Capítulo 42

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Para la sorpresa de Harry, fue recibido en la Estación de Trasladores de Londres por Ron, quien en su túnica de Auror lucía bastante bien. En realidad, desde que su amigo vivía con Hermione, solía lucir acicalado y bien presentable, al contrario de cuando era un adolescente.

Harry le abrazó alegre y Ron le apretó tan fuerte que hizo crujir sus huesos al mejor estilo Weasley.

"No pensé verte aquí", dijo Harry mirándolo con asombro.

"A la orden, yo también te quiero mucho", contestó su amigo riendo mientras tomaba uno de sus bolsos y se dirigió con él a la salida.

"Quiero decir, se supone que a esta hora estás en el Ministerio". Ron rió y asintió.

"Lo sé, es solo que no había mucho jaleo en el Departamento y aproveché para escabullirme... además, Mamá nos mataría si no viene ninguno de la familia a recibirte. Ella está cuidando a Dominique mientras Fleur lleva a Victorie al Sanador", le contó un poco serio.

"Oh, ¿está enferma?" preguntó Harry con algo de preocupación.

"Se cayó en la escuela y llamaron a Fleur para que la buscara, le duele un brazo... tal vez se lo fracturó", dijo frunciendo el ceño un poco preocupado, "Ya sabes cómo es Victorie, es una mezcla muy extraña de Ginny, Percy y Bill: sabionda, lista como pocos, pero intranquila como ninguno de nosotros llegó a ser, y eso incluye a Fred, George y Ginny", Harry asintió sonriendo sabiendo que Ron tenía razón.

"¿Quieres que pasemos por San Mungo luego de dejar esto en casa?", Ron pareció pensarlo un poco y asintió luciendo aliviado.

Cuando hicieron lo acordado, se encontraron que Fleur iba ya saliendo de San Mungo con expresión de alivio, pero se alegró mucho al encontrárselos.

"Oh, ella está bien; nuestra pequeña aventurera sí tenía una fractura pero ya fue resuelta", y suspirando y mirando a la niña agregó, "eso le enseñará a no volver a montarse en la cerca de la escuela", Harry rió imaginándose a la pequeña niña haciendo malabares y luego se estremeció.

"Oh, qué bueno que no fue algo más grave", le dijo aliviado mientras Ron alzaba a la pequeña y la abrazaba.

"¿Cómo está mi pequeña princesse?", le dijo este.

"Bien, Tío Ron", contestó Victorie y le dio un beso en la mejilla que Ron le había acercado para que la niña le besara. "Me dieron una paleta", le contó sonriendo y enseñándole una roja, redonda y pequeña.

"Oh, ¿o sea que te premian con una de esas si te rompes un brazo?" le preguntó Ron con los ojos muy abiertos y expresión de asombro, la niña rió.

"No, tío tontico", y negó con la cabeza agitando sus rubios cabellos. "Es para que no llores", y luego poniéndose seria aseguró, "yo no lloré".

"Esa es mi princesse", dijo Ron sonriendo y le dio otro beso en la frente, luego se giró hacia su cuñada, "¿Irás a la Madriguera, Fleur?", preguntó mientras Harry reía y Fleur miraba a Victorie con cara de reprimenda. Estaba mirando a su cuñada con las cejas alzadas y con su sobrina en brazos dirigiéndose a la salida.

"Eh, oui", dijo esta y Harry recordó a Theo de repente, "Debo ir por Dominique antes de volver a casa", y suspiró.

"Yo iré contigo", dijo Harry sonriendo hacia ella, "así saludo por allá y además aprovecho el viaje y me llevo a Bean y Paris cuando vaya a casa", miró a Ron, "¿Qué harás tú?"

"Yo debo volver al trabajo", contestó Ron sonando resignado, "Pero Mamá y Papá estarán felices de que vayas. Intenta quedarte a almorzar, te han extrañado horrores luego de que pasaste tantos días en casa para luego irte fuera del país", Harry asintió y sonrió. "Además, tienen una propuesta que hacerte y apenas pueden esperar para hablar contigo", Harry le miró intrigado.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora