Capítulo 19

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Harry se quedó silencioso el resto de camino a la Madriguera, y cuando volvió, aunque disfrutó del resto de la fiesta, con la celebración de la victoria para el equipo de Ginny – lo cual todos consideraron era muy bueno para el ego de Charlie – el té, el pastel de cumpleaños, la cena y un par de cervezas de mantequilla conversando tranquilo con Ron y Hermione, no pudo evitar sentir un dolor en un rincón de su corazón que se resistía a ser ignorado, además, trató de mantenerse un poco alejado de Jim Sawyer ya que verle le hacía recordar la conversación sobre su pasado con Draco Malfoy.

A Ginny, no le pasó desapercibido esto, así que en algún momento se acercó a Harry y le preguntó si había sucedido algo respecto a Jim. Harry negó esto, no se sentía capaz de compartir la historia de Jim y tampoco sabía si era prudente o algo que éste desearía que alguien más supiera, así que solo dijo que se sentía un poco cansado porque había sido un día caluroso y bastante soleado, y aunque estaba seguro de que su amiga no se había conformado con su explicación, la dejó pasar.

A la hora de despedirse, Harry tomó el envase con comida que le dio la Señora Weasley como cada domingo, oyó con cariño sus múltiples recomendaciones sobre su alimentación, su salud y su cuidado personal, y se despidió de todos Apareciéndose en su casa donde por fin pudo respirar tranquilo.

Apenas llegó, luego de atender a sus mascotas, Harry se sentó y analizó todo lo que sentía en su interior, esta vez negándose a reprimir cualquier sentimiento que surgiera dentro de sí, ayudándose con la escritura de su diario que se había vuelto una verdadera herramienta de autoconocimiento en su vida.

Al final de horas de pensar, sentir y escribir, Harry llegó a dos conclusiones: Jim Sawyer le agradaba, era guapo, alegre y atractivo, pero por alguna razón, todo esto palidecía un poco frente a lo que le había hecho sentir ver a Draco Malfoy otra vez luego de todo este tiempo.

Harry se sentía sorprendido consigo mismo por las cosas que ver a Malfoy de nuevo le había hecho sentir, y más aún, no podía dejar de pensar que tal vez, de alguna forma, Malfoy también había sentido algo al verle a él, al menos eso era lo que le decían sus miradas profundas y los pocos minutos que lograron compartir en la Mansión Nott a solas.

Pero lo que más hacía que Harry se sintiera apesadumbrado, era saber que la imagen de Draco Malfoy que se estaba formando en su mente se había manchado una vez más. La historia de Jim Sawyer le mostraba un Draco Malfoy cruel, egoísta, manipulador y que en cierta forma, era todo lo que Harry repudiaba en una persona, y esto hacía que Harry se sintiera avergonzado de lo que fuera que hubiera estado sintiendo por Malfoy, y además, que tomara la determinación de ignorar estos sentimientos completamente, de enterrarlos en lo más profundo de su corazón y de su mente.

Esto no quería decir que Harry deseara odiar y despreciar a Draco Malfoy, Harry no quería saber nada más en su vida de odio, venganza y disputas, pero si se sentía obligado a ignorar lo que fuera que pensara Malfoy que pudiera ofrecerle con sus breves encuentros, y más aún, a ese deseo que parecía querer crecer en su propio interior de oírle, acercarse y conocer a este aparentemente nuevo Malfoy.

Porque, ¿Cómo podía engañarse a sí mismo pensando que alguien que le hizo algo tan terrible a Jim Sawyer cuando estaba en una posición de total desventaja, como empleado o beneficiario de los Malfoy, podría haber cambiado para mejor?

Harry sabía que él y Draco Malfoy se habían hecho daño mutuamente, se habían ido a las manos, se había lanzado incluso maldiciones, pero Harry no estaba indefenso en esos momentos, tenía la plena capacidad de defenderse de los insultos de Malfoy y devolvérselos, igual que los hechizos, los desprecios y las bromas pesadas, pero la situación de Jim Sawyer había sido totalmente la opuesta, Malfoy aparentemente no había dudado en hacerlo sacar de la ecuación para no verlo en su hogar donde le desagradaba tenerle, y más aún de su vida, y así no tendría que verle nunca más.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora