Capítulo 8

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Luego de despedirse de la Señora Longbottom, Harry se terminó el té, ya frío, y salió de una vez a ver a su amigo. No se molestó en cambiarse la ropa de su caminata mañanera, y sabiendo cómo estaba el clima, tampoco sustituyó sus zapatos. Después de todo, estaba seguro de que las Barreras de la Mansión Nott no le dejarían Aparecerse demasiado cerca y de que tendría que caminar un buen trecho, bajo la llovizna del día, antes de llegar a la entrada y pedir que le permitieran entrar.

Tal como se lo imaginó, las barreras de la mansión Nott la rodeaban a un radio de kilómetros, así que Harry caminó bajo la lluvia hasta llegar a la gran verja de hierro forjado. El Hechizo Paraguas no hizo mucho para protegerlo de la llovizna con brisa, así que su ropa estaba casi calada y sus zapatos llenos de barro para ese momento. No le importó demasiado. Ni con sus mejores galas Nott o Malfoy lo verían con buenos ojos, y en este momento, solo pensaba en Neville, así que una vez llegó a la verja, buscó qué dispositivo mágico le permitiría notificar su presencia. Mientras buscaba alrededor de la entrada, se Apareció un Elfo doméstico frente a él.

"Buenos días, Señor, ¿Viny puede ayudarle en algo?", preguntó haciendo una ligera reverencia.

"Oh, buenos días, Viny. Soy Harry Potter, estoy aquí porque mi amigo Neville Longbottom está hospedado en la Mansión como huésped de la Señorita Abbott. Está enfermo y me gustaría pedirle permiso a Nott, quiero decir, al Señor Nott, para visitarlo".

Viny asintió y dijo con su voz chillona, "Le notificaré al Amo Nott que está aquí, Harry Potter, Señor", con cara triste agregó mirando su estado actual. "Lamento no poder dejarle entrar sin consultar, Harry Potter, Señor. Son órdenes del Amo".

Harry le sonrió tímidamente. "No hay problema, Viny, entiendo perfectamente, el Señor Nott no sabía de antemano que vendría a su casa, así que debes anunciarme".

Viny hizo una profunda reverencia y se Apareció.

Harry esperó alrededor de cinco minutos bajo la lluvia que empezó a arreciar. Aprovechó para observar la Mansión.

Si bien no era a simple vista tan grande como Harry pensaba era la Mansión Malfoy, tampoco se podía decir que fuera una simple casa. Se veía que tenía suficientes habitaciones como para resguardar a un batallón no demasiado grande. Los jardines se veían bastante bien cuidados, y siendo verano, las flores no faltaban, y tampoco las aves jugando en sendas fuentes a cada lado. Al fondo, se veían ciertas construcciones que Harry estimó podrían ser los famosos invernaderos. Un camino de guijarros muy blancos y muy ordenado, con macizos de flores azules a los lados, guiaba hacia la entrada principal de la mansión.

De repente, Viny volvió y la reja se abrió para dejarle entrar. "Harry Potter, Señor. El Amo Nott le invita a pasar. Por favor, acompáñeme".

"Gracias", dijo Harry simplemente, cruzó la verja que se abrió completamente frente a él con magia y empezó a seguir al elfo doméstico por el camino de piedrecillas. Disfrutó del olor a grama, tierra mojada y el aroma de las flores a su alrededor. Pensó que le hubiera agradado ver el jardín en un día más soleado. Estando más cerca, pudo ver que las fuentes tenían esculturas de ninfas de largas cabelleras y semi desnudas, pero no eran vulgares sino exquisitas en sus relieves magistralmente tallados.

Al llegar a la entrada, Viny se ofreció a usar un hechizo secante en sus ropas. Harry aceptó agradecido, sentía ya algo de frío y no quería presentarse chorreando frente a Nott. Viny lo hizo muy bien y hasta su cabello quedó seco. Sin embargo, su ropa seguía viéndose algo arrugada y sabía que era muy informal, al igual que sus zapatos que aunque ahora estaban limpios gracias al elfo, eran muy viejos y gastados.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora