Capítulo 59

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Harry durmió muy poco, tuvo sueños confusos donde veía a Draco, y cuando se acercaba, se desvanecía en el aire como si fuera vapor de agua, para luego aparecerse más lejos, y más lejos, hasta que agotado, ya no podía avanzar más y terminaba en el suelo jadeando y llorando.

Cuando se despertó con lágrimas en los ojos, Harry se levantó, se vistió y salió a caminar por el pueblo, esperó que abriera la primera panadería y se tomó un café con un bollo y luego deambuló un rato más hasta volver a la posada.

Cuando vio a los Weasley, estos se mostraron preocupados, pero él hizo lo posible por mostrase bien y contento – aunque sospechó que estos no le creyeron – y luego de tomar juntos una taza de té, se fueron a tomar su Traslador para Stow-On-The-Wold su próximo destino.

En este poblado no iban a quedarse sino a deambular un poco, visitaron la Ermita de Saint Edwards y el mercado del poblado, se sacaron fotos y comieron algo ligero al mediodía, y en la tarde, tomaron el próximo Traslador a Bourtown in the Water, un pueblo del que Molly se enamoró y en el que decidieron quedarse a pasar la noche.

En este lugar si buscaron posada, y luego fueron a visitar el famoso Museo de los Juguetes, y cuando Arthur se enteró sobre el Museo de los Coches Antiguos afirmó que no se iba a ir de allí sino lo visitaban.

Harry disfrutó mucho el museo de los juguetes y la vista del Río Windrush donde Molly le dio de comer a los patos, luego los tres comieron helados a pesar del frío porque eran legendarios, en especial, los de la tienda mágica que cambiaban de sabor a cada lametazo, y pasaban desde el chocolate oscuro hasta el pistacho y el coco, sin dejar de ofrecer fresa, mora y limón.

En la noche, se fueron a descansar agotados, y por una vez, Harry aceptó tomar Poción de Dormir sin Sueños – la versión Malfoy – para poder estar más descansado al día siguiente y disfrutar con el entusiasta Arthur del museo de los vehículos.

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Tal como se lo imaginó, Arthur salió más feliz que un crío del Museo y con mucha reticencia por lo bien que lo pasaron, se trasladaron a Snowshill donde buscaron sitio para almorzar.

Harry disfrutó en sobremanera este pueblo, lleno de colinas y campos para caminar mientras pensaba en la carta de Hannah y en cómo todo lo que Draco le dijo – casi fuera de sí de la rabia – más lo que le comunicó en su carta de despedida, iba resultando cierto en su totalidad.

Cada detalle que se confirmaba, le llenaba de un sentimiento agridulce: Malfoy nunca le mintió respecto a lo relacionado con Jim Sawyer, en el peligro que representaba para Ginny, y menos en lo relativo a George, sus relaciones personales y en el peligro que le amenazaba.

Si no hubieran intervenido, probablemente en este momento George estaría en San Mungo bajo custodia del Ministerio hasta que se confirmara, luego de tal vez un tortuoso y largo juicio, que no había participado en el tráfico de pociones, y las multas y sanciones que recibiría por consumir Brío serían mucho peores. Pero tener en prevenido un Consejero Legal y estando bajo el cuidado de una institución de salud, había hecho una inmensa diferencia. Incluso para Lee Jordan, quien se había mostrado renuente con su padre, había hecho una diferencia inmensa haber recibido una Intervención y estar en un instituto de salud mental en Escocia. Afortunadamente, las cuentas de Lee demostraban que este no había participado tampoco en compra y venta de pociones, y su nivel de consumo, no era ni de cerca tan alto como el de Eva o Andrea, incluso, había resultado ser menor que el de George, y el Señor Jordan les había escrito, agradecido, informando que las expectativas de que Lee volviera a tener una vida más sana eran bastante altas.

Cada detalle que Harry descubría de Draco, le hacía sentir que su corazón latía más pesadamente de amor por el rubio, y de la misma forma, le confirmaban que la decepción y el desprecio que le había hecho vivir en Rumania harían casi imposible que pudiera haber aunque fuera una oportunidad pequeña de arreglar todo lo que había salido mal entre ambos.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora