Capítulo 48

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Cuando llegaron, Vladimir pidió para todos cerveza y Ardei Umplui (pimientos rellenos) y luego siguieron discutiendo la película, Harry se dio cuenta de que aunque a todos les había gustado, a Vladimir le había encantado y le había dado las gracias radiante a Malfoy por la invitación diciendo que tenía que leer la novela pronto porque en realidad, aunque le apenaba decirlo, jamás la había leído.

En un rato les sirvieron las cervezas y los Ardei Umplui y Harry encontró con que le encantaban ambos.

Laussane decidió que no se podían ir sin probar otra cosa más pesada y le pidió a Vladimir que escogiera algo más, ya que el primer plato había sido delicioso pero era solo un entremés. Vladimir recomendó Gulash (*1) y todos entusiastas decidieron probar. Malfoy indicó que este plato era uno de los que le gustaban de los países Balcanes y aunque el frio empezó a apretar, siguieron brindando y riendo mientras disfrutaban la música que empezó a sonar en el local y que varios comensales empezaron a cantar mientras chocaban sus jarras de cerveza.

Harry rió encantado y chocó su jarra con los demás y luego de dos canciones, llegó el resto de su comida.

Harry pensó que estaba soñando. No podía creer que luego de tantos días pensando qué sería de la vida de Malfoy, lo tuviera repentinamente allí junto a él, insólitamente, bromeando con Charlie Weasley sobre el equipo de Quidditch Rumano en referencia al juego donde Francia les habían vencido, mientras tanto André Laussane reía de la broma y Vladimir ponía los ojos en blanco. Este le miró y le preguntó, "Es mucho pedir que alguna salida no termine en una conversación de Quidditch que potencialmente pueda volverse una discusión". Harry rió.

"Parece que sí", dijo este y chocó su jarra de cerveza con él.

Todos comieron su Gulash y aplaudieron la elección de Vladimir que se mostró encantado con que la estuvieran disfrutando. Y en algún momento, Vladimir le dio un codazo ligero en el costado derecho, cuando Harry se inclinó para oírle, el joven le dijo, "Me alegra verte pasándola bien, malŭk brat (малък брат / hermanito)" y le guiñó el ojo con complicidad. Harry sonrió pero solo asintió mientras el rubor le cubría las mejillas.

Luego de comer, Charlie insistió en que debían irse y Vladimir se quejó e hizo un pequeño mohín hacia su prometido – y Harry sabía que lo hacía más que todo por él - pero Charles no cedió. Tenía que levantarse muy temprano y lamentablemente, Harry no podría entrar solo a la Reserva, así que tendrían que irse juntos los tres. Vladimir tampoco podía quedarse, aunque estuviera quejándose por tener que hacerlo, porque tenía que tomar unas muestras muy temprano, así que definitivamente era hora de partir.

Todos se despidieron con alegría y agradeciéndose mutuamente por la velada. Esta vez fue Laussane quien pagó todo y no permitió a ninguno de los demás poner ni una moneda, solo pidió que si seguían en los alrededores, tal vez pronto se podría repetir la salida y sugirió que si seguían en el Castillo para el fin de semana, podrían verse en Tulsa nuevamente el sábado, pero esta vez, para pasear en bote por el Danubio.

Todos prometieron hacer lo posible para verse allí ese día y se Aparecieron para sus diferentes destinos.

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Cuando Charlie le dio las buenas noches, le miró con picardía y le dijo, "Con que esas tenemos, hermanito", y sonrió de forma tan amplia que Harry recordó el gato de Cheshire.

"No sé de qué hablas", contestó ruborizado, y mientras Charlie reía meneando la cabeza, él se retiró y se encerró en su habitación.

Harry no pudo evitar sonreír como un tonto mientras se cambiaba y se acostaba, y esperó que nada impidiera que su paseo del sábado se diera porque deseaba conocer cada vez más de este Malfoy que le intrigaba... y cómo negarlo, le trastornaba. NI siquiera recordó en ese momento el dilema de Jim Sawyer.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora