Namjoon miró el reloj y entró en el ascensor, todavía faltaban veinte minutos para la hora de su cita con el abogado Kim Seokjin. Marcó el número del piso y se recostó en el espejo del fondo. Cerró los ojos un momento, intentando recordar todo lo que había planeado que le diría, y volvió a abrirlos cuando escuchó el sonido de las puertas al abrirse. La oficina era tal vez demasiado lujosa, con pisos de mármol y ventanales de vidrio, además de una hermosa vista de la cuidad. Después de decirle a la secretaria a qué iba, lo hicieron pasar directamente a la oficina del abogado.
Seokjin estaba de pie, mirando por uno de los ventanales. Despacio dio la vuelta y lo miró fijamente. Era mucho más atractivo de lo que el detective hubiera pensado en un principio, más de lo que se veía en las fotos. Se arregló el traje y se acercó.
—Buenos días. Soy el abogado Kim Seokjin, gusto en conocerlo.
Namjoon hizo una inclinación.
—El gusto es mío, yo soy...
Seokjin esbozó una pequeña sonrisa.
—No hace falta que se presente, yo ya sé quién es usted.
Namjoon se sorprendió notablemente, no entendía si se refería a la identidad falsa que había dado al apartar la cita o si sabía quién era él en realidad.
—¿Cómo?
Seokjin volvió a sonreír, pero la suya era una sonrisa de suficiencia, como la que pone alguien que acaba de darse cuenta de algo que nadie más notó.
—Siéntese, tenemos una conversación larga pendiente.
Namjoon intentó aparentar toda la seguridad en sí mismo que fue capaz, pero había algo en Seokjin que lo ponía nervioso. Se sentó y juntó las manos sobre el escritorio.
—Usted es el detective Kim Namjoon, y por eso supongo que lo de la asesoría era mentira y está aquí para investigarme.
Namjoon se preocupó profundamente, la situación podía tornarse bastante peligrosa, teniendo en cuenta que estaba frente a alguien que tenía trato directo con la mafia. De igual manera, llevaba varios años tratando con toda clase de criminales, así que no se intimidó y miró fijamente a su interlocutor.
—Como sabe tan bien quién soy, supongo que no vamos a perder tiempo en presentaciones y podemos ir directo al grano.
Seokjin sonrió, y Namjoon tuvo problemas para apartar la vista de sus labios.
—¿Le faltan pruebas para meterme a la cárcel, detective?
Namjoon volvió a mirarlo a los ojos.
—¿Eso es lo que usted cree?
Seokjin se inclinó un poco sobre el escritorio.
—Estoy seguro de eso. ¿Qué otra razón tendría un detective que investiga a la mafia para venir a hablar conmigo? Permítame hacerle una sugerencia, detective... no se meta en donde no lo llaman.
Namjoon se recostó en el respaldo de la silla y sonrió.
—El trabajo de un detective es meterse donde no lo llaman.
—Ese trabajo podría costarle la vida.
—¿Me está amenazando, abogado Kim?
—Solo es una advertencia. Hay personas a las que es mejor no tener como enemigos.
—Supongo que usted es una de ellas.
Seokjin cambió su expresión y miró al detective con seriedad. Namjoon pudo ver en aquellos ojos oscuros el brillo de alguna emoción desconocida que no sabía bien cómo descifrar. Lo detalló bien, desde su cabello castaño perfectamente bien peinado, sus ojos, su nariz, sus facciones y aquellos labios gruesos y rosados, no se podía negar que el abogado era un hombre muy atractivo, aunque si era cierto lo que se decía de él, era tan atractivo como peligroso.
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𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤
FanfictionCuando su padre fue asesinado por el amante de su madre justo en frente de sus ojos, Emma juró que se vengaría y que la suya sería una venganza implacable, que desconocería de límites. Tras la muerte de su hermano mayor, Jungkook debe tomar su luga...