CAPÍTULO CUARENTA Y UNO

5.3K 625 107
                                    

O41 | HELLO, DARIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


O41 | HELLO, DARIA

—Tienes que conseguir un departamento —exigí, logrando que me ponga un poco de atención.

—Estamos de acuerdo en eso.

Había llegado a la conclusión de que Bash tenía que irse de mi casa en cuanto terminé de procesar la situación de Ethan más o menos en su totalidad. Necesitaba privacidad, tener mi espacio de vuelta, y ahora que él tuvo el suficiente tiempo para recomponerse económicamente, podía hacerlo sin ningún problema. En especial porque no pagaba renta, así que ya tenía unos buenos ahorros guardados en su bolsillo.

Ese día estábamos en el departamento que habíamos escogido para Bash en conjunto. Tenía todo lo que pudiera necesitar, un espacio considerable, precios accesibles y, lo más importante, conseguía que yo tenga mi departamento de vuelta. Eso no significaba que Bash ya no iba a visitarme, al contrario, debía estar yendo y viniendo constantemente para mudarse por completo.

—Bien, entonces el departamento está definitivamente a su nombre, señor —dijo el encargado, entregándole unos papeles a Bash para que firme.

—¿Tan rápido? —le preguntó él, casi leyéndome la mente.

—Por supuesto, su socio llamó para reservar el espacio y confirmar la venta —Bash y yo volteamos a vernos confundidos. ¿Socio?

Hasta que algo en mi mente hizo «click» y lo entendí.

Ethan.

Por supuesto que esto había sido obra suya, ¿sino de quién más podría ser? Aunque esto hubiera sido un favor positivo que nos hizo, me molestaba que tuviera tanto control sobre mi vida y que, a pesar de ya haber descubierto su secreto, seguía sabiendo todo de mí de formas que no entendía.

¿Cómo había logrado reservar la venta del departamento? ¿Cómo había logrado saber qué departamento compraríamos? Tenía estrategias y técnicas de espionaje que desconocía pero me asustaban. ¿Qué otras cosas sabe de mí que yo no le dije? Había estado completamente despreocupada todo este tiempo en el que mantuve mi amistad latente con él. Pudo haberme asesinado en cualquier momento y yo lo permití.

Pero al menos, ya me había librado con la situación del departamento compartido. Volvía a tener mi preciada privacidad que tanto extrañaba.

—Gracias, señor.

Volvía a mi casa por fin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Volvía a mi casa por fin. Lo de la compra había sido un completo éxito así que no había nada más de lo que tenga que preocuparme. Pero aún así, un sentimiento recorrió mi cuerpo al recordar un detalle importante.

Era la primera vez que volvía sola a mi departamento.

En otro contexto estaría despreocupada, sin embargo ahora que sé el secreto de Ethan, no podía evitar sentir un escalofrío al imaginarme a mí sola y vulnerable ante el peligro de su presencia. ¿Y si viene a buscarme? ¿Y si se arrepiente de decirme la verdad y prefiere acabar con mi vida de una vez por todas? No podía evitar pensar en lo peor cuando se trataba de Ethan. Ya me decepcionó una vez, ¿qué le impedía hacerlo de nuevo? No solo decepcionarme, ya que es difícil hacerlo con el pensamiento que tengo de él ahora.

Entré al departamento con el corazón en la garganta, esperando con todo mi corazón que estuviera vacío por mi propio bien. Di pasos lentos, asomándome por la seguridad de la puerta de madera. En cuanto me aseguré que al menos la sala de estar era un área segura, pude ingresar con más tranquilidad.

Dejé mis llaves en la mesada y me quite las botas como cada vez que llegaba al departamento, solo que algo más ocurrió. Perturbando mi paz, pasó lo único que hubiera deseado que no ocurriera.

Mi teléfono fijo comenzó a sonar.

¿Era mucho pedir un poco de tranquilidad de vez en cuando? No iba a contestar, me negaba a contestar. Ethan me daba miedo, no, me aterraba lo que ahora sabia que era capaz de hacer. Puede que hace poco lo hubiera encarado valientemente, pero vamos, no era consciente del tipo de persona que tenía en frente. Ahora que ya procesé la situación, estoy segura de que si Ethan volvía a hablarme con esa voz grave y horripilante, me iba a desmayar.

En cuanto el teléfono dejó de sonar, todo el aire que había mantenido en mis pulmones pudo ser soltado. No había pasado nada, estaba a salvo.

Claro que eso fue lo que pensé, porque alertando a mi pobre corazón que parecía que estaba corriendo una carrera, un fuerte estruendo se escuchó en mi dormitorio. Tragué saliva, negada a siquiera dar un paso hacia ese cuarto que a mis ojos ya parecía embrujado.

Entonces, haciendo que todos mis detectores de alerta se disparen, lo vi aparecer en el pasillo. Con una máscara en su mano y tapado por una túnica negra, Ethan me sonrió de esa forma siniestra en la que jamás había pensado que podía  sonreír.

—Hola, Daria.

𝐒𝐇𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 | 𝟶𝚆𝙴𝚂𝚃𝙴𝚁𝙻𝚄𝙽𝙳
02/05/2023

SHIVERS © [Ethan Landry] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora