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—¿Pasaste la noche con el? —Rebeca se removió en la cama.

Llegue de puntillas y en silencio pero aún así ella se dio cuento.

—¿Como te fue con Nicky? —la evadí.

—Me besó —enterró su cara en la almohada.

—No quiero detalles —hice cara de asco —.¿pero todo va procesando, no?

Asintió y era todo lo que hacía falta.

—Es que no me siento cómoda con este vestido de baño —.me mire por décima vez en el espejo.

—Te ves mejor que yo, deja de verte tanto o ya no te va a gusta en serio —Rebeca me aparto del espejo.

Me puse un vestido de flores encima y unas sandalias. Jamás había usado uno así de provocador. Mi cuerpo no me lo permitía antes, es decir yo podía usarlos, pero no me sentía cómoda y se sentían ajenos a mis proporciones corporal. Usar un vestido de dos piesas era tener valentía.

—¿Que tal durmieron? —.papá nos pasa el pan.

—Bien, la verdad y ustedes? —Nicky y Dicky tenían una pantaloneta y una camisa.

Íbamos a salir directamente a la playa. El sol ya picaban.

—¿Es cierto que las chicas andan sin la parte superior de su traje? —.Rebeca miraba a todos lados —mostrando sus pechos...

Se la pasa viendo películas.

—¿De que hablas?, ¿crees que mamá y papá nos traerían a algo así? Estás loca.

—No estaría tan mal... —Dicky me pellizco la cintura.

Asqueroso, lo mire mal. Yo jamás me atrevería a mostrar mis tetas en una playa a todos.

Mamá y papá estaban tomando licor en un kiosco, nosotras no quedamos un rato hablando, mientras que mi hermano y Dicky iban al mar.

Vi cómo Dicky se quito su camisa no podía evitar no ver su torso, mordí mis labios evitando su mirada. Cuando me la lanzo, sus mirada burlona apareció.

—¿Me aplicas en la espalda por favor?, luego te aplico yo —.Rebeca me paso el protector —no, ya no, me da pena —.Mi hermano venía de vuelta.

—Déjate de tonterías —le comencé a aplicar —¡tienes la piel muy suave! —,parecía la de un bebé.

—¿En serio? Quítate —Nicky llego y literalmente me quito.

Abrí mi boca, Rebeca seguía como si nada, no se había dado cuenta. Nicky seguía esparciendo el contenido. Cruze los brazos poniéndome al lado de Dicky, apreciando la escena.

—Creo que ya, me dejarás pegajosa —las manos de Nicky bajaron a su cintura.

—Tremendo show, eh? —Dicky llego a mi lado —¿debería ayudarte también? —sus manos fueron a mis hombros y amasaron.

—¿Que tal, crees que te vas a quemar ahora? —le hablé desde mi distancia.

Se dio cuenta que no era yo quien estaba a sus espaldas si no a su lado. Su cara de desconcierto era un dilema total.

—Increíble la gente diligente, no crees? —mi hermano le susurró al oído.

—Te matare —me amenazo.

—¿Y a mi por qué? —me escondí detrás de Dicky.

La vi pararse y retrocedía cada vez que ella se acercaba.

—Si corres les darás un show de tus lindas tetas —le susurré, mordiendo mi labio.

—Eres una... —no lo dijo.

Una estupidez llamada amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora