CAPÍTULO VEINTICINCO

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O25 | CALLS AND ARGUMENTS

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O25 | CALLS AND ARGUMENTS

—Llegué —dije en cuanto crucé la puerta del departamento.

—¡Cocina! —gritó Bash desde... bueno, la cocina.

Dejé mi abrigo en la mesa y me dirigí al calendario que había comprado hace unos días para tener un poco de organización en la casa. Por suerte, no tenía nada programado desde ahora hasta fines de Octubre, así que podía ir con comodidad a la fiesta a la que Ethan me invitó.

—El teléfono fijo suena, ¿puedes atender? —pidió e inevitablemente mi mente comenzó a maquinar la obvia respuesta a la pregunta de quién era la persona del otro lado de la línea.

Era obviamente el acosador, solo no sabía porqué había vuelto a llamar. Se supone que estábamos peleados.

—¡Voy! —grité, y caminé lo más rápido que pude hasta el aparato.

Hola —era obvio, como dije. ¿Sino quién más podría ser?

—¿Por qué llamas? No deberías llamar, yo debería llamar. Estoy molesta contigo —dije en cuanto terminó de pronunciar o palabra. Así nos manejábamos; pelea, y el que tiene razón luego llama al otro.

Ya no soy un secreto, ¿no es así? Ya no estorbo en tu relación con no sé qué amigo tuyo. Ya no puedes estar molesta, tu derecho llegó a su fin —rodé los ojos aunque no pudiera verme. Era cierto, ya no interfería en lo que sea que tenía con Ethan, pero aún quería tener el privilegio de estar enojada y no contestar sus llamadas. Era divertido.

—Bien, pero también estaba molesta porque no me dijiste tu nombre —sugerí de forma discreta.

Daria, ya hablamos de esto —contestó, bastante irritado a este punto.

—Oh, vamos. Tú puedes llamarme por mi nombre, yo no puedo. Decirte acosador empieza a cansarme —tomé asiento en una silla de por allí que estaba lo suficientemente cerca como para que el cable del teléfono me permitiera acercarme—. Ya llevamos hablando, ¿qué? ¿Semanas?

Meses —corrigió, entendiendo a dónde quería llegar.

—¿Lo ves? No te has hartado de mí todavía, eso tiene que ser una buena señal —bromeé, sacándole una risa del otro lado de la línea.

Sí, nuestra amistad es fuerte —bueno, al menos reconoce eso.

—Yo diría que somos más como acosador y acosada, pero entendí tu punto.

La mejor dinámica en los libros de romance, ¿no lo crees?

—Muy a lo Joe y Love —reí esta vez yo, antes de volver al tema del que era obvio que él quería escapar—. A este punto deberías estar seguro que no se lo diré a nadie. Tampoco es como si tuviera alguien a quién decírselo —y era verdad, mi vida social caía en picada.

¿A quién engaño? Nunca estuvo en la cima, literalmente no puede bajar más.

Prefiero no arriesgarme. ¿Cuándo llamo? —eso de preguntarme cuándo debía llamar había sido algo que comenzó a hacer hace un tiempo, solo para asegurarse de que estaría en casa.

—En dos días. Adiós.

Adiós —saludó antes de cortar.

Al menos ahora todo estaba bien entre nosotros. Claro que lo más probable es que a Ethan no le dé ninguna gracia que ya seamos amigos de nuevo, pero eso ya será problema para la Daria del futuro.

—¿Quién era? —preguntó Bash, asomándose de la entrada de la cocina.

Lo noté... raro. Como a la defensiva, pero no dije nada.

—Un amigo, estábamos peleados pero ya se solucionó —contesté despreocupadamente, devolviendo el teléfono a su respectivo lugar.

—¿Cómo es este amigo? Físicamente —interrogó de la nada, consiguiendo que yo frunza el ceño confundida. ¿Por qué le interesaba?

—¿Qué? ¿Quieres invitarlo a salir? —bromeé, pero en su rostro no apareció ningún rastro de una sonrisa.

—¿Cómo se llama? Dime su nombre —okey, ¿por qué esto se había vuelto un cuestionario policial de repente?

—¿Qué te sucede? —quise saber, era común que Bash se desesperase pero no porque yo llamara a otra persona por teléfono. No entendía qué era lo que lo preocupaba tanto.

—No eres muy silenciosa, Daria, oí su conversación —oh, mierda—. ¿Acaso sabes quién es el tipo con el que estás hablando? ¿Es un desconocido? Y más te vale que lo de "acosador" sea una broma de mal gusto —se acercó a mí con esa postura demandante.

—Okey, escucha, recibí su llamada el primer día que llegué al apartamento. Hemos estado hablado hasta ahora y no ha hecho más que ayudarme con problemas que han ido surgiendo —lo defendí, no quería que la situación se descontrolase.

—Wow, Daria —rió sin ningún tipo de gracia en su expresión—. Así que ahora le atiendes el teléfono a cualquier pervertido que te marca. ¿Estás demente? ¿No te das cuenta que miles de tipos hacen eso para tener información de la gente a la que acosan? Dime por favor que no le has dicho nada de ti.

Emm, ¿cómo te explico?

—Yo... —comencé, pero no pude terminar la oración.

—No puedo creerlo —dijo pasándose las manos por su rostro—. Una chica sola en su casa de noche recibe una llamada de un número desconocido que no debería atender, ¿te suena de algún lado? —preguntó, cada vez más irritado.

¿De qué mierda habla ahora?

—No sé a qué te refieres —me sinceré.

Bash resopló frustrado—. Olvídalo. Dejé mi celular en el auto, voy a buscarlo abajo —dijo tomando las llaves que estaban en una de las mesas cerca nuestro.

Lo último que oí fue el portazo que dio al salir del departamento. Y a mi izquierda, su celular apoyado en el apoyabrazos del sillón.


𝐒𝐇𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 | 𝟶𝚆𝙴𝚂𝚃𝙴𝚁𝙻𝚄𝙽𝙳
16/04/2023

SHIVERS © [Ethan Landry] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora