—Así que quería preguntarte algo —¿Puedo ser tú novio? Por favor —sus ojos color miel esperaban ansiosos.
No se cómo llevamos aquí. Deberíamos retroceder en el tiempo. Bueno se podría decir que no tanto. Hace una semana exactamente. Luego de la feria, comenzamos a textearnos todos los días, no eran las típicas conversaciones de amor, que asco. Seguía siendo igual todo, nos molestábamos la mayoría del tiempo e incluso alguno que otro mensaje provocador enviábamos.
—Te la pasas aquí ahora, no te quieres ir para tu casa? —mi hermano ya estaba cansado de Dicky.
—¿Por que?, si aquí está lo que necesito —me miro por el rabillo del ojo.
Escondí mi sonrisa.
—Pfff, yo se que no puedes vivir sin mi —tomó el control —pero mírale la cara a ella, esta que te agarra de los pelos.
Ambos me miraron, entrecerré mis ojos mirando mal a mi hermano y Dicky se rio.
—Me voy a trabajar, nos vemos en la noche —me levanté de la silla, tomando mis cosas.
—Llévala, no quiero salir —mi mello lo mando.
—¿Acaso soy tu empleado? —Dicky lo miro ofendido —bien...
Entramos al auto.
—Pobrecito, cuidado lloras con esta terrible tarea —fui dramática, echándole fresco con mi mano a su cara.
La detuvo con su mano y me jalo más cerca, me calle.
—Si no te quedas quieta te voy a callar a la fuerza —,amenazo, mirando mis labios sin pudor.
—Aishh, disculpe joven —retrocedí —vamos antes de que Nicky se asome y se arme la de Troya.
Llegamos con tiempo de sobra.
—Bien gracias, chao —.tome mis cosas, su mano me detuvo.
—¿No te vas a despedir?
—Ya lo hice —,fruncí el ceño y su sonrisa de burla apareció.
—Despídete bien.
Tomó mi mandíbula estampando sus suaves labios a los míos. Su calor llegó a mi boca, trate de seguirle el ritmo de roce de lenguas y mordidas. Mi cuerpo estaba emitiendo calor y mis piernas se sentían débiles, su mano cálida apretaba mi cuello levemente y la otra se posaba en mi muslo amasando. Mis manos fueron a la parte trasera de su cabeza.
Su mordida rompió mi labio inferior y gemí en respuesta, poca sangre salió y el la chupo. Se separó lentamente viéndome.
—No pelees con nadie —me recordó.
—¿Por que pelearía con alguien? —me aleje completamente —,el único que me hace pelear eres tú.
—Perfecto.
No es como si fuéramos novios, no aún. Nadie a dicho nada, aunque ya el tema de Austin es algo de hace tiempo y ya he sanado, lo de Dicky aunque es desde que llegue a la ciudad, estamos pasando otra faceta completamente nueva, pero a parte de Rebeca y nosotros dos, nadie sabe nada.
Somos algo a solas pero nada a los ojos de los demás.
Así hemos pasado estos días, desde que me llevo a su casa y me mostró aquel mural. Cuando podía iba a ver al equipo practicar, este fin de semana sería la final y si ganan, tendrán la oportunidad de todo el equipo aspirar a una beca.Era viernes y cómo lo tenía libre fui a verlos sin Rebeca, ya que ella debía ayudar a su abuelita hoy. Sinceramente no vi toda la práctica, debía estar pendiente de un proceso del trabajo, pero al llegar mi hermano movió la mano saludándome alegremente, obviamente Dicky hizo lo mismo, solo sonrió y le sonreí de vuelta.
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Una estupidez llamada amor
RomanceDespués de un año en el pueblo de su tía, Aurora vuelve con su madre a su ciudad, donde las esperan su padre y su hermano mellizo. Pensó que sería diferente, ya que había madurado físicamente y mentalmente, pero en el proceso de querer conquistar a...