Capítulo 40

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Harry y Neville conversaron hasta tarde esa noche. Cenaron y tomaron vino tinto disfrutando el agradable clima del tardío anochecer. Neville le habló de sus actividades en Francia con mayor detalle y Harry de las vacaciones con los niños. Sin ponerse realmente de acuerdo, ambos evitaron hablar de Hannah y sus amigos.

Al día siguiente, Neville y Harry salieron a desayunar a un lugar cercano que era el favorito de Neville, y mientras comían croissants y Harry tomaba un delicioso café, - Neville jamás había gustado del café tanto como Harry - conversaron de sus planes del día.

Si bien, Harry no tenía intención de adentrarse en los sitios turísticos abarrotados, Neville insistía que no se podía venir a Francia y no ir a visitar la Torre Eiffel, Harry lo complació y se fueron a París. No se arrepintió. Caminaron por los alrededores de la torre conversando animadamente, evitaron las multitudes muy numerosas y tomaron algunas fotos. Harry luego compró algunos presentes para sus amigos en las tiendas Muggles menos abarrotadas y almorzaron ligero para no sentirse pesados y seguir paseando. El clima era inmejorable y Neville bromeaba diciendo que afortunadamente, Harry no se había traído consigo el clima de Inglaterra. Siguieron su paseo por los Campos Elíseos y por las calles de los alrededores. Harry estaba acostumbrado a ver muchos turistas porque en Londres nunca faltaban, pero por alguna razón, los de Francia le parecían mucho más notorios y ruidosos.

Esa noche cenaron en casa una sencilla pero sabrosa cena preparada por ambos, Neville le aseguró a Harry que le tenía una sorpresa para el día siguiente. Aunque Harry insistió, su amigo no soltó prenda, le dejó para que escribiera en su diario en el pequeño escritorio de su habitación y luego descansara. Harry se sentía un poco culpable por ocupar la cama de Neville y que este durmiera en el sofá, pero no hubo manera en que su amigo aceptara dejarle a él la sala y aseguró que con su pesado sueño, podría dormir en el suelo sin ningún problema si hacía falta. Harry sabía que en eso Neville tenía razón, luego de oírlo roncar por casi siete años en Hogwarts, sabía que muy poco lo mantenía despierto por las noches, se resignó y le dejó hacer como quería.

Al día siguiente, Neville le dijo que también ese día desayunarían fuera y que no tendrían que Aparecerse porque el paseo a pie al sitio a donde irían era muy agradable y no les tomaría demasiado tiempo. Harry sonrió encantado porque le encantaba caminar, y pronto se encontró disfrutando la hermosa vista del lugar.

Neville le contó que a este lugar también venían turistas por la ubicación del museo y jardines de Claude Monet, pero que en general, no era tan ruidosos o en tan gran cantidad como en París.

Pronto, llegaron a un pequeño lugar llamado Le Botanic Café (*1), pequeño y con el aspecto de ser muy antiguo, y cuando entraron, Neville miró alrededor y de pronto sonrió, cuando Harry dirigió la mirada al lugar donde este dirigía la vista, se encontró con nada más y nada menos que un sonriente Theo sentado en una mesa para cuatro. De inmediato este se levantó y les sonrió con aspecto de estar muy feliz de verles y les hizo señas con la mano para que se acercaran. Harry se alegró muchísimo de ver a Theo y se dio cuenta de que lo había extrañado, caminó rápido junto a Neville hacia la mesa y pronto estaban reunidos los tres.

"Mes amis" (*2), dijo Theo. Harry observó encantado su agraciado rostro, sus brillantes ojos verdes, sus aparentemente desordenados rizos pero que en realidad habían sido cuidadosamente arreglados para tener ese aspecto, sus encantadores hoyuelos y no pudo sino sonreír. Theo le abrazó brevemente, y para la sorpresa de Harry, le besó en ambas mejillas al estilo francés, lo cual le hizo reír un poco, y más a aún a Neville al ver su expresión.

"Oh, no te rías, Neville, que tú no te escapas", dijo Theo sonriendo, y como lo dijo lo hizo, abrazando y besando amigablemente a Neville, quien para la sorpresa de Harry lucía encantado.

Mucho de Orgullo y Bastante de PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora