Después de que terminó de hacerse un maquillaje discreto, Emma se recogió el cabello en una trenza, que después enrolló en un elegante moño, dejando un par de mechones sueltos. El vestido que había elegido para la ocasión era sin mangas, con escote en forma de corazón y de un tono de verde muy claro. Subió el cierre con mucho cuidado, pues la tela era una seda muy delgada que parecía que se rompería en cualquier momento si no se trataba con suficiente delicadeza. Por último, se pudo las sandalias plateadas y se miró en el espejo. Estaba empacando sus cosas en un pequeño bolso, cuando escuchó el sonido del timbre.
Revisó que tenía todo lo que necesitaba y salió rápidamente. Eunwoo la miró de arriba abajo y sonrió.
—Te ves hermosa —dijo.
Ella sonrió.
—Gracias. Tú te ves muy guapo.
Sin duda alguna, el traje que llevaba le quedaba muy bien. Se dirigieron al ascensor y mientras bajaban, Eunwoo se atrevió a tomarla de la mano. Ella no le dijo nada, aunque se sentía un poco incómoda, como si eso fuera algo incorrecto.
La reunión se llevaría a cabo en el salón de un prestigioso hotel. Emma había esperado encontrarse con unas pocas personas que trabajaran en el bufete y tal vez algunos familiares de los socios, pero parecía más un evento social de gran importancia. Había demasiadas personas, vestidas de manera muy elegante, que charlaban en pequeños grupos o estaban sentados alrededor de las mesas.
—Qué elegante —opinó Eunwoo, y le ofreció el brazo.
—No esperaba algo así —respondió Emma, y lo tomó del brazo.
Entraron despacio en el salón y tomaron un par de copas de la bandeja de uno de los meseros que se movían por el salón repartiendo las bebidas. Ella pensó en buscar a su jefe para saludarlo y que viera que había asistido, para después escabullirse de la fiesta en cuanto tuviera la oportunidad. No se sentía muy cómoda en ese ambiente, tal vez porque durante los últimos diez años, había llevado una vida sencilla, sin rodearse de personas importantes. Pensó en que si su padre hubiera estado vivo, todo sería diferente. Él siempre se rodeaba de las personas más influyentes de la sociedad, y si no hubiera muerto tan pronto, ella hubiera tenido que acompañarlo a muchos eventos de ese tipo.
—Señorita Emma —escuchó la voz amable de Robert Watts, que estaba detrás de ella.
—Señor Watts —lo saludó, e hizo una breve inclinación. Aún no lograba quitarse esa costumbre y la mayor parte de la gente la miraba muy raro cuando lo hacía.
—Me alegra que hayas venido.
—No podía faltar, ya que usted me invitó muy amablemente. Le presento al señor Cha Eunwoo. Te presento al señor Robert Watts, mi jefe.
Ellos intercambiaron un apretón de manos y se saludaron muy cordialmente.
—Les reservé un lugar en la mesa junto a mí, por favor vengan por aquí —el señor Watts parecía más que feliz, y los guió hasta la mesa donde estaba su nuevo socio, además de dos mujeres que debían ser sus esposas.
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𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤
FanfictionCuando su padre fue asesinado por el amante de su madre justo en frente de sus ojos, Emma juró que se vengaría y que la suya sería una venganza implacable, que desconocería de límites. Tras la muerte de su hermano mayor, Jungkook debe tomar su luga...