Capítulo 70

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Harry pasó la noche agitadamente, prácticamente no durmió recordando las desagradables palabras de Ruxandra Dumitrescu. En los pocos minutos que durmió, la veía en sueños afirmando que su hija estaba comprometida desde siempre con Draco. Luego veía a Draco casándose con ella, increíblemente guapo, sonriéndole feliz a Nicoleta, quien vestida de blanco y luciendo más hermosa que nunca, le sonreía radiante y le aceptaba hasta que la muerte los separara. Harry se despertaba llorando, y en el amanecer, ya no aguantó más y se levantó.

La casa estaba en completo silencio, solo Bean salió a saludarle, así que Harry le acarició las orejas y luego de tomar agua, salió con él a caminar por el campo.

Definitivamente, salir a caminar había sido la decisión adecuada. La neblina tomaba los colores pasteles del amanecer, los pajarillos cantaban a pesar de la fría mañana, y aunque había una capa de rocío casi congelado en la poca grama seca que sobrevivía al invierno, el brillo que les hacía reflejar por el sol naciente era suficiente para sentirse en paz y recuperar el ritmo de su respiración.

Cuando llegó al riachuelo, Harry miró la capa de hielo que cubría el agua y recordó la figura de Draco sobre Shetan al otro lado de la corriente de agua. Harry siguió vagando pensando cómo darle la noticia a Charlie de lo que había sucedido con Richenda, cuando oyó pasos que se acercaban en dirección contraria.

Harry siguió caminando suponiendo que era otro caminante tempranero que necesitaba ejercicio a pesar del frío clima, y a medida que se reflejó la figura a través de la niebla, se sintió intrigado. Le recordaba a la silueta de alguien que amaba, pero pensaba que eran un tonto por imaginar a Draco en todos lados.

Sin embargo, pocos metros más adelantes, era evidente que no soñaba. Draco caminaba con sus botas altas, vistiendo pantalones de montar, un suéter de cuello alto y un abrigo negro, pero lo que más destacaba, era su expresión. Había un asomo de sonrisa en sus labios, sus ojos eran hermosos y brillantes a la luz del amanecer, y su cabello platinado, se agitaba ligeramente por la brisa fría.

Ambos caminaron hasta quedar uno frente al otro y Harry le sonrió sin poder evitarlo.

"Sabía que eras tú", dijo simplemente, Draco le sonrió un poco más abiertamente.

"No podía dormir", le contestó con voz grave, suspiró y agregó, "Cuando por fin logré dormir, soñé que si caminaba por este lugar, me encontraría contigo en tus paseos matutinos", agregó suavemente.

"Es un poco más temprano que la hora de mi usual caminata", dijo Harry tontamente.

"Y sin embargo", afirmó Draco con voz pausada, "aquí estás", Harry sonrió y asintió, extendió su mano y Draco le pasó la suya. Estaba tan fría como imaginaba, la apretó entre las suyas que estaban cálidas y respiró profundo.

"Yo tampoco podía dormir", le contó simplemente y Draco asintió mirándole a los ojos.

"Una visita incómoda", estuvo de acuerdo perdiendo un poco de su sonrisa. Harry también asintió.

"Bastante", aceptó con sencillez.

"Anoche fue a la Mansión luego de venir de la Madriguera. Exigió que cumpliera el acuerdo que hizo con mis padres, en especial luego de 'retener' a su hija y manchar su honor", Harry sintió que palidecía y sus manos temblaron un poco sobre las de Draco pero no le soltó. "Dijo que sabía que te rondaba, y que había pensado que lo que decían todos sobre que eras un mago honorable y caballeroso era cierto, pero que resultaron siendo patrañas después de todo. Que el Salvador del Mundo Mágico no había sido capaz de prometerle que no aceptaría ninguna propuesta mía a pesar de que te aclaró claramente que un acuerdo había sido hecho y no podía ser roto. Había echado sus esperanzas en un saco roto, se lamentó. Según ella, estás tan corrompido como cualquier vulgar bribón", le miró haciéndole ver lo estúpido que le parecía. "Le hice ver lo absurdo de su presunción. Aunque yo estuviera dispuesto a seguir su juego, o mejor dicho, el suyo y de mi padre, que ya no está entre los vivos, no hay manera de que Nicoleta y yo pudiéramos casarnos", Harry le miraba anhelante y Draco prosiguió. "Mi prima está felizmente enamorada de mi amigo André Laussane, y fue por esta razón que escapó de Corvin. Han estado intercambiando lechuzas desde nuestra visita a Rumania, y hace una semana, él me ha pedido su mano, aunque en honor a la verdad, yo no soy quién para decidir por ella y sobre su futuro. Sin embargo, de mi parte tienen mi bendición eterna y mis mejores deseos para su vida juntos... aunque el pobre André también recibió mis condolencias. Su futura suegra hará lo posible por hacerle la vida miserable, aunque espero hallar la forma de pararle el trote con prontitud".

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora