CAPÍTULO ONCE

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O11 | RISK IT ALL FOR YOU

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O11 | RISK IT ALL FOR YOU

Mi conversación con el acosador seguía rondando mi mente desde que la tuve con él. ¿Acaso debía culparlo de la forma en que lo hice? Tenía las herramientas para herirme, pero jamás lo había intentado. Es más, mi vida había mejorado desde que él apareció. Pero no podía dejarlo pasar, era un criminal. Mato a sangre fría y no había mostrado arrepentimiento ante ello.

Entonces, si estaba tan segura que no lo mantendría en mi vida porque propone más riesgos que soluciones, ¿por qué se me es tan difícil acudir a la policía, exponerlo, acusarlo? Se sentía como una traición a pesar de que así no lo quisiese. Dios, si mamá estuviese aquí sería muchísimo más fácil. Aunque si ella siguiese con vida, probablemente no le contaría sobre las llamadas.

El acosador me despertaba un sentimiento de protección, siempre había sido así y era por eso que jamás me mostré en contra de sus planes. Sentía que si estaba junto a él, estaría a salvo pase lo que pase. Ahora entiendo porqué. Es un peligro, un asesino. Por supuesto que puede protegerme, pero, ¿quién me protegerá de él mismo? Ni siquiera puedo acudir a Ethan, aún no siento que estoy tan desesperada como para involucrarlo en el conflicto. Además no he ido a trabajar estos días. Sergio me lo perdonará, estoy segura.

Necesitaba pensar con la mente fría. El acosador se expuso al involucrarse tanto en mi vida, dijo que confiar tanto en mí terminaría con él. Sé que es peligroso tomar las palabras de un asesino, pero no lo podía evitar. Algo me decía que estaría bien a su lado.

En cuanto lo decidí, corrí hacia el teléfono fijo y marqué al número que me había dado en su momento y que ahora tenía pegado a la mesita del aparato. No tardó más de unos segundos en contestar.

—No quiero que desconfíes de mí —dije en cuanto supe que él me oía—. Pero debes entenderme. No conozco ni siquiera tu nombre. ¿Quién eres, acosador? ¿Qué planeas hacer conmigo? ¿Por qué me elegiste a mí? —si él quería que yo le diera mi completa y absoluta confianza, debía hacer lo mismo. Quería respuestas.

Sabes que esas son cosas que no puedo decirte, Daria. No porque no lo desee, pero al contrario de lo que tú crees, no tengo el control de todo —suspiré profundamente, sabía que iba a contestar eso—. Solo lo tengo de ti.

—¿De mí? —fruncí el ceño por su declaración.

Te victimizas y dices que yo soy el que te deja en una situación indefensa, cuando, Daria, tú pudiste evitar todas y cada una de mis acciones si así lo hubieras querido.

Y, nuevamente, estaba en lo cierto. Yo pude rechazar su llamada, pude no marcar al número que él me había dado, pero no lo hice. Pude incluso no ir al trabajo esa mañana, pero fui yo la que siguió su juego voluntariamente, fui yo la que guardó su secreto y continuó hablándole como si él no hubiese advertido desde un principio de lo que era capaz.

Esto era un juego de dos, y era hipócrita de mi parte el no aceptarlo.

Sin embargo, y aunque me arriesgué a ser rechazado por ti en muchas ocasiones, parece que siempre terminas haciendo exactamente lo que yo propongo. No eres un títere al que controlo, tú misma dejas que lo haga. Sin cuestionarme ni aunque sea increíblemente sospechoso que te hable un hombre desconocido cada día que parece que saber todo de ti.

Era cierto, era todo malditamente cierto y yo era una injusta que había pensado en acusarlo como si todo esto hubiese sido crédito suyo. Jamás fui forzada a nada, ni actué en contra de mi consentimiento.

Si él era culpable, yo era cómplice.

—Merezco verte. No me digas tu nombre, pero, al menos quiero hablarte a la cara —oí como soltó una risa nasal al otro lado del teléfono—. No te rías, quiero saber cómo eres —sonreí, agradecida de que ya estuviésemos en mejores términos.

¿Ah, sí? —susurró y, aunque no pudiese verlo, sabía que estaba sonriendo él también— No sabes lo que dices, me temerías.

Negué casi automáticamente ante lo que dijo—. Creo que lo que menos podía asustarme de ti, es tu apariencia física —y esa cierto, si sigo hablando con él después de todas las cosas de las que es capaz, no debía tener ningún tipo de inseguridad acerca de ello.

Tienes razón, permíteme corregir mis palabras —río suavemente—, te enamorarías de mí.

—Ja, ja, muy gracioso —rodé los ojos divertida ante la broma en sus palabras.

Tal vez entienda que no puedo saber más de él, pero no va a poder evitar que me pregunte: ¿quién es?

Quien sea el dueño de esa misteriosa voz al otro lado de la línea, sabré tu nombre. Tarde o temprano, la verdad llegará. Y la estaré esperando, créeme que lo haré.


𝐒𝐇𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 | 𝟶𝚆𝙴𝚂𝚃𝙴𝚁𝙻𝚄𝙽𝙳
04/04/2023

SHIVERS © [Ethan Landry] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora