𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

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Shin Hye salió del baño y buscó a Taehyung con la mirada, la estaba esperando junto a la puerta, tal como le había dicho, pues habían quedado en irse juntos.

—¿Te vas con él? —escuchó la voz de Hyungsik y giró para mirarlo.

—¿Vas a seguir con los reclamos? —lo miró con disgusto e hizo ademán de irse, pero él la detuvo tomándola del brazo.

—No... por favor escúchame un momento.

—Mira, Hyungsik, creo que tú dejaste las cosas claras y no entiendo porqué te disgusta que esté hablando con alguien más.

Él se acercó un paso y la miró a los ojos.

—Me disgusta porque estoy enamorado de ti, y sé que estoy siendo egoísta porque dije que no seríamos nada, pero lo hice pensando en que así podría mantenerte a salvo.

Ella frunció el ceño.

—¿De qué estás hablando?

—Tú sabes cómo es mi vida, no es una vida a la que quieras arrastrar a otra persona.

A pesar de que en los días anteriores se había sentido demasiado enojada con él, en esos momentos ya no se sintió capaz de estarlo más. Se acercó y le acarició la mejilla.

—No me importa, no me importa un carajo a lo que te dediques porque supe quién eras desde que te conocí y aún así me enamoré de ti. Me da igual que seas mayor que yo o que hagas parte de la mafia, yo quiero estar contigo y, aunque valoro que quieras mantenerme a salvo, no vas a poder hacer que me aleje de ti con esa excusa.

Hyungsik sonrió y se acercó un poco más a ella. La miró a los ojos en silencio, antes de romper la poca distancia que aún había entre ellos y besarla. Aunque le asustaba que algo pudiera pasarle por estar con él, sentía que simplemente no podía renunciar a ella.

Cuando despertó, Ruby pensó en que hacía mucho tiempo que no dormía tan bien. Casi todas las noches tenía pesadillas o simplemente no lograba conciliar el sueño, pero tener a Jungkook a su lado le daba la paz suficiente para descansar de verdad.

—Cinco minutos más —murmuró Jungkook, y se movió para acercarse más a ella y envolverla en sus brazos.

—Todo el día, si quieres —Ruby sonrió y se acomodó, sin abrir los ojos.

Él le dio un beso rápido en la mejilla.

—¿Descansaste?

—Sí, hacía tiempo no dormía tan bien. ¿Y tú?

—Creo que voy a venir a dormir contigo más seguido.

Ella se acomodó de manera que pudiera mirarlo y se quitó el cabello de la cara.

—Si mi abuela supiera, me mataría.

Él buscó su mano y entrelazó sus dedos.

—No lo dudo, pero eventualmente sabrá de lo nuestro.

—Espero que no reaccione como estoy pensando.

—Si no le contamos a qué se dedica mi familia, hay posibilidades de que le caiga bien.

Ruby asintió, deseando con todas sus fuerzas que las cosas fueran así de simples, pero por desgracia, todo era mucho más complicado que eso. Pensó en que tal vez debería aprovechar ese momento para hablar seriamente con Jungkook y contarle todo, pero no se sentía capaz de arruinar un momento tan perfecto y especial.

Un rato más tarde, estaban preparando juntos el desayuno. Ruby estaba haciendo un jugo de naranja, mientras Jungkook preparaba bibimbap.

—Parece que cocinar es uno de tus talentos —comentó ella, mientras servía el jugo en dos vasos.

𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora