Cuando despertó, y abrió los ojos parpadeando pesadamente, Harry se encontró en una habitación color verde claro que olía a antisépticos. Empezó a moverse para levantarse pero unas manos amables y firmes le sujetaron y le hicieron volver a recostarse.
"Por favor, señor, permanezca recostado. Si se levanta repentinamente, volverá a marearse", le dijo una voz femenina pero cuyo rostro no pudo ver. Sentía sus párpados muy pesados y su vista aún estaba muy nublada. En efecto, aún se sentía mareado, así que decidió que era mejor obedecer y volvió a recostar su cabeza.
"¿Dón... dónde estoy?", preguntó tartamudeando. Intentaba recordar qué había sucedido pero no estaba seguro.
"Está en la sala de emergencia, señor", contestó la voz femenina, Harry supuso que sería una enfermera. "En unos minutos le atenderá un doctor. Por favor, espere recostado", Harry asintió y obedeció intentando respirar profundo. Le dolía la cabeza de forma latente.
Poco a poco, su vista se fue aclarando y observó que, como se lo imaginaba, no había sido llevado a San Mungo sino a un hospital Muggle. Se dio cuenta de que no estaba usando sus anteojos así que su vista era borrosa. Estaba en un pequeño cubículo rodeado por las mamparas de una sala grande de emergencias, se oían muchas voces a su alrededor y había personas en los cubículos de los lados pero sus ocupantes hablaban en susurros.
Cuando observó sus brazos, notó que le habían puesto una vía con un suero en la vena, lo cual de solo observarlo hizo que se sintiera mareado de nuevo. Después de tantos años siendo atendido por Sanadores, Harry había perdido completamente la costumbre a las agujas y la medicina Muggle.
Cuando pudo fijar la vista en la morena enfermera que revisaba el goteo de su suero y tomaba notas, se dio cuenta de que era de cabello negro recogido en un gorro y muy guapa. Esta se giró y le sonrió tranquilizadoramente. Vestía un uniforme de color verde manzana, muy alegre para un lugar tan tétrico como un hospital, y en su pecho, Harry notó el logo del Hospital Real de Londres. Suspiró para darse ánimos y se resignó a esperar.
"Señorita, eh... disculpe, mis anteojos... no puedo ver muy bien sin ellos", la enfermera le sonrió con tristeza.
"Oh, lo lamento, están aquí", se los entregó, "pero me temo que los cristales se han roto, no creo que pueda ver muy bien con ellos y necesitará adquirir unos nuevos". Harry suspiró y pensó que tendría que esperar hasta salir de allí para poder repararlos. Los dejó en la mesita de al lado de la cama y se resignó a esperar.
En unos minutos, llegó una rechoncha y sonriente médico de cabellos rojizos y mirada bondadosa que de inmediato le hizo pensar en una versión más joven de Molly. La doctora revisó la tabla a los pies de su cama.
"Veo que ya despertó", y sonriendo le preguntó, "¿Me puede decir su nombre, por favor?" y le miró expectante.
Harry sonrió pensando en lo bien que se sentía a veces ser anónimo y le contestó, "Harry Potter, Doctora...".
"Martin... soy la Doctora Martin y estoy hoy al cuidado de usted", y le sonrió benevolente, tomó nota en su tabla y continuó, "fue traído por una ambulancia luego de desmayarse en la calle, Señor Potter... eh... ", leyó de su tabla con el ceño fruncido, y le miró, "Afortunadamente, aunque se golpeó fuerte, no necesitó puntadas, y aparte de un hematoma en la cabeza, golpes en sus rodillas y algunos raspones que le incomodarán en sus codos, no sufrió demasiado daño. Sin embargo, lo que nos preocupa es la causa de su desmayo", Harry asintió y sintió un dolor pulsante en la cabeza que lo hizo gemir. Se llevó la mano al lado izquierdo de su cabeza y notó el gran chichón. "Si, ese de ahí le va a causar dolor por un rato. Le daremos un analgésico en unos momentos. Se le hicieron algunos análisis preliminares y notamos que su glicemia estaba baja, así que me imagino que apenas comió el día de hoy", y le miró con las cejas alzadas y unos brillantes ojos azules. Harry asintió, se quejó de nuevo sin poder evitarlo por el dolor de cabeza y recordó los inteligentes ojos de Dumbledore cuando le preguntaba algo importante, sabía que a personas como ella no se le podía mentir. "Además, su tensión arterial estaba un poco baja también, e incluso, estaba algo deshidratado, por esto le colocamos un suero para nivelar su condición. Su exámenes de sangre indican que su hemoglobina está un poco baja, lo cual es inusual en alguien de su edad y sexo", le miró más penetrante aún y revisó minuciosamente su aspecto, Harry se sonrojó un poco pensando que tal vez la doctora creía que era un indigente y por eso no estaba comiendo bien. "Creo, Señor Potter, que usted no se ha estado alimentando muy bien, además, tiene claras señales de agotamiento. Por favor, dígame, ¿hay algo que ha estado causando esta situación?"
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Mucho de Orgullo y Bastante de Prejuicio
FanfictionDraco Malfoy se fue a París después de la guerra, su fortuna aparentemente disminuida, herido por las realidades sobre su padre que salieron a la luz en el juicio. Años después, ha vuelto a Londres, con nuevos/viejos amigos, exitoso, más guapo que n...