—Siempre he sabido que no eres ninguna santa —Abigail dejó el rosario sobre el altar y se giró para mirar a Ruby, que acababa de llegar—, pero tampoco pensaba que te parecieras tanto a tu madre.
Aunque pensaba evitar a toda costa una discusión con su abuela, Ruby sintió que la ira se apoderaba rápidamente de ella. No habría nada más ofensivo que ser comparada con Natasha.
—No vuelvas a decir que me parezco a esa mujer porque eso no es cierto.
Abigail se acercó un par de pasos y la miró con una mezcla entre ira y decepción.
—¡Te exijo que me digas ahora mismo quién es el hombre con el que te estás viendo!
—¡No es tu problema!
—Claro que lo es, te comportas como una sinvergüenza e incluso te has atrevido a traerlo aquí a mi casa.
—Eso no es verdad.
—Los vi saliendo de aquí, a mí no me digas mentiras.
—No te preocupes, no volveré a traerlo aquí.
—Ese no es el hecho, te he dicho muchas veces que este no es momento para que te enredes con nadie. Está pasando el tiempo y no veo que hagas lo que juraste que harías.
Ruby suspiró, sentía que las cosas se estaban poniendo demasiado difíciles, se sentía abrumada y sin saber qué hacer.
—¿Y si no puedo hacerlo?, ¿qué pasará entonces?
—No digas tonterías y cuida tus actos, Ruby, porque te voy a estar vigilando muy de cerca y si veo que estás haciendo cosas que no debes, no tienes idea de lo que podría pasar.
Después de decir esas palabras, Abigail subió a su habitación y cerró la puerta con fuerza. Ruby respiró profundo y cerró los ojos un momento, intentando calmarse y poner en orden sus ideas. Se dejó caer en uno de los sillones de la sala y pensó en qué podía hacer. Aunque sabía que tendría problemas serios con su abuela, lo que más le preocupaba era que pudiera llegar a hacerle daño a Jungkook. Tal vez al ver que ella no llevaba a cabo la venganza de la que habían hablado por tantos años, Abigail creyera que debía hacerlo personalmente. Por otro lado, se sentía cada vez más obligada a decirle la verdad a Jungkook, pero no creía que reaccionara bien y se alejaría de ella, precisamente en esos momentos en los que comenzaban a ser algo más.
Después de pensar y pensar por largo rato, decidió no seguir atormentándose e irse a intentar descansar. Estaba quedándose dormida cuando escuchó su celular, era un mensaje de Jungkook:
«Si estás despierta, espero que estés pensando en mí, y si estás dormida, espero que sueñes conmigo».
Ruby sonrió al leerlo y de dispuso a responder:
«Todo lo que he hecho desde que te conocí, ha sido pensar en ti».
No pasó más de un minuto antes de que recibiera una respuesta.
«Cuento las horas para volver a verte».
Durante toda su vida, Ruby se había preguntado lo que se sentiría estar enamorada de alguien. Estaba casi segura de que nunca lo sabría, pensaba que moriría sin averiguarlo, pero en esos momentos descubrió que por fin estaba sucediendo. Con solo pensar en Jungkook, su corazón se llenaba de alegría, una alegría auténtica y especial, tan intensa que no recordaba haber sentido nunca. A pesar de eso, en el fondo de su corazón, sabía que aquello tan hermoso que comenzaban a nacer entre ellos, no estaba destinado a durar.
Después de intentarlo por largo rato, por fin consiguió dormirse, y por primera vez en muchos años, soñó con su madre. Más que un sueño, era un recuerdo del lejano día en que le había ayudado a diseñar un vestido de novia, tantos años atrás. Cuando despertó ya se había hecho de día, y sentía una ligera sensación de tristeza.
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𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤
FanfictionCuando su padre fue asesinado por el amante de su madre justo en frente de sus ojos, Emma juró que se vengaría y que la suya sería una venganza implacable, que desconocería de límites. Tras la muerte de su hermano mayor, Jungkook debe tomar su luga...