Harry se dedicó el sábado en la mañana a seleccionar e imprimir las fotos para las cartas de agradecimiento sobre el cumpleaños mientras los niños hacían las cartas, dibujos y demás cosas que se les ocurriera para agradecer a sus múltiples 'tíos' y se las enviaban.
Harry sonrió al ver la foto de Clara con la Barbie que le envió Malfoy en la mano. Su rostro de emoción era tal que parecía que todos sus sueños se habían cumplido de una sola vez. No se podía decir lo contrario de la de Peter, sonriendo admirado mientras al menos cuatro Nimbus en miniatura volaban alrededor de su cabeza.
En la tarde, pasó por Neville en la casa de los Longbottom, y llegó lo suficientemente temprano para oír el regaño que sabía que la Abuela Augusta tenía reservado para él. Fue mejor de lo que pensó y a la vez peor. La Abuela no le dijo que era un borracho o un drogadicto, como se temía, sino que le miró con decepción y dijo, casi en voz baja, 'Se supone que debías cuidar de mi niño', Harry sintió como si le dieron un puñetazo en el estómago y asintió, bajó la mirada y se miró las manos y solo dijo que lo sentía.
Neville miró exasperado a su abuela y le dijo que estaba siendo muy injusta, que Harry era el único que en realidad había intentado ayudar y que él no tenía la culpa de los desastres que hubieran hecho George y sus acompañantes, pero esto no sirvió para mitigar la decepción de Augusta ni la culpa que Harry sentía de sí mismo. Se despidió en voz baja de la Abuela y no se atrevió a acercarse, y menos besarle como siempre. Sin embargo, esta lo hizo, pero como si le produjera un gran dolor perdonar y aceptar en su casa a un nieto tan inútil. Luego se fueron afuera silenciosos para Aparecerse en el estadio.
Harry rogó por no encontrarse con ningún Weasley porque no quería dar explicaciones sobre la razón por la cual no se sentaría con ellos en el estadio. Esperaba que todos asistieran y ocuparan los puestos que los parientes y amigos de Ginny pudieran usar para tener excusas de no haberse sentado con ellos, y se dirigió aun algo cabizbajo con Neville a sus puestos. Ni siquiera se había traído los omniculares. Solo de verlos, le dolió el estómago y consideró que prefería ver las repeticiones en la pantalla gigante del estadio.
El juego, cuando comenzó, mostró el filo que se suponía tendría. Hubo más faltas de las que Harry esperaba.
En algún momento Ginny recibió una Bludger que le hizo casi caer de la escoba y le causó sangramiento nasal. El juego se detuvo mientras fue atendida y Harry se imaginó el horror de Molly, la rabia de Ron, el ceño y los puños apretados de Bill, el orgullo de Charlie, las lágrimas de Arthur y el desconcierto de Percy, frente al sangrado nasal de la más pequeña del clan.
Una vez que Ginny se alzó al vuelo de nuevo, cobró la falta y ganó puntos de nuevo para las Harpías, con su túnica manchada de sangre pero el rostro concentrado y desafiante, las Harpías jugaron si se quiere, con más ímpetu.
A pesar de su tristeza, Harry se encontró concentrado en el juego: jadeaba al unísono con el público, agarraba a Neville del brazo hasta casi retorcérselo cuando parecía que Conchita iba a agarrar la Snitch, pero en la última oportunidad cuando se escapó, gimió al igual que todos en el estadio pero aplaudió a la pequeña Buscadora en apoyo mientras Neville silbaba y pedía una falta porque le fue lanzada una Bludger que la desvió y perdió la pelotita de vista. Harry sabía que la jugada no era falta pero no iba a reprender a su amigo por pedirla.
Ambos se dividieron los gastos de la comida y las bebidas – nada que tuviera más alcohol que una cerveza de mantequilla– y aunque estaban cansados del trajín del día anterior, se encontraron disfrutando bastante del juego a pesar de todo.
Cuando Conchita finalmente agarró la Snitch, era evidente que Ginny se ganaría, como mínimo, el premio de la Quaffle de Oro, dada la cantidad de puntos que había sumado en el encuentro. Había hecho ella sola el doble de anotaciones que las demás Cazadoras en el juego, y en toda la temporada, solo Kattie Bell de los Tornados se comparaba a su desempeño.
Harry y Neville festejaron junto a todos en el público, y gritó como el que más mientras las jugadoras daban su vuelo de la victoria en formación V con Conchita en la punta con la snitch en la mano. Harry gritó de júbilo cuando pasaron frente a su tribuna y Ginny le lanzó un beso a ambos... de hecho, todas las Harpías bajaron la velocidad y lo hicieron, para su sonrojo y bochorno, y Neville rió y le palmoteó en la espalda mientras los flashes de las cámaras no se hacían esperar.
Harry deseó internamente poder oír a Malfoy llamándole 'presumido' o que no podía dejar de llamar la atención a donde fuera, aunque fuera falso, y deseó que pudiera verle recibiendo la atención de las jugadoras aunque fuera en una copia del Profeta. Luego se sintió culpable de desear semejante tontería pero había sido un sentimiento honesto.
Luego de un breve descanso mientras ponían mágicamente una tribuna y los jugadores se refrescaban, sacaban banderas del Reino Unido, Inglaterra, Gales, las Irlandas y Escocia, el público en las gradas enloquecía de júbilo, a continuación, vino la Ceremonia de Premiación, empezando por los mejores jugadores de la Temporada: El Guante de Oro fue para Oliver Wood de los Tornados, que fue el Guardián que paró más disparos a los Aros. Harry aplaudió con entusiasmo hacia su ex Capitán y se sintió sumamente feliz y orgulloso de él. Hari Chopra, Golpeador de las Avispas recibió el premio del Bate de Oro por ser el Bateador más efectivo y recibió abucheos y aplausos por igual, por supuesto, Ginny Weasley recibió el premio de la Quaffle de Oro por ser la Cazadora con más anotaciones de la temporada y Harry pensó que se quedaría ronco de tanto gritar y aplaudir; la pequeña Conchita Torres recibió el premio de la Snitch de Oro como la Buscadora con el récord de atrapadas de la temporada, y el estadio parecía que se iba a caer de la emoción. La chica era un fenómeno, era una de los jugadores más jóvenes de la liga y su nivel de actuación era impresionante, todos la comparaban nada más y nada menos que con Viktor Krum.
Finalmente, luego de que Kattie Bell, Cazadora de los Tornados, se Ganara el Premio del Jugador de Bronce como el tercer jugador más valioso de la Temporada, Conchita Torres, el Premio del Jugador de Plata, como la Segunda Jugadora más valiosa de la Temporada, venía el premio más codiciado aparte de la copa de la liga: el Jugador de Oro, o como todos le decían El Mejor Jugador del Año, este era uno de los premios por el que más se corrían apuestas, legales e ilegales, y ganárselo era el sueño de todo jugador de la Liga Británica, y cuando anunciaron que era Ginny Weasley, Harry casi se desmaya de emoción.
Todas las apuestas corrían por Conchita, quien ganó el segundo premio, así que cuando la anunciaron como la Jugadora de Plata, Harry ya no sabía qué esperar. Se subió en el asiento al igual que Neville y brincó de emoción, y no tan lejos, vio los fuegos artificiales especiales de Artilugios Weasley lanzados desde las gradas que formaron las palabras ¡Ginny es nuestra Reina! y el logo de las Harpías en el cielo del estadio. La multitud rugió de emoción y Harry pensó que le dolía la cara de tanto sonreír.
Cuando finalmente el Presidente de la Liga de Quidditch de Gran Bretaña e Irlanda entregó la Copa a las Harpías, fue Ginny quien la tomó en lugar de la Capitana Katrina Dolovova como suele suceder, porque ella le cedió el honor a Ginny, Harry lloró de la emoción, de orgullo y alegría por su amiga sin ninguna vergüenza, mientras los fuegos artificiales amarillos y verdes cubrían el cielo del estadio.
Harry no sabía cuántos eran producto de las celebraciones oficiales de la Copa y cuántos eran producto de los Artilugios Weasley, pero lo que sí sabía es que una final de la Copa de la Liga jamás había sido tan vistosa antes.
-*-
Al salir del estadio, Harry y Neville se pudieron ir luego de un rato, la multitud de gente agolpada en las salidas era fenomenal. Camino a casa, compraron comida china para llevar y se fueron a casa de Harry, este por fin se permitió tomar una cerveza regular y brindó con su amigo por el triunfo de las Harpías y en especial, por el de Ginny.
En eso estaban cuando se activó el Flú y apareció la cabeza de Ron por la chimenea; por el ruido de fondo, era evidente que seguían en el estadio. Por supuesto, los Weasley no iban a permitir que Harry y Neville se perdieran de la fiesta de celebración por el triunfo que se realizaría en la Madriguera. Harry y su amigo se miraron y asintieron acordando ir, pero sabiendo que no se quedarían hasta tarde. Neville tenía un Traslador que tomar a las nueve de la mañana, y Harry tenía que cumplir una promesa a dos niños de nueve años que le esperarían – Godric le asistiera – para jugar futbol al día siguiente en la mañana. Y Harry Potter no rompía sus promesas.
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Mucho de Orgullo y Bastante de Prejuicio
FanfictionDraco Malfoy se fue a París después de la guerra, su fortuna aparentemente disminuida, herido por las realidades sobre su padre que salieron a la luz en el juicio. Años después, ha vuelto a Londres, con nuevos/viejos amigos, exitoso, más guapo que n...