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—Eres muy guapa, me gusta mucho tu cuerpo —,su mirada picarona me acordó a la de mi novio —,es decir, tienes un buen cuerpo, eso decían las chicas y tienen razón.

Me sentí avergonzada.

—Gracias, ya sabes el hacer deporte todos los días da sus frutos —.tenía razón.

El entrenamiento continuó, parecían estar en un juego de las últimas ligas, todos son tan buenos, siempre tienen revisiones semanales y es increíble como saltan tan alto, no me sorprende lo alto que son.

Luego del entrenamiento se pusieron a jugar con el balón como al quemado, parecían niños.

—Ahora el celoso soy yo —.mi novio se quejo al salir.

—¿Me tienes la mochila un segundo? —se la tendí.

—No —.pero la agarra y me agacho para atar mis cordones.

Quedamos en que iría a mi casa a "visitarnos" pero en si me iba a ver a mi, obviamente.

—¿Tenía que venir mi tía por parte de papá también? ¡Dicky viene! —sacudí a mi hermano —.no quiero interrogatorios, son molestos.

Se encogió de hombros y siguió en su teléfono, alcance a leer el nombre de mi amiga en la pantalla. Claro como el no es el que sale perjudicado no le importa.

—¿Cuantos años tiene ya? —le pregunté acariciando la mejilla de la bebé.

—Acaba de cumplir uno —era tan pequeña, apenas podía estar de pie, tan cachetona y gordita.

Y ahora yo estoy como niñera mientras los adultos chismean, mi prima estaba pegada al teléfono hablando con su nuevo novio, así que no tenía nada que hacer hasta que llegara Dicky. Prefería a mi prima por parte de mamá.

—Solo somos tú y yo, pequeña —jugaba con mi cabello y a veces tiraba de él.

Parecía loca hablando con ella, yo sabía que no me entendía, por eso lo hacía.

—Cuando crezcas, seré buena contigo —bese su frente, luego me puse a jugar con ella para entretenerla.

—¿Tienes una hija y no me dijiste? —Dicky entro a mi habitación.

—Obvio —la bebe comenzó a masticar mi mejilla —.hay un pequeño problemita.

Levantó las cejas y se sentó en mi cama, tomando la mano de Ángela, está soltó mi mejilla y me limpié.

—¿Te gustan los niños? —imito mi pose acostado viendo a la bebe.

—Te tengo a ti, eso ya es algo, no? —jale su cabello y la bebe también, solté una risa.

No pasó mucho para que Ángela me abandonara y me quitara a mi novio.

Le pego con ambas manos a los lados de su cara y abrí los ojos.

—Eso no se hace, dame un besito —puso su mejilla y ella hizo caso.

Mi boca se abrió mirándolos, parecían conocerse de hace tiempo, y yo que era la primera vez que la veía. El ver como Dicky era tan cariñoso con la bebe, le hacía cariñitos, depositaba besitos en sus regordetas mejillas y las apretaba mientras ella solo sabía reírse.

Le tome fotos y videos, porque uno nunca sabía cuando se volvía presentar una oportunidad así. Elegí la que más me gustó y la puse de fondo de pantalla.

—Tok tok —la mamá de la bebé entró a la habitación —.mírala nada más, con los hombres si no llora.

Todo tenía sentido ahora, nos saldría toda una picarona.

Una estupidez llamada amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora