𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤

𝑂𝑛𝑐𝑒

Al escuchar las palabras de Shin Hye, Ruby sintió cómo el pánico se apoderaba rápidamente de ella. ¿Y si Sung Hyun le había dicho a Yi Hwan que sabía quién era ella en realidad? No, eso no podía ser posible porque de ser así, ella ya estaría muerta. Aún así, el que alguien hubiera descubierto la verdad sobre ella y lo hubiera comentado con otras personas, la ponía en peligro.

—¿Alguien más lo sabe? —preguntó.

Shin Hye negó con la cabeza.

—Solo yo.

Ruby sintió que todo daba vueltas a su alrededor. Nunca había tenido miedo de morir, pero no quería hacerlo sin haber cumplido su objetivo y si por alguna razón, Yi Hwan se enteraba de la verdad, se podía dar por muerta.

—No le diré nada a nadie —Shin Hye puso la mano sobre su hombro—, sé que la señora la ha estado buscando y si la encuentra, no le pasará nada bueno.

—No entiendo cómo pudo enterarse Sung Hyun.

La conversación se vio interrumpida por la llegada de Taehyung. A pesar de que Shin Hye le había dicho que no hablaría con nadie de lo que sabía, Ruby no estaba segura de poder confiar en ella, no sabía qué hacer con esa situación, pues ya sentía que se le estaba saliendo de las manos. Intentó calmarse o al menos aparentar que estaba calmada, nadie debía notar que tenía un problema serio y menos las personas con las que estaba.

Entraron en una pequeña cafetería y se reunieron alrededor de una mesa. Shin Hye sacó su celular para mostrarles un mapa del lugar en donde estaba Hyungsik. Lo dejo sobre la mesa y lo amplió.

—Tiene varias entradas —explicó—, pero no todas están custodiadas. La señora Natasha pensó en que era mejor tener a pocas personas en el lugar en caso de que ustedes lo encontraran. 

—¿Hay manera de saber cuáles están custodiadas y cuáles no? —preguntó Taehyung. Shin Hye se quedó mirándolo con admiración mal disimulada y pasaron varios minutos antes de que regresara a la realidad y contestara a su pregunta. 

—No, eso cambia cada pocas horas. Antes de irse de viaje dejó unas instrucciones muy precisas. 

—¿Entonces cómo se supone que entremos? —preguntó Jimin— Lo ideal sería que no se dieran cuenta de que estamos ahí al menos hasta que hayamos ubicado en qué parte está Hyungsik. 

—Está en el sótano. 

—Es una construcción bastante rara —opinó Hoseok. 

Shin Hye asintió. 

—Demasiado rara, diría yo. 

—Lo mejor sería dividirnos en grupos y que cada uno entre por una parte distinta —dijo Ruby. 

—Buena idea —Shin Hye sonrió—, pero entonces deberíamos reunirnos cerca de la entrada del sótano.

—Hay que conseguir más armas —dijo Jimin.

Salieron de allí para ir a la casa de Yoongi, cuando llegaron él estaba sentado en el sofá, viendo televisión mientras comía un gran plato de sopa de algas.

—¿Y ustedes qué hacen aquí? —preguntó cuando los vio llegar.

—Ya sabemos en dónde está Hyungsik y vamos a ir por él —explicó Jimin.

—Voy con ustedes.

Yoongi se levantó de un salto, dejó el plato sobre la mesa y comenzó a caminar hacia su habitación, pero Jimin lo detuvo tomándolo del brazo.

—No te has recuperado por completo, podrían herirte otra vez, es mejor que te quedes aquí. Nosotros nos encargamos.

Pero Yoongi no le hizo ningún caso, siguió su camino y fue a buscar un abrigo, además de las llaves de una pequeña habitación que tenía bajo la escalera, que era donde guardaba sus armas y municiones.