CAPÍTULO DIECIOCHO

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O18 | I'M HERE TO RESCUE YOU

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O18 | I'M HERE TO RESCUE YOU

Voy para allá —fue lo único que dijo después de que yo le hubiese relatado mi estado deplorable de escasez de dinero. Solo eso, ni siquiera un "lamento no haber llamado" antes de cortar.

Estaba en el cordon de la calle frente al café, tapada con un mantel de tela de una de las mesas del local. Hacía frío y no tengo abrigo, usarla como manta fue un instinto de supervivencia.

Vi como un auto se estacionaba frente a mí, no pude ver la patente por las luces brillantes pero de inmediato asumí que era el acosador. Dios, estaba a punto de conocerlo, después de tanto tiempo con la duda de quién sería, por fin la verdad saldría a la luz. No había pensado lo grande que era este momento, pero ahora mi curiosidad hacía que mis dedos crisparan de la ansiedad.

Me levanté del piso y esperé que el dueño del coche se acercara a mí. Con la oscuridad y la distancia no podría verlo desde allí.

Un momento, si es el hombre que se hace pasar por mi papá, entonces debe ser mayor. ¿Estoy hablando con un anciano? Ay, por favor no, que miedo.

En cuanto el desconocido se detuvo en frente mío, fruncí el ceño en completo desconcierto—. ¿Ethan? Oh, creí que eras... —me callé. Lo último que esperaba es que el que vendría a buscarme fuera Ethan, ¿qué ocurrió con el acosador?

—¿Quién creíste que era? —preguntó divertido al ver que no contestaba.

—Olvídalo —le reste importancia. ¿Y si el acosador estaba viniendo hasta aquí y cuando llegue yo ya no voy a estar por irme con Ethan? No lo quería dejar plantado—. ¿Cómo supiste que necesitaba ayuda? —esa nueva duda surgió en mi mente.

¿Alguien le habrá dicho?

¿Habré sido yo?

—De hecho no lo sabía, vine hasta aquí porque olvidé uno de mis libros de la universidad. Tengo una copia de la llave por una vez que me hice cargo de la cafetería mientras que Sergio no estaba.

Claro, por supuesto que él no sabía. En serio tengo que dejar de estar tan paranoica, por mi propio bien.

—Pero que bueno que vine al final, ¿te llevo? —sonreía de esa forma orgullosa como diciendo "debiste aceptar en primera instancia", por lo que mordí el interior de mi mejilla reprimiendo una sonrisita y volteé a ver mis zapatos como si fueran lo más interesante del mundo.

—Espero a un amigo —finalmente me armé de fuerzas para decírselo, en serio no quería decepcionarlo pero sabía que de cierta forma eso lo lastimaría.

Sin embargo, al contrario de mis suposiciones, su expresión no decayó para nada, es más, podría jurar que por poco su sonrisa se agrandaba.

—Estoy seguro de que si no llegó hasta ahora, no llegará después. Ven conmigo, tengo el abrigo que olvidaste en casa —tragué saliva mientras pasaba mi peso de un pie al otro de forma indecisa.

¿Me arriesgo a dejar al acosador a pesar de que él quiso ayudarme? ¿O decepciono de nuevo a Ethan al elegir a alguien más sobre él?

—Está bien —no volvería a arruinarlo. Ethan no lo merecía.

Finalmente volví a ver ese brillo en sus ojos que tanto adoraba. Ethan se hizo a un lado para dejarme el camino libre a su auto—. Después de usted —se agachó en una reverencia bromista y señaló el vehículo con sus manos.

Rodé los ojos divertida y me dirigí a donde apuntaba. En cuanto pase por su lado, tomé su mano para arrastrarlo detrás mío. Escuché esa risa que también extrañaba a mis espaldas y, al estar frente a la puerta del copiloto, sentí como se inclinaba hasta mi oreja.

—¿Ya te había dicho que te ves preciosa? —su aliento chocar contra la piel de mi cuello erizó todos mis vellos de la zona, y mi garganta se secó repentinamente.

—Tú no pierdes el tiempo, ¿cierto? —bromee con él para lidiar con el nerviosismo.

—Con alguien como tú, no hay tiempo que perder —siguió mi juego, por fin alejándose y caminando para abrirme la puerta del coche.

Aunque debería haberme sentido aliviada, fue como si hubiera preferido que se mantenga así de cerca.

—Sabía que tu tipo eran las rubias —entré al vehículo finalmente.

Ethan rodeó el vehículo para llegar hasta el otro lado—. Y si bien para ti los rulos le ganan a los morenos, la regla no aplica en las morenas, ¿cierto? —dijo cuando se sentó en el asiento del piloto.

Ay no, ¿está molesto? Por supuesto que estaba molesto, lo humillé frente a sus amigos.

—Ethan, yo... —comencé, sin saber realmente cómo arreglar mi error.

Me interrumpió mientras encendía el auto y comenzaba a conducir—. Estoy jugando, no te preocupes —como no pudo verme a los ojos por estar enfocado en el camino, apoyó su mano en mi muslo izquierdo descubierto.

Mierda, ¿tenía que hacer esto más difícil de lo que ya era?

Tragué saliva con dificultad, volteando hacia un lado, pasando mi lengua por mis labios, todo para controlar el nerviosismo que inundó mi cuerpo.

—Relájate —ordenó de repente. Detuve mis movimientos para observarlo y darle pie a que continúe sus palabras.

—¿Cómo?

—Siempre estás a la defensiva. Actúas tranquila pero en el momento en el que alguien se acerca de más a ti, tomas distancia. Relájate un poco, y dime si te incomoda demasiado —apretó un poco mi pierna para alivianar la tensión de mi cuerpo.

Suspiré profundamente, obedeciendo sus indicaciones. No se sentía para nada mal estar cerca de Ethan, es más, amaba que lo estuviera, pero al mismo tiempo era como si mi espacio se sintiera sofocado ante una presencia ajena.

—¿Estás molesto conmigo? ¿Y con Tara? —pregunté cuando logré quedarme tranquila.

—Tú tendrás tus razones para no querer besarme, Daria, no voy a obligarte. Y Tara, bueno, no puedo culparla —alcé mis cejas sorprendida.

¿No podía culparla? Ósea que, ¿él hubiese hecho lo mismo de estar en su posición?

—No es que no quiera besarte, Ethan. Es que... es complicado —intenté explicar inútilmente—. Solo que todavía no es tiempo.

Ethan se acomodó en su asiento, en ningún momento quito los ojos del camino—. ¿Hay alguien más? —preguntó sin siquiera titubear.

—No... —contesté, sin haber esperado esa interrogación tan repentina.

—Entonces no tengo problema en esperar —finalizó, dirigiéndome una mirada rápida antes de regresar a la carretera.

Todavía no.

𝐒𝐇𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 | 𝟶𝚆𝙴𝚂𝚃𝙴𝚁𝙻𝚄𝙽𝙳
09/04/2023

SHIVERS © [Ethan Landry] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora