CAPÍTULO VEINTIOCHO

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O28 | NOT AGAIN

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O28 | NOT AGAIN

Mi mente quedó en blanco ante la propuesta de Ethan. Esperaba que entre nosotros surgiese algo, pero al menos no tan repentino como una cita formal.

—¿Por qué? —le pregunté sinceramente, consiguiendo que su expresión se frunza en desconcierto por esa extraña duda.

A ver, no lo culpaba. No es una pregunta que pueda hacerte cualquier persona a la que invitas a salir, simplemente no entendía qué sería lo diferente en esta salida que en las otras.

—"¿Por qué?" —repitió como si fuera algo obvio— ¿Acaso sabes lo que las citas son, Daria?

Bufé por lo que dijo. Podía no entender a lo que quería llegar pero eso no significaba que mi vida amorosa fuera nula.

—Por supuesto que lo sé, pero ¿qué se supone que haríamos? —pareció pensar mi pregunta, como si verdaderamente no lo hubiese planeado demasiado.

—¿Hablar, comer... hablar más?

—Todas cosas que hacemos a diario en la cafetería —era como si ya no necesitáramos conocernos para comenzar a salir, todo lo que las personas hacen antes de ser pareja ya lo habíamos hecho.

—Es diferente —contestó él.

—¿Diferente cómo?

—Pues que ahora iré con otras intenciones —explicó ladeando la cabeza y, probablemente, rezando para que deje de hacer preguntas.

—¿Qué intenciones tendrás ahora? ¿Malas? —pregunté para impulsarlo a que suelte todo lo que deseaba hacer en esa salida.

—No, no malas... diferentes.

—No comprendo.

—Lo haces, rubia —aseguró sin dejarse tomar por estupido.

Lo observé pensando lo siguiente que diría. Y mi cerebro solo quería que Ethan hiciese una cosa.

—Demuéstrame que en serio quieres esto —solté, provocando una enorme confusión en Ethan.

—¿Invitarte a salir no es suficiente? —preguntó desconcertado.

Por supuesto que era suficiente, pero quería ver hasta dónde podía llegar para que salga con él.

—Pues claro. Invitarme a salir es fácil, quiero ver qué tanto arriesgarías por que vaya a esa cita contigo.

Ethan me observó intentando procesar mis palabras. Soltó una risa nasal volteando hacia abajo antes de volver a mirarme con una sonrisa.

—¿Quieres ver qué estoy dispuesto a hacer? Bien —dijo con seguridad.

En cuanto Ethan comenzó a acercarse a mi cuerpo decidido, mi mente solo gritaba una cosa; va a suceder. Era obvio, besaría a Ethan. Ya había llegado el momento, después de todo lo que habíamos pasado, era ahora o nunca.

Caminó hacia mí con velocidad y ansiedad contenida que solo logro hacer mis ganas de gritar de emoción mas grandes. Ethan quería besarme, y lo iba a hacer.

Sentí como su mano se colaba por mi cintura y se apuraba por presionarme contra él. Su otra mano fue a parar a mi mejilla sin quedar atrás, intentando romper toda distancia que nos separase.

Pero como si el universo no pudiese odiarme más, en ese momento la puerta se abrió de un portazo.

Un chico morocho, borracho seguro y vestido de zombie se encontraba en la puerta tratando de estabilizarse—. Ya comenzó el juego de la botella, ¿vienen? —a este punto, Ethan y yo ya habíamos tomado algo de distancia, pero su agarre seguía fuerte sobre mi piel.

Maldita sea, universo. ¿Acaso no puedes concederme una sola?

Vi como bufaba y rodaba los ojos—. ¿Ese juego otra vez? —puede que la última vez que lo hayamos jugado no fuese la mejor noche en la vida de Ethan, pero yo en serio tenía ganas de divertirme un poco en ese tipo de juegos.

Sabía igualmente que Ethan no se sentía bien con que besase a otra persona, algo que respetaba por completo y que no pensaba dejar que ocurriese.

Posé mi propia mano sobre su mejilla para hacer que me mirase esta vez a los ojos—. Vamos, será divertido. Además, tal vez esta ves sí deje que me beses —insistí.

Reí cuando las cejas de Ethan se elevaron y un brillo especial apareció en sus ojos.

—Iremos —aseguré al saber que ya había logrado convencerlo.

Los que conocía de la ronda eran Mindy, Anika y Ethan. Tara no sabía dónde estaba y a Quinn no me la había cruzado desde que llegué a la fiesta, lo cual es un sincero alivio pues siempre noté como me observaba de cierta forma que me ponía un poco incómoda. Como si tratase de descifrarme de alguna forma perversa.

Ethan se sentó frente a mí, tal como esa vez. Mindy estaba junto a Anika en otro extremo de la ronda y por fin pude divisar como un muy ebrio Chad se acercaba a nosotros. Lo salude con un asentimiento de cabeza y él me guiñó el ojo antes de dirigirse hacia las chicas.

—Todos sabemos las reglas, ¿verdad? —dijo uno que tenía una botella en la mano— Pues comencemos —comenzó a apuntarnos a nosotros con ésta, como si nos la estuviera ofreciendo.

—Yo voy primero —oí decir a Ethan.

¿Por qué quería ir primero? ¿Para besarme a mí... o a alguien más?

—Tú mandas —fue lo último que soltó el chico antes de hacerse a un lado para que Ethan pudiese girar la botella.

En cuanto lo hizo, sentí como el corazón se me subía a la boca.

Que me apunte a mí, que me apunte a mí, que me apunte a mí.

No, tiene que ser en pasado para manifestarlo.

Me apuntó a mí, gracias universo por hacer que me haya apuntado a mí.

Pero aunque intenté todas los métodos de atracción posibles, vi como el pico me pasaba por última vez antes de caer en otra persona.

La maldita rubia del bar.


𝐒𝐇𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 | 𝟶𝚆𝙴𝚂𝚃𝙴𝚁𝙻𝚄𝙽𝙳
21/04/2023

SHIVERS © [Ethan Landry] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora