𝐶𝑎𝑡𝑜𝑟𝑐𝑒

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Ruby siempre había pensando que el día que se encontrara cara a cara con Yi Hwan, sería el día en que fuera a matarlo y jamás esperó que fuera a ser en un momento así. Tuvo que hacer acopio de todo el autocontrol que tenía para no salir corriendo y matarlo con sus propias manos. Siempre había sabido que lo odiaba, pero solo hasta ese momento, fue realmente consciente de las verdaderas dimensiones de su odio hacia él.

—Padre —lo saludó Jungkook—, no pensé que ya hubieras regresado.

Yi Hwan se acercó varios pasos, con la mirada fija en Ruby.

—Si hubiera sabido que estabas recibiendo una visita, me hubiera quedado en Seúl para no molestarte. ¿Quién es esta señorita?

Ruby hizo una breve inclinación y después se atrevió a mirarlo a los ojos.

—Mi nombre es Ruby Everard, señor.

Yi Hwan le tendió la mano y ella tuvo que hacer un enorme esfuerzo por estrechársela. Todo lo que quería era matarlo, de la misma manera en que él había matado a su padre diez años atrás, pero no podía hacer nada más que fingir que acababa de conocerlo y que no tenían ninguna cuenta que ajustar.

—Gusto en conocerla, señorita Ruby, yo soy Jeon Yi Hwan.

Ella intentó fingir una sonrisa, aunque no estaba segura de haberlo logrado. A pesar de eso, los ojos de Yi Hwan parecían mirarla con simpatía. Le sonrió y después miró a Jungkook.

—Debí avisar que venía, pero regresé de un momento a otro y no tuve tiempo.

Jungkook asintió y Ruby percibió que se sentía muy incómodo.

—¿Y Natasha?

Yi Hwan cambió su expresión por un breve momento, y pareció como si aquella pregunta le hubiera disgustado profundamente.

—Se quedó en Seúl. ¿Ya le ofreciste algo de comer o de beber a la señorita?

—Sí, señor —respondió Ruby—, pero yo había desayunado antes de venir.

Él asintió y miró a Jungkook.

—No falta mucho para que sea hora de almorzar, ¿le preguntaste qué le gustaría comer?

Jungkook se sintió muy sorprendido de repente. Su padre no solía ser amable nunca con personas que acababa de conocer, pero estaba demostrando una actitud que él nunca le había visto.

—No...

—En realidad no pensaba quedarme a almorzar —le interrumpió Ruby—, usted acaba de llegar a su casa y no quiero ser inoportuna.

Yi Hwan sonrió.

—No lo es para nada, señorita Ruby, sería una buena idea que se quede.

Ella no sabía qué decir, jamás se hubiera imaginado que fuera tan amable, la idea que tenía de él era muy distinta.

—Le agradezco —dijo, e inclinó brevemente la cabeza. Se sentía mal por estar tratándolo con tanto respeto, pero tener una actitud hostil hacia él levantaría sospechas.

—Vamos a dar un paseo —dijo Jungkook y tomó a Ruby del brazo con suavidad—, en un rato volvemos.

Salieron de la casa y comenzaron a caminar por los jardines en dirección al lago.

—Lo siento mucho, no tenía idea de que mi padre pensara regresar precisamente hoy.

Jungkook parecía más que avergonzado, tanto que incluso evitaba mirarla.

—No se preocupe, señor Jeon —Ruby lo tomó de la mano, aunque se había dicho que debía evitar tocarlo, sentía la necesidad de tener aunque fuera un contacto físico mínimo—, está bien, solo espero que no vaya a tener problemas con su padre por haberme traído aquí.

𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora