasladores de París, Harry entregó sus papeles, y notó con irritación que al ver su nombre, incluso en ese país las miradas se dirigían enseguida en su frente. Era irritante aparecer en los libros de Historia de Magia Contemporánea de Europa. Sin embargo, aquí no le pedían autógrafos ni le daban un trato especial, al contrario, más bien parecían detallarlo como pensando que no lucía demasiado extraordinario para lo grandioso de sus hazañas, y le dejaban avanzar sin entretenerse demasiado en ello. Harry lo agradeció profundamente.
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Mucho de Orgullo y Bastante de Prejuicio
FanfictionDraco Malfoy se fue a París después de la guerra, su fortuna aparentemente disminuida, herido por las realidades sobre su padre que salieron a la luz en el juicio. Años después, ha vuelto a Londres, con nuevos/viejos amigos, exitoso, más guapo que n...