𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜

121 11 30
                                    

Cuando Emma despertó a la mañana siguiente, Jungkook todavía dormía profundamente a su lado. Tomó el celular para mirar la hora y pensó en que podía quedarse un rato más en la cama. Era un domingo soleado, aunque ya no quedaba mucho para el cambio de estación y en lo poco que recordaba, Londres era muy frío en otoño e invierno. Se acomodó bajo las sábanas y cerró los ojos.

Un rato más tarde, se levantó con la intención de preparar un poco de café para darle a Jungkook cuando despertara. Recogió la camisa de él, que estaba en el suelo con el resto de la ropa que se habían quitado la noche anterior, se la puso y se dirigió a la cocina. Puso algo de música en su celular a un volumen no muy alto y pronto comenzó a cantar. Después de tantos días de tristeza, sentía que la felicidad había regresado por fin, aunque estaba un poco nerviosa por la conversación que estaba pendiente.

Jungkook despertó y se preguntó a dónde se había ido Emma. Se estiró y se levantó con la intención de ir a buscarla. Se puso los bóxers y salió de la habitación. Sonrió cuando la vio en la cocina, sirviendo el café al mismo tiempo que hacía un baile improvisado.

—Pareces mucho más feliz que ayer —dijo.

Ella se asustó un poco al escucharlo, dejó la cafetera sobre el mesón y se giró para mirarlo.

—¿Quién no sería feliz después de haber despertado a tu lado? —preguntó y sonrió.

Jungkook sonrió también y se acercó para darle un beso de buenos días.

—¿Ya te dije que me has hecho mucha falta?

Ella le acarició la mejilla.

—Aún no, pero me gustaría escuchar más sobre eso.

Él le dio un beso corto.

—Te extrañé mucho todos estos días. ¿Y qué hay de ti?

Ella suspiró.

—Conseguí un trabajo solamente porque necesitaba algo que me ayudara a dejar de pensar en ti todo el tiempo. Me preguntaba qué estabas haciendo, cómo estabas, qué pensabas de mí... en fin.

Jungkook la envolvió en sus brazos, pensando en quedarse así por un buen rato, para él era reconfortante tenerla cerca de nuevo, después de lo triste que se había sentido en los días anteriores. Sonó el timbre y no tuvo más remedio que apartarse de ella.

—¿Quién será? —preguntó Emma, y frunció el ceño.

Todavía era temprano y no estaba esperando a nadie. Sin hacer mucho caso de la forma en que estaba vestida, caminó hacia la puerta y la abrió solo un poco. Eunwoo la miró de arriba abajo, y después reparó en la presencia de Jungkook. No necesitó nada más para comprender lo que debía haber sucedido entre ellos y rápidamente concluyó que no tenía nada más que hacer ahí.

—Yo... mejor me voy.

Sin esperar respuesta, comenzó a caminar por el pasillo en dirección al ascensor. Emma cerró la puerta y regresó a la cocina, donde Jungkook estaba bebiendo el café a sorbos cortos.

—Creo que sacó sus propias conclusiones —dijo, y tomó la otra taza con ambas manos.

Jungkook sonrió.

—Me parece perfecto, así no volverá a acercarse a ti y yo no tendré que intervenir.

Ella lo miró, alzando las cejas.

—¿Ayer lo viste o hablaron?

Él asintió.

—Le pedí muy amablemente que se alejara de ti. Me preguntó qué estaba haciendo aquí y yo le dije que había venido a recuperar lo que es mío. Tú le dijiste que habíamos terminado y él estaba muy convencido de que tendría una oportunidad contigo, pero creo que lo que acabó de ver, es suficiente para que se olvide de eso.

𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora