CAPÍTULO DIEZ

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O1O | MONSTER

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O1O | MONSTER

Me quedé en casa el día siguiente, había llamado a Sergio para contarle lo que había pasado y lo entendió totalmente. Me pidió que descanse y que no me preocupase, encontraría un reemplazo calificado mientras él seguía en sus vacaciones con su mujer. Realmente lo agradecía de sobremanera, no me creía preparada para volver esa mañana. Necesitaba recuperarme del susto que me llevé.

Prendí la televisión para ver un poco las noticias, pero me desconecté de la realidad cuando mi teléfono fijo comenzó a sonar. Ya era rutina, él llamaba, yo atendía, hablábamos y cortaba. Aprendí que cuestionarlo no me llevaba a ningún punto, y también que no tendría el privilegio de escuchar su nombre en un futuro cercano. Fueron unas semanas de lecciones valiosas en las que mi vida dio un giro de 360 grados.

¿Por qué no me dijiste lo que te ocurrió? —dijo en cuanto puse el auricular en mi oído. Fruncí el ceño por su declaración. No tenía forma de saber lo que pasó ese día, solo Ethan, el hombre y yo estábamos allí.

—¿Cómo sabes lo que pasó? No estabas ahí —realmente no entendía como seguía sorprendiéndome de sus actos, este tipo de charlas se estaban volviendo cada vez más usuales.

¿Acaso no has entendido anda, Daria? —me preguntó, consiguiendo que trague en seco— Yo lo sé todo. Yo sé tus más grandes preocupaciones, conozco tus mayores miedos, predigo tus pérdidas y estoy más seguro de lo que sientes que tú misma —cada palabra que decía me hacía replantearme toda la situación. Era cierto, sabía con exactitud todo lo que ocurría en mi vida como si lo estuviese viviendo en carne propia. Tal vez no le doy la suficiente relevancia al apodo de acosador que él porta a la perfección—. Sé bien cuáles son tus problemas, y tengo la solución para cada uno de ellos. ¿No tenías dinero? Te conseguí un empleo. Vives en una casa sola en el medio de la ciudad, ¿acaso crees que es coincidencia que jamás hayas tenido que llamar a la policía por un intento de robo?

No había pensado lo mucho que esta persona había terminado involucrada en mi vida. Parecía como si la manejara como un títere, como si yo fuese su títere. Y aunque esté agradecida por cómo me ha ayudado, no puedo evitar preocuparme por la facilidad que resulta tener para cambiar mi alrededor a su antojo. Ahora lo hace a mi favor, pero en el momento en el que se arrepienta de todo lo que me da, me veré en la posición más vulnerable en la que he estado en mi vida.

El hombre de la cafetería no volverá a intentar herirte, ¿eso también es coincidencia para ti? —de nuevo conseguía hacerme replantear toda mi existencia con simples y estúpidamente cortas palabras.

Además, alertando aún más mis sentidos de lo que ya estaban a ese punto, la televisión cambia de noticia radicalmente para mostrar a una periodista... junto a una foto de lo que parecía ser el tipo de ayer.

"Últimas noticias: hombre de no más de cuarenta y cinco años es encontrado degollado luego de estar una noche desaparecido"

Y ahí todo terminó por cuadrarme. Como si la última pieza del rompecabezas por fin llegara a mi cabeza e hiciera que las demás partes sueltas tomaran un sentido.

—Tú lo hiciste —susurré sin poder apartar la vista de la televisión. Me sorprendí al conseguir soltar palabras de la boca, sentía como el terror me consumía una vez más.

De nuevo la sensación de vulnerabilidad entrando en mi ser, de nuevo tomé conciencia de lo indefensa que me encontraba a su lado. El poder que este hombre tenía sobre mí era aterrador, no tenía salida. Estaba en la palma de su mano.

Crees que eso es algo malo —dijo mas como una afirmación que pregunta—. Lo que te digo, Daria, no es para que me temas. Es para que puedas comprender que yo soy tu salvación. ¿O acaso hubieras preferido que ese tipo vaya y te acose de nuevo? ¿O a otra adolescente aún más joven y débil que tú?

—Mataste a una persona —inevitablemente mi voz sonó temblorosa, rota. Estaba hablando con un asesino, esto ya no era un juego.

Era un monstruo, no una persona.

Suspiré profundo, intentando controlar mi pánico y angustia. Sé que lo que hizo tenía justificación, pero eso no me quitaba el terror de que podía hacer exactamente lo mismo conmigo.

—Tú no eres muy diferente, ¿no es así? —no estaba siendo justa, lo sabía. Pero quería que me dejase en paz, quería no involucrarme en esto que estaba pasando. No quería sentirme indefensa de nuevo.

No hablas en serio. Él se lo merecía, Daria  —sonaba desesperado, podía notarlo. En serio deseaba que estuviese de su lado—. Jamás haré algo para herirte, por Dios. Todo lo que he hecho desde que conozco es para tu bien, ¿por qué eso cambiaría ahora?

Mordí mi labio inferior luchando por acomodar mis pensamientos dentro de mi cabeza. No podía culparlo completamente, pero tampoco quitarme la espinita de terror que experimenté momentos atrás.

—¿Cómo puedo saber que no estás intentando que confíe en ti para tenerme a tu disposición? Los psicopatas disfrutan de la tortura psicológica más que la física —debía preguntárselo, debía estar segura.

Lo escuché exhalar del otro lado de la línea—. En algo estás en lo cierto, quiero que confíes en mí. Pero eso es porque yo confío en ti, y temo que eso va a terminar conmigo. Llámame cuando estés dispuesta a arriesgar lo mismo. Conoces el número.

Y no oí nada más que el pitido del teléfono, señal de que había cortado.

𝐒𝐇𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 | 𝟶𝚆𝙴𝚂𝚃𝙴𝚁𝙻𝚄𝙽𝙳
04/04/2023

SHIVERS © [Ethan Landry] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora