Desde ayer me la pase pensado en si ir o no a la fiesta de Austin, no me decidía y ya era domingo, Rebeca quedó en pasar por mi, ella seguía insistiendo que no tenía nada de malo, el mismo Austin no sabía o eso quería creer yo y había insistido que en fuera.
No había rencores, pero sentía que estaba haciendo todo mal.
—¿Tú para donde vas? —mire mal a mi mello.
—Eso te pregunto yo a ti —Nick me escaneo.
Ambos sabíamos que a la fiesta de Austin, seguramente media escuela iría, que alboroto.
—¿Que haces que no te vas? —no dijo nada —no, Nicky, no vamos a ir juntos, tú por un lado y yo por el otro —lo amenace.
—Pero es que, no te puedo dejar sola —se excusó.
—Falso, quieres andar como chicle con Rebeca y conmigo, mejor arranca solo —le pellizque el brazo.
—Bien, nos vemos allá —tocaron el timbre y debía ser Rebeca.
Ambos nos miramos y fuimos, no sin que en el camino evitáramos que llegara el otro.
—Es para mi, quítate —lo empuje.
—No, es para mi. Te voy a jalar ese pelo bien peinado si no me sueltas la oreja, me la vas a arrancar, desquiciada —le hice mala cara.
Ambos terminamos abriendo, ¿como?, ni idea.
—¿Que hacen? —Rebeca se espantó.
Nos soltamos ambos, acomodándonos la ropa y el pelo. De repente Rebeca y Dicky soltaron la risa. Nicky y yo nos miramos, pensando lo mismo.
"Y estos locos, que bichó les pico". Pero claro, nosotros éramos los locos, de los que ellos se reían.
El camino fue incómodo, terminamos los cuarto en el carro, pero al llegar nos separamos. Dicky ni siquiera me dirigió la palabra o me hablo, la única mirada que me dedico fue al abrir la puerta y eso fue casualidad.
Nick y Rebeca no se hablaron nada fuera de lo común, ya ni siquiera se molestaban o peleaban.
Luego de un rato hablando con Rebeca y bebiendo alcohol, nos encontramos con Austin.
—¡Están aquí!, me alegra verlas —fue a abrazar a Rebeca y luego a mi.
—Luces muy guapa —Austin me abrazo un poco fuerte.
—Feliz cumpleaños —acaricie su espalda y me separe.
—Espero disfruten, la planta de arriba está prohibida, pero aquí hay un baño, comida y bebidas si necesitan algo más me avisas —se despidió.
—Ya debe estar borracho, mira cómo camina —Rebeca se burló y nos reímos ambas.
—A mi también me está pegando ya el trago, por todo me rio —me reí y Rebeca también —iré al baño.
Salí en busca del baño, había mucha gente, la verdad creo que pase por el mismo lugar como tres veces. Hasta que lo encontré. Aún lucia muy bien. Me mire al espejo. Tenía el cabello con ondas al final, con una blusa de tiras azul oscuro y un short, con tenis y un maquillaje no cargado. Debía salir rápido, lo más probable es que Rebeca se me escapara y estaría sola, ella conoce a mucha gente, yo no.
—¡Aurora! —me gire a mitad de camino —Mi ex —Austin, se la batallaba para caminar hacia mi.
—¿Que dices? —me acerque, mirando a los lados, pero nadie estaba —Estás muy ebrio, deberías dejar de tomar por un momento —le aconseje.
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Una estupidez llamada amor
RomanceDespués de un año en el pueblo de su tía, Aurora vuelve con su madre a su ciudad, donde las esperan su padre y su hermano mellizo. Pensó que sería diferente, ya que había madurado físicamente y mentalmente, pero en el proceso de querer conquistar a...