39

6.8K 243 7
                                    

—¿Que piensas hacer que? Dios mío, agarrame que me voy con mi mamá —Mi mamá estaba siendo dramática.

Mi abuela la devolvería arrastrándola por la oreja.

—Mamá escúchalo primero —la calme.

Estábamos los cuatro, reunidos en la sala, Nicky estaba nervioso. Le contó a mamá y a papá sobre sus planes, yo los entendía, al inicio me fue difícil aceptarlo, es difícil tener éxito en el voleibol, pero Nicky era más que bueno.

—Tengo dos opciones, acepto que me recluten desde ya y así cuando salga pueda estar ya preparado para las grandes ligas o estudio con una beca, en ambas podré estudiar otra carrera —sus manos estaban inquietas —no desperdiciare mi vida. Es lo que quiero hacer y saben que soy más excelente en este campo.

No dijeron nada, estaban procesando la información.

—Todo saldrá bien, yo me aseguraré de que sea así, confíen en el —lo apoye.

—Lena, solo dejemos que haga lo que quiere, podemos hablar con el reclutador, es seguro. Son grandes ligas —papá trato de convencerla.

Pero claro ella era como yo, difícil y terca. Papá ya sabía que él jugaba y mamá también, obviamente, es solo que jamás se imaginaron que él quería dedicarse definitivamente a él vóleibol.

—No quiero que me vengan con un chispero, luego, aún no estoy de acuerdo. Debo pensar las cosas bien —.se froto la cabeza.

—Ve. Yo la termino de convencer —le dije a Nicky y se llevó a papá.

—Mamá, lo has visto, es bueno y tiene un gran futuro. Más que dejarlo, deberíamos apoyarlo —,me senté a su lado —en esta familia no conocemos lo que es no intentarlo con amor.

Le recordé, ella misma nos creo en un ambiente de amor sano.

—Lo se. Pero deberían entender que es difícil para una madre este momento —no me miro.

—Entiendo. Solo se comprensiva con el, aún falta algo de tiempo. Pero si no empieza a velar por su futuro ahora ahí si estará en un chispero, no crees?

La dejé sola, para que reflexione. Yo se que ella lo va a apoyar, solo que está conmocionada, por la noticia.

—¿Crees que dirá que si? —Mi hermano estaba en mi cuarto con una almohada en la cara.

—Se que si, la conoces —me senté a su lado.

—¿Será que cancela el viaje? —,yo también quería saber.

Quería ir mucho a la playa, necesitaba aquellas vacaciones.

—Sabes... —me presto atención —accidentalmente terminé invitando a Rebe y a Dicky, para el viaje.

Se quedó quieto y yo también. Era como si nos movíamos alguno iba a gritar.

—¿Por que?, ¿y tú crees que mamá y papá lo permitirán? —se rio —,ojalá.

—Pues quien sabe. Tal vez sea una buena oportunidad para conocerlos—mire al techo.

Yo sabía que si me dejaban llevar a Dicky, iba a hacer y deshacer y nadie me iba a decir nada si no se enteran.

—Sería un dos para dos —sonreí sin aguantar.

—¡Ay!, Aurora. Quien te ve, jamás pensé escucharte decir eso —mi miro sorprendió y se hecho a reír.

—Bueno y que? Todos sabemos que te estás muriendo por Rebe, dale ya luz verde a eso —le quite mi almohada.

—No seas chismosa, no te voy a decir nada porque capaz vas correr y decirle —jalo mi cabello.

—Bueno no me digas nada, primero que nada yo no soy una chismosa —,mentí —segundo, yo no te ando diciendo lo que ella me cuenta o si?

Abrió los ojos, pensando de nuevo lo que acaba de decir el.

—¿No quisieras decirme? —tomó mi brazo —soy tu hermanito, deberías ayudarme —hizo pucheros.

Quería sacarme información, pero así no funcionaban las cosas.

—No te puedo decir, pero si me cuentas tu parte podré aconsejarte por el buen camino, ya que se una parte —le aconseje.

—Suenas como un padre de iglesia —se burló.

—Bueno si, ella me gusta mucho...

Comenzó a contar y me picaba por no traer palomitas y escuchar el chisme completo. Me contó la parte más importante, tal vez no todo obviamente, hay cosas que no se dicen. Pero el sentimiento era mutuo y igual de fuerte, me preguntaba lo mismo que Dicky, ¿por qué no han hecho nada?, Aunque bueno, nosotros también estuvimos así.

—Mira que es perfecto, porque al final tú me ayudas con Dicky y yo con Rebe —lo codeo y el sabe que es verdad.

—No puedes decirle nada —dijo como por décima vez.

—Te ayudare, si logramos que ellos vayan, podremos con Dicky organizar todo y que salga bien, ella no tendrá excusas de escapar —yo, la menos promotora, inventando.

—Me suena, tienes razón —sonreí.

Mi plan iba saliendo a la perfección, yo era mala cuando quería y traviesa. Era cierto porque Dicky me llamaba malcriada, las cosas salían siempre como yo quería.

Y aquí estaba yo que brincaba de una pata, lógranos convencer a la mamá de Rebeca, a los de Dicky y a los nuestros. Era algo complejo ya que vivíamos en Europa y saldríamos a Estados Unidos, pero se logró.

—No puedo creer que este en este viaje con tu familia —Rebe rodaba la maleta a mi lado.

—Va a ser inolvidable, nos vamos a divertir mucho —entrelace nuestras brazos —¿bueno?, Nada de pena ni pasársela cerrada.

Ella asintió. Dicky ya sabía todo el plan, al llegar a el avión como mamá y papá están adelante y se supone que mi hermano y yo debíamos estar sentados al lado, pero cambiamos de asientos. Para que Rebeca se sentara con mi hermano y yo con mi novio.

—No le tienes miedo a nada, eh? —Dicky se corrió para que yo pudiera entrar del lado de la ventana donde iba Rebeca.

—Nah, a salir embarazada es a lo único que le tengo miedo —puse mi cinturón de seguridad.

Me dio esa mirada y la evité.

El vuelo era algo largo así que nos pusimos a hablar y luego escuchar música compartida. Me quede dormida en su hombro. Al despertarme ya habíamos llegado.

Fuimos directo al hotel, para luego ir a cenar, nos llevamos casi todo el día en el avión.

Tenía mucha ropa que quería ponerme, es decir estaba en Los Ángeles y quería lucir hermosa, no por Dicky sino para mi.

Una estupidez llamada amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora