𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑜𝑐ℎ𝑜

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Jungkook se acomodó en el sofá del apartamento de Jimin y Hyungsik y pensó en intentar dormir. Eran alrededor de las tres de la mañana y, aunque casi empezaba el verano, sentía frío. La exagerada cantidad de alcohol que había bebido no le había servido para sacar de su mente la idea de ir a buscar a Ruby.

—¿Qué te está pasando? —se dijo— Espera a que sea más tarde para ir a aclarar toda esta situación.

Cerró los ojos, pero el sueño no llegaba, en lugar de dormirse, comenzó a pensar en cada momento que había pasado junto a ella desde que se conocieron.

Al final logró dormir, aunque no más de tres horas. Cuando despertó seguía siendo temprano, pero sentía todavía más la necesidad de hablar con Ruby. Se bañó, se cambió de ropa y salió antes de que los demás despertaran. Eran un poco más de las ocho cuando estacionó el auto en frente de la casa de ella.

Ruby había pasado una muy mala noche, últimamente casi nunca podía dormir bien. Había pensado en ir a ver a Taehyung, tal vez hablar con él le daría un poco de claridad sobre todo lo que estaba sintiendo. Se levantó temprano e iba saliendo de la ducha cuando escuchó el timbre. Esperó un momento, pensando en que su abuela iría a abrir la puerta, pero no escuchó nada, seguramente había ido a la iglesia, como hacía todos los sábados y domingos. Se vistió lo más rápido que pudo y le quitó el exceso de agua a su cabello con la toalla para después bajar las escaleras corriendo.

—Ya voy —dijo, pues ya habían timbrado tres veces—. ¿Quién será? Es temprano para estar fastidiando... —abrió la puerta y vio a Jungkook— Señor Jeon.

—Lo siento por venir tan temprano —dijo él—, pero necesito hablar contigo y es urgente.

Ella se quedó mirándolo con atención. El cabello mojado caía suavemente sobre su frente y, aunque se podía ver que no había dormido prácticamente nada, le pareció que se veía incluso más atractivo que de costumbre. Podría quedarse mirándolo en silencio todo el día y no se cansaría, solo lo encontraría más y más perfecto.

—¿Sucedió algo? —se hizo a un lado para dejarlo pasar y cerró la puerta.

Jungkook entró y se quedó a solo un paso de distancia de ella.

—¿Dónde pasaste la noche?

Al escuchar la pregunta, Ruby frunció el ceño.

—¿Perdón?

—Respóndeme, ¿estuviste con Eunwoo?

Lo miró a los ojos, intentando entender de alguna manera el porqué de su actitud. Parecía enojado, pero había algo más, algo que no sabía muy bien qué era.

—Si estuve con él o no, eso no es asunto suyo.

No quería hablarle de esa forma tan descortés, pero le molestaba su insistencia, además, seguía sin entender cuál era la razón de su presencia ahí. Él no dejaba de mirarla a los ojos, y comenzaba a darse cuenta de que no había estado bien iniciar la conversación de esa forma.

—Sé que no tengo ningún derecho a preguntarte eso, pero en verdad necesito saberlo.

Ruby suspiró.

—No estuve con él anoche.

Jungkook sintió un alivio enorme y se relajó visiblemente. Respiró profundo y pensó en hablarle de algo mucho más importante. Mientras conducía hacia allí, había pensado en cada palabra que le diría, pero aún así, se sentía nervioso.

—La última vez que hablé con mi madre, ella me dijo que para cada alma que estaba en este mundo, se hizo otra idéntica. Me dijo que no debía descansar hasta encontrar a esa alma que era idéntica a la mía, que estaba en cualquier parte del mundo, esperando por mí, pero que debía buscarla y nunca perder la fe en que la encontraría. Todos estos años me he preguntado si es verdad que existe y en dónde está, si también esperaba por mí y estaba tan ansiosa por que nos encontráramos como estaba yo. Ahora sé que mi madre no mentía, existe y la estoy mirando a los ojos ahora.

𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora