Capítulo 10

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"Y a ti, no puedo sino felicitarte, Harry", este levantó la vista de su plato ya que aún le quedaba pastel, Hannah comía lento y poco, había notado Harry, así que ella aún picoteaba en el suyo.

Extrañado miró a la chica y le dijo. "Oh, Cielos, ¿y por qué?", levantó las cejas hacia ella. "Yo no trabajo en el Ministerio ni en ningún lado".

"Ay, no seas modesto", le contestó ella sonriente. "Admiro muchísimo tu trabajo en la Fundación Retoños de Lily", Harry se sonrojó en seguida. La verdad, nunca había hecho ninguna publicidad sobre su proyecto, después de todo, era él quien lo financiaba, se apoyaba netamente en las ganancias que producían algunas de sus inversiones y del producto de sus herencias Potter y Black, no hacía eventos de acoger inversionistas o donaciones para ello. Odiaba la idea de que su fama pudiera afectar la relación que tenía con los niños que resguardaba la Fundación.

"No pensé que se supiera sobre ello", dijo Harry alarmado mirándola con expresión seria.

"Sé que no vas por ahí alardeando de tu trabajo, Harry, precisamente por eso lo admiro más", le dijo Hannah con simpleza y sonriendo, "No usas tu nombre para promocionarlo mezquinamente, ni para ser alabado en el Profeta. Solo haces la vida de esos chiquillos mucho mejor; les das educación, hogar, calidad de vida y afecto, cosas que no podrían tener sin una familia por culpa de la guerra".

"Oh, pero es solo una fundación muy pequeña", dijo Harry restándole importancia y queriendo cambiar de tema, "no se compara con nada que tú o Malfoy hagan en sus actividades de caridad".

"Si, y eso es lo maravilloso", dijo Hannah mirándole sonriente y luciendo feliz, "Tú prácticamente le das cobijo de hogar a un grupo tal vez no muy grande de chicos, pero que de otra forma, tal vez solo les quedaría crecer alejados del mundo mágico, en un orfanato Muggle, sin conocer su verdadero mundo hasta que recibieran su carta de Hogwarts" la sonrisa de Hannah era tan cálida hacia él que se ruborizó. "Prácticamente, eres la figura paterna de esos chicos.... Yo sé lo que es crecer sin padres, Harry. Pero al menos tuve a mi Abuela", sonrió más ampliamente y agregó, "incluso, con uno o dos niños que hubieras cuidado, habrías hecho una gran labor. Pero cuidas de siete, de forma personalizada, revisas sus estudios, celebras sus cumpleaños, cuidas de sus citas médicas, sus notas escolares, los llevas de vacaciones. Tú eres lo más cercano a un padre que conocerán hasta que sean adultos", y sonriendo ampliamente agregó, "Y eso sin contar a Teddy, a quien le dedicas tanto tiempo y amor", ella meneó la cabeza con aire de incredulidad. "No sé cómo lo haces, en especial después de todo lo que viviste, pero yo a eso lo llamo ser una persona exitosa".

Harry no pudo evitarlo, sintió que sus ojos se humedecían conmovido. Bajó la mirada a su plato.

Harry se había acostumbrado a que siempre todos le miraban como si fuera una sombra de lo que se suponía debió haber sido el Salvador del Mundo Mágico. La mayoría supuso que sería un Auror. Otros esperaban que fuera un Campeón en el Quidditch o hasta Ministro de Magia. Pero Harry no quería nada de eso. No quería aventuras, ni fama, ni prestigio, tampoco premios y aplausos. Harry Potter quería una vida tranquila y feliz, y su sueño era que otros niños no vivieran lo que él pasó con sus pérfidos tíos, todo por ser un mago huérfano criado por Muggles que odiaban y temían a la magia.

Sus finanzas solo le permitían atender a siete niños a la vez, para que pudieran estar bien y recibir suficiente atención y afecto, sin lujos pero sin privaciones. Muy pocos sabían sobre su trabajo. Lo hacía lo más calladamente posible y solo a sus amigos más cercanos les permitía ayudar en su labor. Todos los empleados y colaboradores tenían acuerdos de confidencialidad, y los elfos que se ofrecieron a apoyarle, alentados por Kreacher y la historia de Dobby, eran absolutamente fieles; y allí estaba esta chica amable y extraña, que vivía en Francia mayormente, felicitándole porque estaba al tanto de muchas cosas de su trabajo.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora