𝑂𝑐ℎ𝑜

144 11 32
                                    

Jungkook sintió que la angustia se apoderaba de él en segundos. Intentó respirar profundo, pero la presión que sentía en el pecho no se lo permitía. Le temblaban las manos y quería salir corriendo de ahí.

—¿Sucede algo? —preguntó Ruby, mientras lo miraba con atención.

—Tengo que irme —respondió él, y se levantó rápidamente.

Ella lo imitó.

—Pues voy con usted.

De repente, Jungkook se sintió todavía más preocupado, al pensar en que estaba involucrando a Ruby en algo que se ponía cada vez más peligroso. Podía pasarle algo si seguía ayudándolo y él no quería eso. No sabía qué hacer, no quería decirle que se fuera porque su presencia en esos momentos era reconfortante, pero si dejaba que lo acompañara, estaría haciendo que corriera riesgos innecesarios.

—Señorita Everard... secuestraron a Hyungsik e hirieron a Yoongi, todo en una sola noche, es probable que después vengan a intentar matarme a mí. No quiero que le suceda nada por estar conmigo.

Ella lo miró, como si no le importara en absoluto y se encogió de hombros.

—¿Qué es la vida sin un poco de riesgo? Vámonos, señor Jeon, supongo que querrá ir a ver al señor Min.

Jungkook la miró, completamente sorprendido. No esperaba que se tomara esa situación con tanta tranquilidad. Tal vez se le hacía extraño porque estaba acostumbrado a ver a las personas salir corriendo de su vida en cuanto presentían un poco de peligro. A pesar de lo angustiado que se sentía, no pudo evitar sonreír. Salió tras ella del restaurante y buscó las llaves del auto en el bolsillo.

—¿Usted sabe conducir?

Ruby asintió despacio.

—Sí, claro.

—¿Podría hacerlo usted? No me siento muy bien como para eso.

Ella le recibió las llaves del y subieron juntos al auto. Hacía mucho tiempo que no conducía y eso hizo que se pusiera un poco nerviosa. Respiró profundo y miró a Jungkook de reojo.

—Sé que lo que voy a decir es una estupidez en estas circunstancias, pero trate de calmarse, señor Jeon.

Él suspiró y la miró, mientras se ponía el cinturón de seguridad.

—No puedo. Hyungsik y Yoongi son dos de las pocas personas que están de mi lado y siempre me he sentido respaldado por ellos, pero ahora... no sé qué sucederá después. Sin poder contar con ellos, les será mucho más fácil matarme.

Ruby esperó un momento hasta que se detuvo en un semáforo y lo miró a los ojos. Entendía completamente lo que él estaba sintiendo, también se había sentido así cuando había perdido a su padre, sola y desamparada en un mundo hostil que quería destruirla.

—Los dos van a estar bien y podrá seguir contando con ellos, además... también puede confiar en mí, yo estoy de su lado.

Él asintió despacio.

—Gracias.

Ella estiró el brazo y puso su mano sobre la de él por unos segundos. Jungkook miró sus manos juntas y sintió que ese breve contacto lograba tranquilizarlo al menos en parte. Había encontrado compresión de la manera más inesperada, y se preguntaba qué estaría siendo de él en esos momentos si ella no estuviera ahí.

—¿Por qué parece que usted me entiende tan bien? —preguntó.

Ella bajó un poco el vidrio antes de responderle.

—Sé lo que está sintiendo, hace muchos años me sentí igual, pero a diferencia de usted, yo estaba prácticamente sola en el mundo.

—¿Es por eso que me está ayudando tanto?

𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora